Amor, amor, amor, como reza el éxito que Luis Miguel volvió a popularizar en 2008, fue lo que hubo el pasado fin de semana en el estadio Santiago Bernabéu. A raudales. Por parte del público, que demostró una vez más su pasión y auténtica devoción por el Sol de México. Alrededor de 100.000 espectadores llenaron el campo de fútbol del club merengue, contando los dos conciertos que el artista ofreció el sábado 6 y el domingo 7 de julio. Corearon, bailaron y aplaudieron sin descanso todo el repertorio que el artista está ofreciendo en este tour internacional, que arrancó hace casi un año al otro lado del Atlántico y que, tras su triunfal comienzo, el pasado 28 de junio, en Córdoba, ahora recorre las principales ciudades españolas.
Amor por parte de las familias, la de Luis Miguel y la de su novia, Paloma Cuevas. En un lugar preferente, muy cerca del escenario, Michelle Salas, la hija del cantante, vibró con el espectáculo de su padre junto a su marido, Danilo Díaz; también Alejandro, uno de los hermanos del ídolo musical, con su mujer y su hijo. Y por parte de la diseñadora cordobesa, sus padres, Victoriano Valencia y Paloma Díaz, y sus dos hijas, Palomita y Bianca.
Como es habitual, la diseñadora permaneció entre bambalinas, pero sus padres, Victoriano Valencia y Paloma Díaz, disfrutaron del espectáculo entre los 100.000 espectadores que reunió en los dos conciertos
Por supuesto, el amor de Paloma, la "incondicional" que le está acompañando prácticamente en toda la gira, junto a la que ha recuperado la ilusión y la energía que derrocha en cada uno de sus conciertos. Siempre discreta, la bella empresaria ha permanecido en ambos conciertos en el backstage, siguiendo la actuación entre bambalinas, como es habitual en ella.
La más buscada
No quiere que su presencia haga ni una brizna de sombra al "Sol", pero tampoco puede evitar ser la más buscada junto al astro latino. Tal es la popularidad y la fascinación que despierta esta pareja. Y por suerte, la fotografía que todos esperábamos se produjo cuando Luis Miguel abandonó el estadio el pasado domingo, tras el segundo de sus conciertos. Un grupo de admiradores le esperaba ávido de un gesto, un selfie, un autógrafo, una palabra... Y el cantante de La Bikina, complaciente con sus fans, se bajó del coche para saludarlos —otra muestra de amor, la de Luis Miguel por su público—. Aunque Paloma permaneció en el interior del vehículo, unos instantes bastaron para inmortalizar el momento.
Entre el público, los fieles amigos de la pareja, desde Luis Alfonso y Margarita de Borbón a Raúl González y Mamen Sanz, testigos de las primeras muestras del amor que surgió entre Luis Miguel y Paloma, hace ya dos veranos. Veremos qué nos deparan las próximas citas de la gira. Seguro que serán apasionantes.