"Mejor imposible". Quizá fuera eso lo que pensó Pablo Urdangarin al verse jugando con la camiseta de España. Un sueño que todo deportista profesional quiere ver hecho realidad. Con su posición como extremo derecho consolidada en el Fraikin BM Granollers, el hijo de la infanta Cristina continúa dando pasos firmes en su prometedora carrera como jugador de balonmano. Tras disfrutar de unos días de descanso con su madre y sus hermanos, el sobrino de Felipe VI se desplazó hasta Antequera (Málaga) para disputar el Campeonato del Mundo Universitario 2024 con los 'Hispanos Universitarios', que debutaron con una victoria ante Polonia, por 35 goles a 27. Aunque en esta ocasión no ha sido convocado para los Juegos Olímpicos de París, Pablo no ha dudado en confesar que, al igual que hizo su padre en su día (consiguió dos bronces), "me gustaría participar en unas Olimpiadas y ganar alguna medalla con mi país y mi gente".
Desde que decidió seguir los pasos de su padre en el mundo del balonmano, la carrera deportiva de Pablo Urdangarin no ha hecho más que ascender. Y en esa evolución, no está solo. El hijo de Iñaki Urdangarin no puede estar mejor rodeado y contar con un apoyo más fiel. Tanto su padre como su madre y sus hermanos han protagonizado varias fotografías animando y vitoreando al jugador desde las gradas en sus partidos. Pero además de su madre y su hermana, Irene, su fan más incondicional es su pareja, Johanna Zott. Además de compartir su pasión por el deporte, Johanna y Pablo irradian una complicidad que llega hasta la cancha. Desde que comenzaron su historia de amor hace más de un año, Johanna se ha convertido en una más dentro de la familia. Se lleva de maravilla con la pequeña de la casa, Irene, y se ha ganado el favor de Iñaki y la infanta Cristina.