Es una de las fiestas de la temporada en los Hamptons, destino vacacional por excelencia de la jet set en Estados Unidos. Como cada cuatro de julio, el CEO de Fanatics, Michael Rubin organizó su tradicional celebración en su mansión de la playa, una cita a la que no faltaron un buen número de VIPs. Como cada año la terraza de su casa se llenó de invitados que siguieron al pie de la letra el dress code elegido por el anfitrión: el color blanco. Megan Fox asistió con Machine Gun Kelly, con quien se dice que sale de nuevo a pesar de haber finalizado su compromiso en marzo, mientras que Kim Kardashian, que escogió una falda y un top de seda, tampoco se perdió la cita.
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El deportista Tom Brady, que antes estuvo haciendo unos pases con Rubin en la playa, y la modelo Emily Ratajkowski, que fue con su amiga Winnie Harlow, no faltaron a la convocatoria. Algunos de los asistentes llegaron cuando se estaba poniendo el sol, al atardecer, y no dudaron en tomar instantáneas que guardar en sus álbumes personales. Es el caso de la modelo de Sports Illustrated Brooks Nader, que presumió de figura igual que su hermana, que la acompañó vestida con un modelo cut out. Estuvieron además French Montana, Shark Tank's Kevin O'Leary y el youtuber Druski.
A la fiesta no le faltó detalle. Estuvo amenizada por actuaciones musicales ofrecidas por artistas como Mary J. Blige y se lanzaron fuegos artificiales cuando ya había anochecido, iluminando las aguas del océano. El anfitrión, de 51 años, cuidó que todo estuviera perfecto ayudado por su novia Camille Fishel, de 33 años, madre de sus dos hijas pequeñas, Romi y Gema (tiene otra hija, Kylie, de 18 años). La playa de Bridgehampton, que está frente a la mansión de Rubin, se convirtió en escenario de los bailes y los brindis de los invitados, entre quienes estaba además el rapero colombiano J. Balvin.
El dueño de Fanatics, empresa que vende el merchandising de miles de equipos deportivos de Estados Unidos, tiene una fortuna, según estima Forbes, de 11.500 millones de dólares (unos 10.000 millones de euros). Desde hace cuatro años abre las puertas de su mansión en este destino costero, a unas tres horas de Nueva York, a los invitados más prestigiosos para celebra el día de la independencia del país. Este año las invitaciones eran una obra original y personalizada de George Condo, artista que expone en el MoMa y el Met, cuyo valor se estima en 35.000 dólares (unos 32.000 euros). Se enviaron además unas zapatillas Nike blancas, numeradas y en un maletín que estaban valoradas en 50.000 dólares (46.000 euros).