Solo un día antes de llegar a la mayoría de edad, Carmen Thyssen hacía su debut en solitario en un acto público. La hija de la Baronesa daba este importante paso al frente para inaugurar la exposición Entre obras, diálogos prefigurados con la Colección Carmen Thyssen, en el Espai Carmen Thyssen del Monasterio de Sant Feliu de Guíxols. El hecho de acudir a esta cita en representación de su madre, que estaba con fiebre, demuestra que la joven es muy consciente de la importancia del legado familiar. De hecho, ya se ha mostrado interesada en estudiar para comprender en profundidad el mundo del arte y de la gestión empresarial. Su presencia en la citada muestra, abierta al público entre el 5 de julio y el 24 de octubre y con la participación de 27 artistas, nos ha permitido escucharla hablar por primera vez, unas palabras llenas de madurez, aplomo e ilusión.
Carmen, que este 6 de julio está de celebración con su hermana Sabina, se mostró muy natural y con gran soltura durante todo el acto. A su llegada era recibida por las autoridades, que aprovechaban para felicitarle por adelantado el cumpleaños, y compartió con ellos una distendida charla hasta que dio comienzo el acto, en el que fue la gran protagonista. Primero fue testigo del desfile de los tradicionales gigantes originales, figuras muy importantes de la tradición y el folclore popular que salieron con sus tamborileros de forma excepcional para presentar la restauración del Arc de Sant Benet, antigua puerta del Monasterio de Sant Feliu del siglo XVIII. En este punto, Carmen Thyssen recibió el 'Ramo de la Giganta'.
La segunda parada fue el Espai Carmen Thyssen, donde se acercaron numerosos curiosos e inauguró la exposición, comisariada por Pilar Giró. Fue ahí donde la hija de la Baronesa tomó la palabra. "Buenas tardes. Estoy muy contenta de estar aquí, enfrente de todos vosotros, en representación de mi madre, para daros la bienvenida a esta magnífica exposición. Espero que la disfrutéis mucho. Gracias", dijo tras la intervención de su primo, Guillermo Cervera.
Para la ocasión, eligió un look tan juvenil como elegante. Un estilismo con el que aunó tradición y vanguardia liderado por un vestido de inspiración lencera en negro de escote en pico a la altura de las rodillas, diseño de tirantes finos y abertura delantera que llevó con cinturón brillante para enfatizar la silueta. Asimismo, en términos de complementos, se decantó por un bolso de cadena con acabado metálico y unos zapatos de tacón joya con el que se elevó la apuesta al instante. Para el primer acto que protagoniza en solitario, buscó que su cabello y maquillaje no pasaran desapercibidos y así fue. Lo consiguió, en primer lugar, declarándose fiel defensora de la melena al natural, con un pelo largo castaño claro ligeramente ondulado con el que estuvo de lo más acertada. Y en segundo lugar, un rostro limpio en el que se potenció la mirada con eyeliner y máscara de pestañas y los labios mediante labial rosado.