"Sueño con que mis hijas sean respetuosas, estén llenas de buenos sentimientos y dispuestas a ayudar a quienes lo necesiten", nos decía la baronesa Thyssen el 1 de mayo de 2008. Ese día presentó al mundo a sus hijas a través de las páginas de ¡HOLA! casi dos años después de su nacimiento en Los Ángeles, el 6 de julio de 2006. Carmen y Sabina, que recibieron sus nombres en honor a la madre y la abuela materna de Tita, respectivamente, celebran este sábado su mayoría de edad, 18 años, una fecha señalada que marca el inicio de una nueva etapa de sus vidas.
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En las páginas de nuestra revista las hemos visto crecer y convertirse en las adolescentes que son hoy: desde sus primeros pasos en Mas Mañanas, a su bautizo, las vacaciones con su madre, las Navidades, sus cumpleaños, la despedida de Villa Favorita, su mansión a orillas del lago de Lugano, su comunión en Andorra, los divertidos momentos a bordo del Mata Mua, el motovelero de 40 metros de eslora que Tita adquirió con el barón y reformó en su totalidad; más recientemente vimos como era su vida en su casa de Andorra, que la baronesa nos mostró por primera vez en un excepcional reportaje, y allí nos volvieron a recibir hace tan solo unos meses. Casi una veintena de portadas de ¡HOLA! gracias a las que hemos podido ser testigos de las distintas etapas y hemos conocido sus gustos y aficiones, así como de los diferentes momentos de su vida académica.
Así nos contaba Tita Cervera, hoy una madre orgullosa de sus hijas mayores de edad y con Carmen dispuesta a seguir sus pasos en el mundo del arte, cómo fue la llegada de las mellizas y la primera vez que las tuvo en sus brazos: “El parto se adelantó un poco, pero yo ya estaba en Los Ángeles, adonde me trasladé en un avión privado que después utilizaría para regresar con ellas a España, y a las dos horas de nacer, ya las pude tener en mis brazos. Fue muy emocionante, enormemente emocionante para mí. Llegué al hospital y me pusieron una bata verde, todo muy aséptico. Primero abracé a Sabina. Me la pusieron en el pecho para que su corazón latiera junto al mío. A los veinte minutos, Carmen, que se había quedado dormida, se despertó, y la enfermera me la trajo y me la puso en mis brazos. Yo tenía un coche equipado con todo lo necesario para trasladarlas al hotel en el que estaba, y poco después ya estaban conmigo en el Bel Air”.
Las imágenes más esperadas
La baronesa Thyssen eligió el 1 de mayo de 2008 para presentar a Carmen y Sabina al mundo a través de ¡HOLA! Lo hizo desde su casa de Mas Mañanas y nos dejó compartir 48 horas de su vida con las pequeñas: Desde la toma del primer biberón de la mañana, hasta el momento de la cena, pasando por los divertidos ratos en que correteaban por el jardín entre risas y juegos y por los instantes en que, tras el almuerzo, empezaban a quedarse dormidas. “Son distintas en casi todo: en el aspecto físico y en la forma de ser. Carmen tiene el pelo más rizado que Sabina. Es como un querubín. Los ojos los tiene azules, azules muy claritos. Sabina los tiene marrones, pero de un marrón muy clarito”.
Bautizo en familia
Carmen y Sabina, recibieron las aguas bautismales la mañana del 16 de mayo de 2008, en una ceremonia que ofició el padre capuchino Juan Cañellas, procurador de misiones del santuario Virgen de Pompeya, en Barcelona. La baronesa, que, a finales de marzo, había abierto las puertas de Villa Favorita, su residencia en Lugano, para el bautizo de su nieto, Sacha, el primer hijo de Blanca y Borja, abrió en esta ocasión Mas Mañanas, la residencia de San Feliu de Guíxols, para celebrar la fiesta del Bautismo en familia.
Un verano muy especial
“Dicen palabras, algunas frases...Como se les está hablando en español y en inglés, al principio tardan más en romper a hablar, y eso es lógico. Es curioso: cuando tengo que viajar y hablo con ellas por teléfono —las llamo varias veces al día—, lo primero que me dicen, tanto Sabina como Carmen, es: 'Mamá, ven aquí; mamá, ven'. También me repiten mucho: 'Te quero' (te quiero)”. Corría agosto de 2008, y las niñas habían cumplido dos años.
Tita comparte sus memorias con ¡HOLA!
¡HOLA! publicó las Memorias de la baronesa en cinco capítulos en 2009. En el último de ellos, Tita abordaba la llegada de sus mellizas: “Sabina y Carmen son dos niñas felices que vieron por vez primera el mar aquí en nuestra residencia de 'Mas Mañanas', y que, evidentemente, han cambiado por completo mi vida, como en su día también me la cambió el nacimiento de mi hijo, Borja. La vida sigue, y yo sigo en ella con más fuerzas que nunca, gracias a Dios, decidida, como siempre, a llevar a buen puerto todo cuanto Heini y mis otros seres queridos que ya no están conmigo me ha encomendado. A la vez, sigo y seguiré buscando lo mejor para mi hijo, Borja, y para las mellizas, Carmen y Sabina. Mi felicidad es la felicidad de los tres. Mi sueño, conseguir siempre para ellos lo mejor”.
Carmen y Sabina, el mejor consuelo
“Echo mucho de menos los abrazos de mi hijo” nos decía Tita en septiembre de 2009, en el peor momento del distanciamiento entre madre e hijo. “Las niñas -de entonces tres años- tienen un horario bastante estricto. Creo que es muy importante que los niños tengan unos horarios establecidos y no se salgan, a poder ser, de ellos. Se despiertan a las ocho de la mañana; normalmente, desayunan conmigo, y después tienen la clase con la profesora de parvulario en su aula de estudios. Empiezan ya a dibujar, hacen las pequeñas tareas propias de su edad… Y a las once y media nos vamos a bañar a la piscina. Los días que la profesora no viene es cuando salimos más temprano y vamos a la playa. Son buenas nadadoras”.
Navidades con Carmen y Sabina
En la navidad de 2009, la baronesa hablaba en exclusiva con HOLA, acompañada de sus dos hijas, Carmen y Sabina, que entonces tenían 3 años.
Las mellizas tienen ya cuatro años
"Se ha hablado mucho del parecido de mis mellizas, pero la verdad es que yo las veo cada día más parecidas a mí", aseguraba la baronesa. "Por supuesto que Carmen y Sabina tienen el derecho a saber quién es su padre y, en su día, lo sabrán". "Mis hijas, más que cambiarme la vida me la han llenado de esperanza".
Regalos por su quinto cumpleaños
Con ocasión del quinto cumpleaños de Carmen y Sabina, en julio de 2011, la baronesa Thyssen nos decía: "Mis hijas me llenan de cariño y de besos y me dicen muy a menudo: '¡Cuánto te quiero, mamá!'". "Carmen es autoritaria, bromista y deja ver su forma de ser claramente. Sabina es muy dulce, siempre te responde con una bonita sonrisa, pero también es firme en sus ideas".
Verano en la Costa Brava
En el verano de 2013, por su séptimo cumpleaños, las niñas recibieron su regalo más especial 'dos perritas labrador' nos explicaba Tita; “es una raza que me gusta mucho porque son los perros que acompañan a los invidentes. Les pregunté cómo querían llamarlas y Carmen eligió 'Aurora' y Sabina quiso 'Margarita'. Los niños deben aprender a amar a los animales y la Naturaleza. A Carmen y Sabina desde pequeñitas les he inculcado el respeto por la Naturaleza, que ya lo hacen de por sí ellas mismas porque les gusta. Les he enseñado a plantar cosas en el huerto, a recogerlo, a limpiarlo, y también a mantener un jardín. En Lugano igual: allí también hay un jardín y un huerto”.
Primeras fiestas en Madrid
En noviembre 2013 la baronesa Thyssen nos abría las puertas de su casa de Madrid entre preparativos de Navidad, la primera de las niñas en esta ciudad. "Decididamente yo soy —somos— más de belén que de árbol. Carmen y Sabina le van poniendo los patitos, los corderitos y el resto de figuras donde ellas quieren”, decía entre risas.
Adiós a Villa Favorita, en Lugano
En abril de 2015 acompañamos a Carmen Cervera y sus hijas a Lugano, en su última visita a Villa Favorita antes de entregar las llaves a sus nuevos propietarios. Escenario de grandes fiestas, exposiciones y muchos momentos felices, y primer baluarte de la colección Thyssen, el museo de la propiedad llegó a albergar 800 obras de arte. "Mi vida ahora no tiene nada que ver con la que yo tenía entonces. Pero soy muy feliz con las niñas y con mi hijo después de haber hecho las paces".
Entramos en su comunión, en Andorra
Carmen y Sabina recibieron la Primera Comunión, a punto de cumplir diez años, en la iglesia de Sant Joan de Caselles, perteneciente a la parroquia de Canillo, en Andorra, tras trasladarse la baronesa al Principado. "Les he regalado un piano eléctrico. Siempre he querido que estudiaran música y ya saben leer solfeo". "El colegio de Andorra me gusta mucho, los profesores son estupendos y las niñas se han adaptado muy rápidamente. Tienen muchas amigas”, nos contaba Tita.
Navegando en el Mata Mua
En el verano de 2016 las vimos por primera vez a bordo del Mata Mua, el motovelero de la baronesa de 40 metros de eslora. “Me gusta este barco porque aguanta todo, y para mí es importante, sobre todo, yendo las niñas a bordo. Hemos hecho travesías muy buenas. Carmen y Sabina han navegado en el 'Mata Mua' desde que eran muy chiquitinas”. “Cumplieron diez años el seis de julio. Hay que ver cómo pasa el tiempo. Carmen está dentro de la altura normal de una niña de su edad, pero Sabina es muy alta. Son niñas estupendas y muy cariñosas”, nos decía Tita.
Así se educan Carmen y Sabina
En septiembre de 2017, la baronesa nos recibió en Mas Mañanas y nos contó cómo estaba educando a las mellizas, que ya habían cumplido 11 años. En ese momento hablaban ya cuatro idiomas, castellano, catalán, inglés, que comenzaron a aprender con dos años, y francés, que estudiaban entonces en el colegio. Recibían asimismo clases de arte y pintura, una parte muy importante de su formación, y una pasión que ya entonces empezaban a compartir con su madre. La música también ha estado siempre muy presente en su formación; estudiaban solfeo, tocaban el violonchelo y el piano, y recibían clases de canto (que Sabina ha continuado recibiendo) y de ballet, que comenzaron a los cuatro años.
Su gran cambio a los 14 años
En septiembre de 2020 fuimos testigos del gran cambio de Carmen y Sabina. "¿Qué me parecerá cuando tengan novio? Las niñas tienen que encontrar su camino, solo pido que no les hagan daño, que las personas que estén en su vida sean buenas y las quieran de verdad, tanto las amistades como las parejas", confesaba Tita.
Camino de la mayoría de edad
El pasado octubre, camino ya de su mayoría de edad, compartimos con la baronesa y sus hijas de 17 años un día en su casa de Andorra. “Carmen y Sabina conocen su historia, lo saben todo, porque yo con ellas no tengo secretos”, aseguraba Tita, que nos contaba que “Sabina es muy creativa y me ha manifestado que hará algo artístico porque es lo que más le gusta. Tiene una profesora de solfeo y canto, tiene una buena voz, sus profesores la califican ya de soprano y toca el piano muy bien desde hace años. Al mismo tiempo, le gusta escribir cuentos y e incluso ilustrar las historias. En cuanto a Carmen es una brillante estudiante. Está en un proceso de selección con una prestigiosa escuela de negocios española, siendo consciente de sus responsabilidades con los negocios familiares y con el mundo del arte en el que se está implicando”, nos adelantaba la baronesa. “Nunca les he dicho lo que tienen que hacer porque creo que deben ser ellas mismas quienes elijan. Les puedes aconsejar, claro, sin forzarlas. Sí quisiera que se dedicasen a gestionar los museos que tenemos y Carmen está decidida. En ese sentido, estudiará ADE y Relaciones Internacionales. Ya una colección de arte internacional tiene que llevarse también como una de empresa”.