'Me defino una luchadora en un mundo de hombres', así de rotunda se presenta Fátima Gálvez. La mejor tiradora olímpica de nuestro país lo ha ganado todo y en su extenso palmarés deportivo solo le falta la medalla olímpica individual, un sueño que puede cumplirse en los Juegos Olímpicos de París. "Ese sería un sueño con el que culminaría mi palmarés deportivo", afirma sin rodeos. Hablamos con la deportista a escasas semanas de las Olimpiadas y comparte con nosotros sus objetivos, retos pero también nos habla de lo difícil que ha sido para ella, como mujer, abrirse camino en el Tiro Olímpico. Explica, paso a paso, el significado de este deporte para romper los tabúes y desvela el gran trabajo psicológico que ha tenido que hacer durante estos años para no rendirse. "Los Juegos Olímpicos de Brasil me marcaron muchísimo, quedé cuarta, perdí la medalla de bronce. Fue un fracaso importante en mi carrera deportiva", señala sobre la importancia de trabajar la salud mental como deportista profesional.
Acaba de revalidar el título de Campeona de Europa y, a sus 37 años, tiene el foco puesto no solo en los Juegos Olímpicos de París sino también en los de Los Ángeles porque Fátima sí es una mujer que ha roto no solo uno, sino millones de platos en su vida. Cuenta con un impresionante palmarés, como la medalla de oro en Tokio, y se ha enfrentado a numerosas adversidades en esta disciplina. "Me echaron de competiciones porque era mujer", ha asegurado. Ilusionada con la próxima campaña olímpica, eso sí después de disputar la Copa del Mundo, Fátima, natural de Baena (Córdoba), ha recordado alguna que otra anécdota de otras olimpiadas y ha resaltado, sobre todo, la amistad que ha forjado con Lydia Valentín, con la que ha compartido hasta tres campañas olímpicas.
Tiro Olímpico es una disciplina quizás un poco desconocida para los seguidores del deporte. Cuéntanos, a rasgos generales, qué es el tiro olímpico y qué significa para ti.
El tiro olímpico o el tiro al plato, que es como se le conoce comúnmente, es tirar a un plato de color butano de unos 11 centímetros de diámetro en tandas de 25 con un máximo de 125 platos. Las seis tiradoras que rompan más platos se clasifican para una final en la que se disparan 50 platos, con la única diferencia que en la previa podemos disparar dos veces a cada plato y en la final se dispara solamente un disparo, la que más platos rompa es la que gana la competición.
Es un deporte que requiere de muchísima concentración. En psicología se asemeja al tenis y en ténica al golf, según la posición o la colocación del arma hace que rompa o que falle, un mal pensamiento hace que falles. Te permite conocerte a un nivel superior que otro deporte. El tiro al plato es mi vida porque empecé a practicarlo a los once años y tengo 37. El asistir los fines de semana al campo de tiro con mi padre para mí lo es todo.
Me gustaría que nos contaras tu historia de superación, de esa niña que con cinco años y viendo los Juegos Olímpicos por la tele decide que esa es su pasión y qué consejo le darías a otras niñas que estén ahora mismo en tu situación.
Espero ser el mismo referente que la tiradora china Zhang Shan fue para mi en el año 92 en Barcelona, aún no había categoría femenina y ganó. Me impactó muchísimo, me hizo ver que las mujeres también podemos disparar, no es un mundo de hombres. Me encantaría que digan "quiero ser como Fátima" porque llevo tantísimos años practicando este deporte que me ha dado tantas alegrías como derrotas. Yo sabía que quería ser tiradora y llegar a unos Juegos Olímpicos. Mi padre no tenía hijos, soy la pequeña de cuatro niñas, no me puso impedimentos e hizo todo para que aprendiese. Estoy superorgullosa de mi padre, igual que él lo está ahora mismo de mi.
“Me defino luchadora en un mundo de hombres”, así te describes en tu web. Cuéntanos las dificultades a las que te has tenido que enfrentar y los grandes retos que aún quedan en esta disciplina.
Yo era la niña graciosa, bonita y decían qué bien tira pero cuando empecé a llegar a las finales, en las que solamente había en esa época hombres, ya molestaba. Me echaron de competiciones porque era mujer y querían darle el beneficio a un hombre al que yo le sacaba cinco platos de diferencia. Espero que lo que yo he pasado, no vuelva a repetirse.
Eres la mejor tiradora olímpica de la historia de nuestro país… ¿pero que otras deportistas son un gran referente para ti y en qué te han marcado?
Siempre he sido fanática del deporte, a los cinco años ya estaba viendo los Juegos Olímpicos. Cualquier deportista que haya marcado en su deporte, ya sea atletismo, gimnasia, natación, fútbol, ha sido mi inspiración. Siempre me he guíado por el carácter y el trabajo duro de cada uno de los deportistas, así que no te puedo decir un nombre concreto. En tiro sí que tengo a grandes compañeras que son referentes y amigas mías como Zuzana Stefecekova, Elena Kvitova, Gevora Eliso…
¿Cuál es tu entrenamiento diario?
Mi preparación es técnica, física y psicológica. La parte técnica la tengo controlada porque prácticamente los platos lo rompemos ya visualmente, cerramos los ojos y sabemos cómo tenemos que mover el arma porque es una prolongación más de nuestro cuerpo. Psicológicamente trabajo con Zoraida Rodríguez, que llevamos casi una década juntas. Intentamos adelantarnos a situaciones que nos podemos encontrar en las competiciones como un mal comentario, alguna dificultad en las series... Y la parte física, nos centramos en compensar la musculatura porque los tiradores siempre tendemos a desarrollar más la parte con la que se dispara, en mi caso es la derecha.
Como bien dices, la preparación psicológica también es vital para una deportista como tú. La concentración es indispensable y un segundo te puede separar del oro. ¿Ha habido alguna situación en la que por problemas personales te hayas visto perjudicada del éxito profesional?
Hasta los Juegos de Río no trabajaba la parte psicológica, siempre he sido un poco autodidacta y me fijaba cómo afrotaban los deportistas las competiciones y cómo salían de un bache pero la parte psicológica tiene que ir unida a la parte física y técnica del deportista, porque son más las derrotas que las victorias y es muy difícil levantarte de una derrota si no tienes las herramientas suficientes. Los Juegos Olímpicos de Brasil me marcaron muchísimo, quedé cuarta, perdí la medalla de bronce. Fue un fracaso importante en mi carrera deportiva. No sabía si podía volver a enfrentarme a una final olímpica. Entonces, empecé a trabajar con mi psicóloga. Me ayudó a superarlo y en Tokio ganamos la medalla de oro. Me ha enseñado muchas técnicas para la vida diaria.
¿Te sientes más preparada que nunca y cuál es tu objetivo en estos Juegos?
Serán mis cuartos Juegos, por lo que tengo tablas más que suficientes para afrontarlos. Me encantaría ganar la medalla individual olímpica, que es la única que me falta en el palmarés. He revalidado título a nivel europeo después de trece años, que era un sueño. Tengo varias competiciones antes -Campeonato de España, Copa de España y Copa del Mundo- que me van a dar una información valiosa de cara a los Juegos.
¿Podría ser tu última cita olímpica o aún queda Fátima Gálvez para rato?
No, yo continuaría. Tenemos los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, que no sabemos si serán los últimos para el Tiro Olímpico.
¿Por qué serán los últimos Juegos?
Hace tiempo se planteó que los de París fueran los últimos porque no se sabía cuál iba a ser la siguiente sede olímpica. En este caso, como es en Los Ángeles ha cambiado porque los americanos son fanáticos del tiro, así que quieren hacer un guiño.
Noelia Pontes es la joven promesa del Tiro Olímico, ¿cómo ves o cómo quieres ver el futuro del tiro olímpico femenino en España?
Desde Tokio hay cada vez más mujeres que se están dedicando o aficionando al mundo del tiro. Veo un futuro maravilloso y, sobre todo, tienen unas referentes, como María Quintanar, Vanesa León, Vanesa Manuel o yo, que lo hemos conseguido todo y les hace tener aspiraciones altas para querer sustituirnos y llegar a nuestro nivel.
Imagínate por un momento en el podio con la medalla de oro, ¿cómo vive esa experiencia un deportista de élite, en qué piensa, a quién se lo dedicarías?
Ganar una medalla es el reconocimiento del trabajo de muchos años. Es la recompensa máxima que puede tener un deportista. Si la gano, me acordaría de mis inicios, de mi familia, de mi gente que siempre me ha apoyado.
Son tus cuartos juegos, ¿has forjado alguna amistad en las anteriores campañas con otros deportistas que nos sorprenderían? ¿Alguna anécdota en las villa que nos puedas contar?
En el desfile de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, me tocó al lado de Lydia Valentín y tenemos desde entonces una gran amistad. Hemos compartido las tres últimas campañas olímpicas juntas.
¿Qué le pides a esta temporada? Aparte de unas merecidas vacaciones.
Cuando vuelva el día 1 de agosto desaparezco del mapa. Quiero disfrutar de cada día hasta que se termine la competición porque ese momento se repite muy pocas veces y compartirlo con mi gente una vez regrese, independientemente del resultado.
Para quitar seriedad a la entrevista, como hemos comentado antes este año en el europeo has batido el récord con 43 platos… ¿te has parado a pensar alguna vez lo que os podéis gastar en platos en un año?
No sé ni los cartuchos que he disparado, ni los platos. Empecé a disparar con nueve años, a los once me tomé el tiro en serio y llevo 27 años practicando este deporte. No hay forma de contabilizarlo.