Un emocionante 2 a 1 ponía fin a la final de Eurocopa y España entera estallaba. La euforia que vivían en Alemania los jugadores, el rey Felipe y la infanta Sofía tenía su reflejo en los miles de ciudades y pueblos en los que los aficionados habían sufrido con los futbolistas. Estos no dejaban de saltar en el Olímpico de Berlín, abrazándose después de un mes de nervios, emociones y buen juego. Unos abrazos que repitieron con sus familiares, que no se quisieron perder esta final, mezclándose con los cientos de seguidores que fueron al campo.
Tras el pitido final y después de recoger la copa, llegaba el turno de reencontrarse con la familia, que a lo largo de estas semanas se ha convertido en el mejor apoyo para los jugadores. Alice Campello, que ya defendió en diversas ocasiones a su marido Álvaro Morata de las críticas que ha recibido en el torneo, estaba con sus cuatro hijos, los mellizos Alessandro y Leonardo, Edoardo y Bella. Todos saltaron a dar la enhorabuena al jugador, que incluso estuvo a punto de acabar el torneo lesionado por una entrada accidental de un miembro del equipo de seguridad de la selección. No podía evitar romper a llorar mientras abrazaba a los suyos y a sus compañeros, que tanto han luchado a su lado. El capitán de la selección levantará hoy la copa en Madrid, donde el conjunto será recibido esta tarde por los Reyes y el presidente de Gobierno, además de por los eufóricos fans que les esperan en la capital para aplaudir su paso. La plaza de Cibeles es el punto de encuentro de una afición que está ansiosa por celebrar este nuevo título que de nuevo corona a la selección española como una de las mejores del mundo.
Las gemelas Melanie y Daphne Cañizares, esposas de Joselu y Dani Carvajal respectivamente, no se perdieron la cita. Dani paseó por el césped con sus hijos Martín y Mauro, que hace apenas unos días cumplía dos años. Un estupendo regalo de aniversario sin duda para el pequeño. Melanie tiene también dos hijos con Joselu, Leo y Lucas, a quien orgulloso cogía su padre en brazos para vibrar con los gritos y aplausos de los españoles que viajaron en Alemania.
Aymeric Laporte abrazó en el campo cubierto con confeti a su mujer Sara Botello y uno de sus dos hijos. Marc Cucurella se ha convertido en estos días, como sus compañeros, en uno de los jugadores más aclamados de la selección. Aunque en Alemania le recibieron en la final con gritos despectivos después de haber perdido su equipo con España, el deportista se concentró al máximo en el juego. Desde la grada le animaba su novia Claudia Rodríguez, con quien tiene tres hijos Mateo, Río y Bella, que miraban curiosos la copa cuando se unieron a su padre. Los más pequeños son sin duda quienes más disfrutan en estas fiestas pues están atentos a todos los detalles y solo quieren jugar y correr por el césped. No hay más que ver a los hijos de Morata, a quienes su madre daba vueltas en el aire o al hermano de Lamine Yamal, que no dejaba de corretear entusiasmado sin quitarse el chupete.
Los padres de Yamine, benjamín del grupo y una de las revelaciones de la selección en esta temporada, tampoco no se perdieron la victoria. Con tan solo 17 años, el jugador ha emocionado al país con su historia en la que el talento con el balón le ha convertido ya en una de las futuras promesas de este deporte. En el campo estaba acompañado por su hermanito Keyne, que va a cumplir dos años al que adora y con el que suele compartir fotografías en su perfil público, y con su novia Alex Padilla, una joven estudiante como él en Barcelona. Estaba además en el campo Alejandra Moral, pareja de Jesús Navas, con quien tiene dos hijos, Jesús y Romeo.
Nacho Fernández tenía también a su mujer, María Cortés, y sus cuatro hijos, Alejandra, Nacho, Guillermo y Lola, que nació el pasado febrero, a su lado. Junto a ellos presumió orgulloso de su medalla, esa que le acredita como uno de los campeones de la Eurocopa y que hoy lucirá orgulloso ante la afición.
Rodri Hernández besa a su novia Laura que, igual que otras parejas de los jugadores, vestía la camiseta de la selección española, una prenda que hoy inundará las calles de miles de ciudades y pueblos de nuestro país.
Alejandro Grimaldo, abrazado a su pareja Ana Fuster, madre de su hija, y Mikel Oyarzabal, que lleva casi una década con su pareja Ainhoa Larrauri, que saltó al campo con el bebé de la pareja.
A su llegada a España, sus familiares seguían sin separarse de ellos. Trasladaban su alegría al aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas en una celebración interminable que continuaba con una recepción con los Reyes en Zarzuela, seguida de otra en Moncloa con el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, antes de recibir el cariño de la afición por las calles de Madrid hasta la plaza de Cibeles, epicentro de la fiesta.