Noche inesperada la que se vivió en la segunda gala de Supervivientes All Stars pues el directo no fue como se había previsto. Una tormenta “monumental” obligó a los concursantes a evacuar la playa y a meterse en la palapa, un percance del que informaba Laura Madrueño, ya recuperada del problema de salud por el que la semana pasada tuvo que ausentarse del espacio. “En la playa está cayendo el agua con mucha fuerza, pero es que este tiempo es agotador. Que llueva cada día…”. Esta época es la de los monzones y huracanes en Honduras por lo que el clima es una de la variables que está influyendo en el desarrollo del programa.
Aunque hicieron una de las pruebas, la de apnea, en un mar muy revuelto (ganó Abraham), después los concursantes tuvieron que irse a la palapa donde fueron conscientes de las duras condiciones en las que tendrían que dormir. “Todo va a estar mojado, se nos han roto las cuerdas de lona, mañana no se podrá pescar, estará lleno de mosquitos” comentaron sin poder contener las lágrimas de impotencia. No fue sin duda un día fácil para los supervivientes, que siguen tratando de adaptarse a la convivencia.
En este sentido los conflictos no dejan de surgir, en este caso enfrentando de nuevo a Marta Peñate y Sofía Suescun. Al ver el destrozo de la lluvia una mañana Sofía comentó lo difícil que iba a ser “hacer anuncios ahí”, refiriéndose a lo que dijo Marta sobre que parece que está haciendo publicidad continuamente. A Marta le molestó el comentario y pidió, entre lágrimas, que la expulsen. “Me ganaste, lo has conseguido. Quiero irme. España, sacadme de aquí, lo ruego, no estoy bien. No estoy feliz” comentó Marta.
Sofía le respondió que “está acostumbrada a atacar, pero no a encajar los ataques” y añadió que ella se sentía plena, no como Marta. Estas palabras dolieron especialmente a Peñate, que recientemente compartía sus dificultades para ser madre. Aunque Sofía no especificó si era a eso a lo que se refería, Marta se lo tomó así aunque no quiso hablar mucho sobre un tema que le duele tanto.
Abraham ha sido el afortunado en ganar la prueba de recompensa, con la que se ha llevado un perrito caliente XXL. Le ha embargado cierta emoción al dedicar este logro a su familia. “Quería dedicárselo a mi padre y a mi madre, que me gustaría tenerlos aquí y poder comerme esto con los dos. Os amo”. Confesó que estar lejos de su familia es algo que le está costando. “Ya he descubierto eso que estaba dentro de mí y que me estaba matando. Llevo mucho tiempo mal, no sabía qué me pasaba, pero ya sé lo que es. Sentarme con mi padre, madre y hermana, poder hablar los cuatro, limar asperezas y olvidarnos de todo. Y poder disfrutar del tiempo que nos queda”. El aspirante recibió una sorpresa de su abuelo, que cumplía 92 años y que le emocionó aún más.