La historia de María Conde no es la de una deportista cualquiera. La jugadora de la selección española, de 27 años, es una de las líderes de la nueva generación que viene pisando fuerte en el baloncesto. Pero no todo queda ahí. Su hermano, Diego Conde, también es un referente y acaba de fichar como portero del Villareal Club de Fútbol. "Mis padres han sacrificado horas, dinero, tiempo, planes... muchísimas cosas solo porque nosotros pudiéramos dedicarnos al deporte y por ellos estamos aquí", nos cuenta la actual jugadora del UVVK Praga. A pocos días de que comiencen los esperados Juegos Olímpicos de París, hablamos con la alero de la selección de baloncesto sobre cómo ve al equipo: "Tenemos ilusión y muchas ganas de empezar".
No solo tiene palabras de respeto y admiración para sus compañeras, sino también para el entrenador, Miguel Méndez, y para Alba Torrens, capitana del conjunto español. Y confía en que con este equipo, se puede soñar. Durante la charla, en plena concentración antes de viajar a París, María Conde subraya la importancia de cuidar la salud mental por parte de los deportistas. "En la selección, la mayoría hemos tirado del psicólogo deportivo en algún momento porque igual que se entrena el cuerpo, se entrena la cabeza", afirma rotunda. La internacional también ha querido dar visibilidad a la presión que sienten los deportistas de élite, no solo por el trabajo profesional sino también por el ambiente que les rodea. "Estamos en un momento complicado, sobre todo, con las redes sociales, donde hay mucha más exposición. Ahora es mucho más fácil que alguien desde el salón de casa opine o critique sin conocernos", explica aclarando que hoy en día se trabaja mucho estos aspectos.
Con tan solo 18 años y tras cai una década en el Estudiantes, María Conde hizo las maletas a Estados Unidos y emprendió un nuevo camino fuera de España. De momento, volver a la liga española no está en sus planes, pero tampoco lo descarta. "Siempre me he sentido muy afortunada de tener las posibilidades que he tenido y agradecida de poder explorar el mundo por botar una pelota. En algún momento, acabaré volviendo a España, porque España es casa, pero estoy muy contenta de estar donde estoy y con ganas de seguir", explica.
María, eres una de las líderes de la nueva generación que viene pisando fuerte, ¿qué significa para ti participar en estos Juegos Olímpicos?
Participar en unos Juegos Olímpicos es un sueño. Es lo máximo a lo que como deportista podemos podemos aspirar y, por lo tanto, lo vivo con mucha ilusión y con muchas ganas de poder empezar ya.
Habéis ganado la medalla de plata en el Eurobasket, ¿te ves consiguiendo alguna en París?
Sería un sueño, sí. Me encantaría. Igual que los Juegos es a lo máximo que se puede aspirar, ganar una medalla es lo más, pero es muy complicado. Es una competición muy dura, son los mejores equipos del mundo y, por lo tanto, sabemos la dificultad que hay. Vamos día a día, que es como hemos estado afrontando toda la concentración, y, a partir de ahí, todo lo que podamos ir consiguiendo, bienvenido sea.
¿Qué destacarías de Miguel Méndez, seleccionador, y de Alba Torrens, capitana del equipo?
De Miguel, su capacidad para crear una cohesión de grupo en un momento complicado. Cuando entró cambió el staff técnico después de muchos años, hubo también un cambio importante de jugadoras, muchas que se retiraban, otras que entraban... y él ha seguido manteniéndose en su misma línea, que es intentar que todo el mundo se sienta bien, que tengamos confianza y entendamos que en este equipo todas tenemos un hueco y un rol. Eso es fundamental para que la gente esté cómoda y confíe en sus capacidades.
Alba es historia viva del baloncesto español y lo sigue siendo. Se ha adaptado a todas las situaciones y, ahora como capitana, sabe que todo lo que dice y hace es importante para todas y que necesitamos no solo lo que aporta en la pista, sino también sus palabras, su presencia, sus directrices... Está asumiendo ese rol y es fundamental para nosotras.
En alguna ocasión has hecho referencia a lo difícil que es ser una deportista de élite y cómo gestionar toda esa presión, cuéntanos por qué y qué crees que necesitaría el baloncesto femenino para mejorar en este ámbito
Ahora las cosas están cambiando un poquito. Me parece fundamental entender que la cabeza también hay que trabajarla y que para ello muchas veces se necesita ayuda. Aquí, en la propia selección, la mayoría hemos tirado del psicólogo deportivo en algún momento porque igual que se entrena el cuerpo, se entrena la cabeza. Estamos en momento complicado, sobre todo, con las redes sociales, donde hay mucha más exposición. Ahora es mucho más fácil que alguien desde el salón de casa sin conocernos personalmente, opine o critique, lo cual es totalmente entendible y respetable, pero nadie te enseña a lidiar con eso como deportista. Somos muy exigentes, tendemos a presionarnos nosotros mismos muchísimo y si a eso le sumas todas las preocupaciones del mundo exterior es importante saber lidiar con ello y no es algo que te enseñen desde pequeña. Es bueno que cada vez se hable más de esa figura de psicólogo deportivo a nivel de clubes, de formación de selecciones...
María y Diego Conde, hermanos y deportistas de éxito. ¿Cómo se vive eso en casa? Cuéntanos alguna anécdota y cómo se organizaban vuestros padres para poder llegar a todo con dos futuras promesas en casa
Se ha vivido siempre con mucha naturalidad poque mis padres lo único que querían es que hiciéramos deporte, que nos relacionamos con otros niños, que no estuviéramos en casa sin hacer nada o viendo la tele. Luego las cosas fueron llegando, primero, por el trabajo y la ilusión que le poníamos nosotros, pero, sobre todo, por la constancia de mis padres y por los esfuerzos que han hecho para que pudiéramos estar a todo. Ahora, con el paso de los años, lo valoro muchísimo más. En ese momento me parecía lo normal, era lo que hacíamos en casa, pero mis padres han sacrificado horas, dinero, tiempo, planes, muchísimas cosas solo para que nosotros pudiéramos dedicarnos al deporte y por ellos estamos aquí.
¿Pudiste estar en la reciente boda de tu hermano o con gira antes de los Juegos no pudiste asistir?
Si, estuve en la boda.
¿Qué figura del deporte femenino español se te viene a la cabeza al hablar de Juegos Olímpicos? (Mireia Belmonte, Arantxa Sánchez Vicario, Ruth Beitia, etc.)
Mis compañeras de equipo. En la primera que pienso es en Laia Palau, que está aquí con nosotros ahora como parte del cuerpo técnico. Lo significa todo para el deporte, lo ha jugado y ganado todo. Para mí es leyenda de los Juegos y del deporte profesional.
¿Cómo ves al equipo, tenemos licencia para soñar?
Siempre que tengas un equipo que compite es lícito soñar. No somos el único equipo con competidoras o con gente con talento, depende de muchas cosas, pero siempre que se juntan esos ingredientes, soñar se puede soñar y, por lo tanto, estamos con ilusión y con muchas ganas de empezar.
Háblanos de tu experiencia en Estados Unidos y de lo que supone hacer los maletas y cruzar el charco a los 18 años ¿Te gustaría volver a la liga española?
Ya son muchos años fuera de casa, eso es así. En su momento, lo viví con mucha ilusión, siempre he intentado estar muy bien rodeada de mis padres, entrenadores y amigos para tomar las mejores decisiones, tanto deportivas como personales y eso es lo que me ha llevado a donde estoy ahora, no sabemos lo que habría pasado si hubiera tomado otras. Siempre me he sentido muy afortunada de tener las posibilidades que he tenido y agradecida de poder explorar el mundo por botar una pelota. En algún momento, acabaré volviendo a España, porque España es casa, pero estoy muy contenta de estar donde estoy y con ganas de seguir.
Un deseo para París
Disfrutarlos, porque los Juegos Olímpicos anteriores al final fueron diferentes por el covid. Tengo recuerdos bonitos pero creo que no fuimos capaces de disfrutar de la experiencia olímpica de verdad. Quiero sentirme presente en cada momento y disfrutarlo porque nos merecemos vivir esa experiencia y vivirla con ilusión cada día.