Sofía de Habsburgo HOLA 4170© GIANMARCO CHIEREGATO

Sofía de Habsburgo nos recibe en su palazzo de Roma, con su hija Larissa, para celebrar sus 65 años

La archiduquesa de Austria repasa su vida con ¡HOLA! y sus momentos más duros: las pérdidas de un hijo y de su hermana


28 de junio de 2024 - 7:00 CEST

Sofía de Habsburgo siempre ha llamado la atención por su magnética belleza, con la que cautivó a Valentino y deslumbró en los años dorados de Marbella. Pero para la archiduquesa de Austria, también diseñadora, siempre ha sido más importante vivir en libertad. Así nos lo cuenta ella misma, recién cumplidos los 65 años. Con motivo de este aniversario, recibe a ¡HOLA! en su espectacular palazzo de Roma, situado en pleno centro de la ciudad, con vistas a la cúpula de la basílica de San Pedro del Vaticano y a la Chiesa Nuova. En su casa, Sofía revive los momentos más fascinantes de su vida y también los más duros. Lo hace mientras posa con Larissa, la menor de sus tres hijos con el príncipe Mariano Hugo, actual Jefe de la Casa Windisch-Graetz, familia principesca del Imperio Austriaco.

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© GIANMARCO CHIEREGATO

Sofía nos recibe en su casa de Roma, donde vive hace más de treinta años. "Vivimos aquí mi marido y yo con mis hijos. También el mayor, Maximiliano, aunque pasa mucho tiempo en Londres, porque se dedica al mundo de los seguros"

—Sofía, acaba de cumplir 65 años. ¿Cómo se ve?

—Estoy en un momento muy bonito, porque todavía estoy muy joven. Me siento muy bien en mi piel y mi cuerpo, aunque no sea fácil envejecer para una mujer. Pero mi parte interior es mucho mejor a esta edad.

—¿Lleva mal el paso de los años?

—Hay días que digo: "¡Ay! Podría estar mejor". Pero lo digo con humor.

—Diez años después de presentar a Larissa en ¡HOLA!, vuelve a posar con su hija.

—¿Diez años ya? ¡Guau! Parece que no ha pasado el tiempo. Me encanta trabajar con mi hija. Es genial.

—Aunque Larissa ya tiene 26 años, ¿la sigue viendo como la pequeña de la casa?

—Mi hijo mayor siempre será el grande y los demás, aunque crezcan, los pequeños. Bueno, el hijo que perdí, Alexis, era el 'baby' de la casa, porque las mujeres siempre somos más fuertes, más maduras.

—¿Qué destaca de Larissa y qué comparte con ella?

Tenemos muchísimo en común. Nos gustan las mismas cosas, tenemos ojo para la organización, los detalles… Somos muy perfeccionistas y nos encantan nuestros perros… Eso es muy importante (ríe).

—Y ahora su hija trabaja con usted en su firma de bolsos.

—Sí, ahora trabaja para mí full time. Lo hace muy bien. Es super organizada y es una gran ayuda.

​​​​—¿Cómo es usted como madre?

—Uy, pregunta difícil… No creo que sea una madre muy fácil (ríe). Tengo un carácter fuerte y sé lo que quiero. Eso nunca es muy fácil para los niños. No soy estricta. Solo para cosas importantes: el respeto, el amor… Para lo demás, permisiva.

"Lo que más admiro de mi madre es su confianza y estilo. Te puedes poner lo que quieras, pero sin confianza a la hora de vestirte, no eres nada"

—Haga balance a sus 65 años.

—Uy, qué cosas tan fuertes he vivido. Muy positivo. Siempre he tenido los pies en la tierra y eso me ha ayudado muchísimo. He vivido mucho, es verdad, pero solo me doy cuenta cuando me preguntan.

© GIANMARCO CHIEREGATO
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"Es una maravilla. Es como vivir en un teatro, porque abres las ventanas y ves estas vistas… Son espectaculares", nos cuenta la archiduquesa junto a su hija, la princesa Larissa Windisch-Graetz.

—¿Cómo recuerda su infancia entre Francia, Alemania e Inglaterra?

—Un poco rara… Eran otros tiempos. Pero esa educación me ha servido para mucho. Crecí en París y estudié allí los primeros tres años. Después, en un colegio alemán y en otro de Inglaterra. Luego, pasé diez años en España. Por eso, hablo cinco idiomas. Esas cosas te dan una base enorme y te abren la mente.

—En esos colegios, ¿coincidió con alguien que pudiéramos conocer?

—Sí. Por ejemplo, a mi colegio de Inglaterra, venían las infant​​​​as Elena y Cristina en verano, uno o dos meses. Como yo era prima de la Reina Sofía y era mucho mayor que las infantas, me llamaron para que las ayudara. En realidad, pasé poco tiempo con ellas. Había diferencia de edad y cada una teníamos nuestras clases.

—¿Cómo eran ellas de pequeñas?

—Monísimas las dos. Tan educadas… También muy simpáticas.

—¿Y usted de niña? ¿Era rebelde?

—Era rebelde, sí (ríe). Lo era con pequeñas tonterías, como cuando fumaba. Rompía las reglas y me juntaba con otras niñas que hacían lo mismo (ríe). No me iba con las buenas, sino con las malas (ríe).

"Me siento muy bien en mi piel y mi cuerpo, aunque no sea fácil envejecer para una mujer. Pero mi parte interior es mucho mejor a esta edad", confiesa Sofía

—¿Cómo reaccionaron sus padres cuando usted se hizo modelo?

—No les gustó nada. Ni que saliera en la prensa. Empecé como modelo a los 18, cuando volví a París a estudiar. Entré en una agencia sin preguntárselo a mis padres. Mientras estudiaba, ganaba dinero y eso me permitía hacer lo que quería.

—¿Cómo surgió la oportunidad hasta trabajar para Valentino?

—Después de que varias agencias me parasen en la calle, tres o cuatro veces, una amiga me introdujo en una. En una cena en París, me senté junto a Valentino y me dijo de hacer un gran reportaje conmigo.

—En esa época, ¿se dejaba llevar?

—Bueno, tenía miedo y tampoco me gustaba mucho. No era una cosa que dijera '¡yuju!' con entusiasmo. Pero quería ser independiente.

—Hace pocos años, el movimiento #MeToo señaló los peligros de la industria. Pero en su época, ¿usted era consciente, siendo tan joven?

—Se hablaba muchísimo, pero nunca me pasó nada. Yo tenía muy claras las cosas, no era tonta. Sabía muy bien lo que quería y mis límites.

© GIANMARCO CHIEREGATO
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Aunque Larissa se ve 'diferente' al estilo de su madre, la joven reconoce que le gusta llevar sus vestidos en ocasiones especiales. "Por supuesto, siempre que puedo, se los cojo. Pero ella siempre me dice 'Me lo devuelves mañana por la mañana'", nos cuenta antes de reírse. Sobre estas líneas, la terraza de la casa familiar, con las vistas a la Chiesa Nuova.

La Movida Madrileña

—Ya en los 80, se mudó a España.

—Tras algunos problemas con mis padres, quise salir de casa y ser independiente. Quería libertad.

—Viniendo de Inglaterra, Francia y Alemania, ¿cómo recuerda esa España, recién salida de la dictadura?

—Como un sueño. Comparada con el resto de Europa, estaba tanto tiempo atrás… La gente iba bien vestida, tenía una gran educación y mucho respeto. Me encantó Madrid. Todo estaba muy limpio y bonito. No había supermercados, mientras que en París, de donde venía, había cien mil boutiques y era mucho más moderno. Pero España era especial.

"Empecé como modelo a los 18 y no se lo dije a mis padres. Ganaba dinero y eso me permitía hacer lo que quería", nos cuenta Sofía, que se convirtió en musa de Valentino

—¿Y la Movida Madrileña?

—Era fantástica. Pero por el español como persona, que siempre queréis celebrar, ser felices, divertirse…

—¿Fueron tan locos esos años 80?

—No sé, porque yo no era una loca. Muchísima gente sí vivió esa locura, pero yo no. Probablemente, eso lo vivió más mi hermano (Maximiliano). No me gustaba salir por la noche.

—Sus hermanos tuvieron problemas con las drogas, pero usted evitó caer en ellas.

—Le tenía mucho miedo a todo ese mundo. Nunca probé la droga. Era un miedo tremendo.

—¿Con quién se relacionaba en esa época?

—Con gente que sigo viendo ahora, como Cari Lapique y su hermana.

—¿Conoció entonces a Isabel Preysler o Carmen Martínez-Bordiú?

—A Isabel la conocía, pero no era de mis grandes amigas. Pero con el grupo de Cari y su hermana, hice muchos viajes: a Marbella…

—¿Cómo era esa Marbella dorada?

—Recuerdo tantas fiestas en verano… En invierno, había mucha tranquilidad y belleza y sencillez. Tenía algunos amigos con casas y era ideal. Pero, en verano, era fiesta, fiesta, fiesta… Había muchísimo glamour y era muy divertido. Recuerdo las fiestas del Marbella Club, que llegaban personas de todo el mundo.

—En aquella época, usted tuvo una amistad especial con Philippe Junot. No sé si llamarlo relación, noviazgo o qué.

—Un gran amigo mío, sí. Todavía lo es.

—Y recién separado de Carolina de Mónaco.

—Era muy cariñoso y muy divertido. Una persona muy especial y muy amigo de sus amigos.

© GIANMARCO CHIEREGATO
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Sus entrevistas en '¡HOLA!'

—En los 80, también trabajó para ¡HOLA! y entrevistó a Mick Jagger, Richard Gere…

—La entrevista a Mick Jagger fue superinteresante. Una cabeza fantástica, una inteligencia y una rapidez… Se puso nervioso cuando le pregunté si se veía como en el libro El retrato de Dorian Gray y se puso muy filosófico… Me perdí… (ríe). Resultó una entrevista muy intensa.

—¿Y de Richard Gere? Le entrevistó en 1987, tres años antes de estrenar Pretty Woman. ¿Le conquistó también a usted?

—Yo no era consciente de quién era y la belleza de un hombre dura poco. Me fijo más en lo que hay dentro y veo el conjunto (ríe). Richard tiene un corazón enorme. Es superbudista y siempre ayuda a los demás. Es muy entrañable y una persona muy bonita, nada que ver con los personajes de sus películas. Se convirtió en un amigo fantástico. Todavía lo es.

—¿Cómo conoció a su marido, su príncipe?

—Aparte de que somos primos terceros o cuartos, nuestros padres eran muy amigos: iban de caza, viajaban… Su padre venía a nuestra casa y así conocí a mi marido, teniendo yo 14 años.

"La Movida Madrileña era fantástica", afirma la archiduquesa, que añade de la Marbella dorada: "En verano, era fiesta, fiesta, fiesta… Había muchísimo 'glamour'"

—¿Hubo flechazo?

—No. Era guapísimo y simpático, pero joven. Con 18, ya le volví a ver en una de las fiestas que Alfonso (Hohenlohe) organizó en el Marbella Club para los jóvenes de Europa. Allí nos reunimos primos de Austria, Alemania, Inglaterra… Y ahí ya surgió el amor.

—Pero hubo ruptura entre medias.

—Pasamos diez años separados, pero porque éramos unos niños. Nos reencontramos cuando murió mi abuela, que quiso darme el pésame. A los cinco minutos, me pidió matrimonio (ríe).

—Usted se quedaría en shock

—Un poco. Pero, él siempre estuvo en mi corazón, así que, a los pocos meses, le di el 'sí' definitivo. 

—Archiduquesa, casada con un príncipe y vida en un 'palazzo'. Parece de cuento.

—Me siento una privilegiada. Todos los días le doy gracias a Dios por todo lo que tengo, sin duda. Pero la vida real es otra.

—Y ha recibido mazazos, como perder a una hermana de 24 años.

—Fue durísimo. Por eso digo que no es oro todo lo que reluce. Todos tenemos problemas.

"Tenemos muchísimo en común. Tenemos ojo para la organización y somos muy perfeccionistas. También nos encantan nuestros perros… Eso es muy importante", nos dice Sofía, entre risas, al preguntarle por su hija

—Su hermana Elisabeth falleció por las drogas y su hermano cayó en adicciones. ¿Cómo lo vivió su familia?

—Nos hizo crecer y juntos. Estoy mucho más unida a mi hermano que de pequeños. También con mis padres. Puedes sacar lo positivo de las cosas negativas y crear un nuevo mundo. Igual me ocurrió con mi marido y mis hijos, cuando perdimos a Alexis.

© GIANMARCO CHIEREGATO
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En la imagen de arriba, otra vista de la cúpula del Vaticano, desde la terraza de su casa.

Lo más duro de su vida

—En 2010, perdió a su hijo en un accidente de tráfico. Tenía 18 años. 

—No hay palabras. Fue dramático para mi marido y para mí. También para mis hijos porque, siendo tan pequeños, no lo entendían. Pero la vida es mucho más larga y hay que seguir viendo lo positivo.

—Cuesta encontrar algo positivo en la pérdida de un hijo.

—La palabra pérdida es negativa, pero al aceptar el dolor, llegaron otras cosas nuevas del cielo y de mi hijo. Si ves que hay un plan más grande en la vida, aunque yo no lo conozca, la pérdida no resulta tan, tan dura. El dolor sigue y la vida cambia, pero siempre puedes aprender y crecer.

—Como creyente, ¿no le pregunta a Dios 'por qué a mí'?

—Siempre le pregunto qué quiere de mí y por qué me hace pasar por momentos tan complicados. Intento ir más allá. El plan más grande lo veremos cuando estemos arriba. Ahora, nos toca esperar a ver el plan que tiene Dios para nosotros.

—Tras perder a un hijo, ¿no se volvió más protectora con sus otros dos?

—Lógicamente, más asustada y preocupada, pero intentaba no pensar en eso. Mañana te puede caer algo en la cabeza… La vida es así.

—¿Cómo lo vivieron en casa?

—Hablamos muchísimo de Alexis todavía y sigue muy presente. Si nos reímos de algo, nos acordamos de él porque era su punto fuerte.

"Aunque mi madre haya sido modelo de Valentino y haya entrevistado a Richard Gere, lo que más me sorprende es que nada de eso la define", afirma la joven de 26 años

—Tras ese mazazo, usted se volcó en su firma de bolsos.

—Sí. Pocos días antes de morir, Alexis organizó mi primera entrevista por mis bolsos. Fue para la revista Point de Veu, porque tenía un amigo allí, y lo hizo sin preguntarme. Mi hijo estaba muy feliz con mi nueva faceta de diseñadora. Cuando murió, tuve un apoyo enorme de todas mis amigas: las de Roma, España… Una me trajo la mesa de mi estudio a casa, para que trabajara y dibujara.

—Sus bolsos los han llevado desde la Reina Máxima de Holanda, a la condesa de Sussex.

—Siendo ellas tan diferentes, significa que mis diseños funcionan en distintas mujeres. Luego, me encanta que cada una repita llevándolos. Máxima es fantástica. Sophie también es maravillosa. Las conozco bien y hacen su trabajo como nadie.

—Antes nos hablaba de la Familia Real española. ¿Con quién mantiene más relación?

—No los veo mucho, pero siempre me hace feliz surge, tanto la reina Sofía como las infantas… Somos familia, aunque les tenga muchísimo respeto.

—¿Tiene relación con Felipe VI y doña Letizia?

—A Felipe le conozco mucho más, desde hace años. A la Reina, no tanto, de darle la mano y dos minutos. Felipe es un Rey fantástico. Me encanta cómo está haciendo las cosas. Tiene una gran clase, simpatía. Es bonito verlo como padre.

—¿Ve cercano el regreso de don Juan Carlos?

—No lo sé… No sé qué hay detrás, pero ha sido un Rey increíble. Todos deberíamos saber las cosas que ha hecho. Espero que pueda pasar más tiempo en España, porque España le quiere mucho.

"Si ves que Dios tiene un plan más grande en la vida, la pérdida no resulta tan, tan dura", dice Sofía, tras fallecer su hermana con 24 años y su hijo Alexis, con 18

© GIANMARCO CHIEREGATO
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En estas imágenes, Sofía y Larissa con sus perros, 'Theo' y 'Zizi'. Este amor por sus mascotas une a madre e hija, al igual que su pasión por la moda: trabajan juntas en la firma de bolsos de la archiduquesa. "He estudiado moda y siempre ha formado parte de mi vida, por lo que no puedo escoger otro camino", dice Larissa.

Habla Larissa

Mientras retratamos a Sofía con su hija Larissa, ambas desprenden una química increíble. "Me divierto mucho haciendo estas cosas con mi madre. Es bueno pasar tiempo de calidad juntas", nos confiesa la joven. A sus 26 años, Larissa lleva una vida 'muy sencilla', pese a ostentar el título de princesa de Windisch-Graetz. "Me gusta pasar tiempo con mis perros. También cocinar y estar con mi madre".

—¿Tienes mucho en común con tu madre?

—Somos muy parecidas y, por eso, nos llevamos tan bien. Es muy creativa, y a la vez muy organizada. Lo que más admiro es su confianza y estilo. Te puedes poner lo que quieras, pero si no tienes confianza a la hora de vestirte, no eres nada.

—Tu madre ha sido modelo de Valentino, ha entrevistado a Richard Gere… ¿Qué te sorprende?

—Lo que más me sorprende es que nada de eso define a mi madre. Nuestra vida es completamente diferente. Somos una familia normal y discreta.

—¿Cómo es trabajar con tu madre?

—Me encanta trabajar con ella y para ella. Es muy divertida. No es algo que hagamos por negocio, sino por mi madre y mi familia. Eso me hace sentir muy orgullosa. Es un ambiente muy bueno.

"Como dice mi madre, perder a mi hermano ha sido lo peor que nos ha pasado jamás. Pero, a la vez, nos ha dado muchos regalos", añade Larissa

—¿Cómo te afectó la pérdida de tu hermano?

—Como dice mi madre, ha sido lo peor que jamás nos ha pasado. Pero, al mismo tiempo, nos ha dado muchos regalos. Nos conocemos mucho mejor y eso no sería así si no nos hubiera pasado eso.

—¿Tienes muchos recuerdos en España?

—Muchos, con mi tío Máximo y mi hermano en la Fundación Recal —que ayuda a personas con adicciones—. Solemos visitarla cada año.

© GIANMARCO CHIEREGATO
© GIANMARCO CHIEREGATO

Sofía, que también lleva a ¡HOLA! a la tienda de su firma de bolsos, siente predilección por las mujeres que se encuentran entre sus antepasados. Nos lo cuenta cuando le preguntamos por las figuras históricas en su árbol genealógico. "Hay muchas geniales, pero elegiría a María Teresa de Austria", nos confiesa la archiduquesa. "Era una mujer tremenda que lo puso todo en su mano, hasta los pequeños detalles, para llevar adelante su imperio. Estando sola y siendo mujer en esos tiempos, era única", nos añade.

Look 1 (Larissa)Vestido: BARO LUCAS
Look 2 (Sofía)Camisa de MARINA RINALDI y falda de HORTENSIA MAESO
Look 2 (Larissa)Vestido de COS y zapatos de FLABELUS
Look 3 (Larissa)Top y falda de HORTENSIA MAESO y zapatos de MANOLO BLAHNIK
Look 4 (Sofía)Vestido de ARTOLA y zapatos de AQUAZZURA
Look 5 (Larissa)Vestido de ALBERTA FERRETTI en OLIBATI, sombrero de ZAHATI y zapatos de MANOLO BLAHNIK
Look 6 (Sofía)Gabardina de MAX MARA y zapatos de ROGER VIVIER
Look 6 (Larissa)Camisa de MAX MARA, pantalones de ADOLFO DOMINGUEZ y bailarinas de AUGUSTA
Look 7 (Sofía)Traje de CAROLINA HERRERA y zapatos de INÉS DOMECQ
Look 7 (Larissa)Traje de MICHAEL KORS, zapatos de TOD’S y bolso de SOFÍA DE HABSBURGO
TextoANTONIO DIÉGUEZ
FotosGIANMARCO CHIEREGATO
Estilismo y producciónMARIETA TORRES
Ayte. de producción y estilismo MARÍA JOFRE
Ayte. de fotografía GIANNI FRANZO
MaquillajeIRENE LEGRAMANDI
PeluqueríaTORRACO GIUSEPPE