El 15 de junio, mientras Kate Middleton reaparecía en Reino Unido ante la atenta mirada del mundo durante el Trooping the Colour, las familias encabezadas por la diseñadora Purificación García y el empresario Javier Cantarell se reunían en el corazón de Cataluña para ser testigos de la boda de Marc y Fernanda.
Un enlace organizado con mimo por el círculo más cercano a los novios y que tuvo lugar en un escenario de ensueño: la finca 'Mas Comas del Brugar', en Vulpellac, en el Empordà, propiedad de la familia de la novia. Un detalle que añadió un toque íntimo y personal al evento.
Descendiente de una de las sagas de empresarios más prolíficas de Cataluña, los Cantarell, fue su padre, Javier, el encargado de acompañar a la novia del brazo al altar. Con orgullo y paso decidido, además de ejercer de anfitrión, sostuvo a su hija Fernanda durante su último paseo de soltera, como manda la tradición de los padrinos.
Cargada de elegancia y emotividad, la ceremonia civil también contó con la participación de la diseñadora como madrina. Marc es el único hijo que tuvo con Albert Caballé y es madre de otras dos hijas mayores, María y Sole, nacidas de su primer matrimonio con David Álvarez.
La ceremonia ha unido a dos importantes sagas de empresarios
A pesar de tener padres diferentes, los tres hermanos están muy unidos. Tanto es así que hace ocho años fundaron la marca de bolsos Lonbali, con la que se han consolidado en un mercado de lo más competitivo. De hecho, Marc, que lució un original traje de lino, capturó todas las miradas con el forro de seda, adornado con uno de los prints más emblemáticos de la marca. Un detalle sofisticado y exclusivo.
La novia, una de las más originales de la temporada, se decantó por un vestido diseñado por Marta Martí, que combinó con un velo anudado en forma de pañuelo y un ramo de girasoles que aportaba el toque campestre.
Tras la ceremonia civil, oficiada por un notario, los novios y los invitados disfrutaron de un extenso aperitivo preparado por Le Chef, que fue seguido por un asado servido por El Asador.
Una vez terminaron, tal y como han relatado algunos invitados, el ambiente se llenó de alegría y sorpresa cuando algunos de ellos subieron al escenario para dedicar una serie de emotivas canciones a los recién casados, creando momentos inolvidables y llenos de emoción.
La decoración floral, a cargo de Milagros Agüero, y la impecable organización de Empordà Events transformaron el lugar en un entorno de ensueño.
Una boda donde se cumplió lo que deseaban los novios, combinar tradición y modernidad, y que ha unido a dos de las grandes sagas de empresarios de Cataluña en una boda que será difícil de olvidar.