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Kyle Walker es posiblemente uno de los integrantes más polémicos de la selección de fútbol masculina de Inglaterra. El defensa británico, de 34 años, es el protagonista de un sonado escándalo, ya que tiene dos familias fruto de una relación secreta. Por un lado, el jugador estaba casado con su novia de toda la vida, Annie Kilner, con la que tiene cuatro hijos: Roman (11 años), Rian (7 años), Reign (5 años) y Rezon (dos meses). Paralelamente, mantenía una relación sentimental con la influencer Lauryn Goodman, madre de sus otros dos hijos: Kairo (10 años), y una bebé cuyo nombre se desconoce (10 meses).
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La primera vez que el deportista y Lauryn estuvieron juntos, Walker estaba distanciado de su esposa. Superado este bache, el jugador del Manchester City y Annie decidieron darse una segunda oportunidad y se casaron. Sin embargo, en 2022, Kyle volvió a tener una aventura con la creadora de contenido. Fue a principios de 2024, cuando el diario The Sun informó que el matrimonio había decidido poner punto final a su historia de amor por esta infidelidad, mientras Annie estaba embarazada de su cuarto hijo.
A pesar de que no están oficialmente juntos, Annie se desplazó este domingo hasta el estadio Olímpico de Berlín para que sus hijos pudieran disfrutar de la gran final de la Eurocopa 2024 y animar a su padre. Con gesto serio y acompañada por su hermana, Sian, contempló como a los ‘leones’ se le escapaba la victoria de entre los dedos ante una imparable selección española. En otros encuentros se ha podido ver cómo Kyle Walker se acercaba a las gradas y dedicaba caricias y otros gestos cariñosos a sus pequeños.
Medios de comunicación británicos han explicado que Annie no habría perdonado a Kyle y que tan solo estuvo en la capital germana para velar por la felicidad y bienestar de los niños. Al parecer, a lo largo de la competición, ha tomado varios aviones de ida y vuelta para asistir a los partidos y no ha pernoctado en Alemania en ningún momento. Lauryn Goodman, por su parte, vio la final desde la televisión de su casa. A través de sus perfiles públicos compartió la tristeza de su hijo Kairo, ataviado con el uniforme oficial, después de que el combinado inglés cayera derrotado ante ‘La Roja’.
Lauryn sí que ha estado en el campo en otras de las fases del campeonato. Algo que causó tensión tanto en el entorno de Annie como en el equipo. “Lauryn está considerada una alborotadora desde dentro de la concentración inglesa y la peor pesadilla de Annie. Se hablaba de que sus asientos estaban a menos de 100 metros de distancia de los de Annie, que no quiere saber nada de ella”, apuntaban fuentes cercanas al Daily Mail. Esta misma persona destacaba que el equipo de seguridad de Inglaterra no ha permitido que la influencer estuviera en las zonas en las que se juntaban las familias para así mantener el orden y la calma.