Chábeli Iglesias ha regresado a la televisión. Tras más de quince años de retiro mediático, la hija de Isabel Preysler y Julio Iglesias ha vuelto a la pequeña pantalla con un programa que, como ella misma nos contaba, le permite llevar a un medio que le fascina lo que más le apasiona, la decoración.
Junto a su hermano, Julio, en Los Iglesias: her-manos a la obra, se encarga de reformar las casas de ocho conocidas personalidades, entre ellas, la de su madre. Aunque, nos avanzaba: "Lo que hicimos fue el exterior. No quiero contaros más porque lo bonito es ver el programa, pero sí os puedo adelantar que mi madre se quedó muy contenta".
De hecho, hace unas semanas, posaba, feliz, en las páginas ¡HOLA!, junto a sus hijos, Alejandro, de 22 años, y Sofía, de 12; y lo hacía, precisamente, en el ‘corazón’ de la familia Preysler, la casa de Isabel, situada en la urbanización de Puerta de Hierro, en Madrid.
Allí, Chábeli protagonizó una fotografía que recuerda a una icónica portada de ¡HOLA! de su madre, sentada en las escaleras de la vivienda. La última prueba de que el parecido entre ellas es innegable.
Isabel ocupa el trono de la elegancia de nuestro país. Considerada como una de las primeras it girls cuando todavía no existía siquiera este término, su estilo, tan admirado, continúa causando sensación. En cada una de sus apariciones, deslumbra con sus looks, y, pese a que Chábeli ha optado por una discreta vida, 'fuera de foco', junto a su marido, Christian Altaba, al lado del Atlántico; ella es -junto a Tamara y Ana- otra de sus dignas sucesoras.
En términos de estilo, ya lo dejó claro, sobre todo, en la década de los ochenta y los noventa, antes de iniciar una vida centrada en su familia porque, para ella, "mi familia y mis hijos siempre han sido mi prioridad". Ahora, ha evolucionado -con apuestas más clásicas y minimalistas-, pero entonces todo lo que se ponía se convertía en tendencia.
Había nacido entre cámaras y copando titulares. En una época en la que no había redes sociales, marcó estilo y demostró que estaba 'a la última'. Hombreras, cintura marcada, tweed, polos, vestidos de líneas sencillas… Su codiciado armario sirvió -y sigue sirviendo- de fuente de inspiración para los amantes de la moda… y del revival ochentero y noventero.