Pedro: San Pedro Apóstol, mencionado frecuentemente en el Nuevo Testamento, fue un pescador de Betsaida que se trasladó a Cafarnaum, donde fue llamado por Jesús a ser "pescador de hombres". Jesús lo nombró la roca sobre la cual construiría su Iglesia, dándole autoridad como primer Papa, un rol que ejerció con entereza, culminando en su martirio en Roma bajo Nerón alrededor del año 67. Sus restos descansan bajo el altar mayor de la basílica de San Pedro en el Vaticano.
Pablo: fue un ferviente perseguidor de cristianos hasta que Cristo lo transformó completamente, llevándolo a decir "ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí". Escribió 13 cartas del Nuevo Testamento, exhortando y guiando a las comunidades gentiles en la fe y doctrina cristiana. Pablo, tras una vida de arduo trabajo misionero y enfrentando numerosas adversidades, fue martirizado en Roma, y sus cartas, inspiradas por el Espíritu Santo, forman parte de la revelación divina.
Raimundo Luli: nacido en Mallorca en el siglo XIII, fue un pensador y teólogo catalán conocido por su vasta erudición y sus obras filosóficas y místicas. Su vida estuvo marcada por la búsqueda incansable de la verdad y la propagación del cristianismo.
Emma de Gurk: fue una noble austriaca del siglo XI, fundó el monasterio de Gurk después de la trágica muerte de su esposo e hijos en un motín minero. Entregó su vida a la caridad y la religión, fundando varias casas religiosas. Reconocida como santa, fue canonizada por la Santa Sede en 1938.
Hoy también se celebra la onomástica de Siro de Genova y Benedicta de Cádiz.