La química y el buen rollo entre Támara Echegoyen y Paula Barceló es más que evidente. Son más que un equipo, son dos buenas amigas que parece que han navegado juntas toda la vida, aunque nada más lejos de la realidad. En 2018, Berta Betanzos, la compañera de Támara decidió retirarse y Echegoyen, que estaba en plena vuelta al mundo, se quedó sola. Tocaba encontrar a una nueva acompañante para subirse al barco. En ese momento se cruzó en su vida, personal y profesional, Paula Barceló. Ahora, ambas no piensan en otra cosa que no sea traerse una medalla de los Juegos Olímpicos de París; sumado a la ilusión de Támara por ser, junto al piragüista Marcus Cooper. la abanderada de la delegación española en la ceremonia de inauguración.
- Támara, ¿cómo fueron tus inicios en la vela?
Llevo subida encima de un barco desde los cinco años. Mi padre adora este deporte y, tanto a mi hermano como a mí, nos dieron la oportunidad de practicarlo. Con el agua siempre tuve una conexión especial con el agua que no conseguí con otros deportes: siento tranquilidad y una concentración plena cuando estoy sobre el agua. Yo creo que eso es lo que me atrajo a poder convertir esta pasión en lo que que es ahora mi profesión y que tantas alegrías me ha dado.
- ¿Y los tuyos, Paula?
En mi familia siempre ha habido mucha tradición por la vela, tanto mi padre como mi madre fueron regatistas profesionales y además vivimos a cinco minutos del Club Náutico, la vela ha sido una auténtica pasión.
- ¿Cuándo se cruzan vuestros caminos profesionales?
Tamara: Berta Betanzos, la que era mi compañera, decidió dar un cambio radical a su vida y reestructuramos el equipo. Dejó la vela profesional. Y yo seguía con esa llama olímpica y esas ansias por seguir compitiendo y por seguir luchando por una medalla. Y en ese momento apareció Paula. Yo estaba haciendo una vuelta al mundo cuando la Federación hizo una selección de chicas que podían compenetrarse conmigo. Desde el 2018 estamos juntas y tenemos una relación de amistad increíble, somos un equipo muy consolidado que disfrutamos de competir juntas. No pudo haber mejor opción.
- ¿Cómo es tripular uno de lo barcos más potentes que existen?
Támara: Es una clase muy atlética, donde el barco es muy inestable y encima vamos colgadas de cables. Estamos en contacto con el barco, pero al mismo tiempo fuera de él; así que la fuerza, la agilidad, la compenetración entre las dos, requiere de un nivel muy elevado. Técnicamente es un barco muy complicado, sobre todo con condiciones fuertes de viento. Es un gran desafío para los regatistas y para mí siempre lo fue, sobre todo porque la compenetración entre los tripulantes es de máximo nivel. La coordinación entre Paula y yo tiene que ser perfecta. Es un barco muy exigente.
Paula: Se necesita pasión por competir y por navegar además de capacidad de trabajo y perseverancia. Y obviamente, pues necesitas mucha fuerza. Trabajamos muchas horas en el gimnasio para estar en las mejores condiciones físicas.
- ¿A qué os enfrentais además de a las olas y al viento?
Támara: Los deportistas tenemos que saber gestionar las expectativas, la presión competitiva, etc, para sacar nuestra mejor versión cada día, que no es nada fácil. A esto hay que sumarle las lesiones, los altos y bajos, un resultado de un mal campeonato... no es solo la vela. Parte del camino de cualquier deportista es gestionar todas las adversidades, eso es lo que te da la victoria.
Paula: Muchas veces luchamos contra nosotras mismas, por eso es muy importante tener una buena compenetración, trabajar ambas hacia la misma meta y entendernos muy bien. Somos como un matrimonio porque vivimos 24 horas juntas, siete días a la semana.
- ¿Cuántas horas de trabajo requiere un deporte como la vela?
Támara: Muchos días empezamos a las ocho de la mañana y nos vamos a nuestra casa a las ocho de la tarde. Tener a punto el barco, arreglarlo, revisarlo... recae en la responsabilidad de los regatistas. Por lo tanto, eso es muchísimo tiempo que hay que añadir a las jornadas de entrenamiento. Sumado a las sesiones con el fisio, a la reuniones para visualizar vídeos, a las formaciones en meteorología; convierten en larguísimas cada una de nuestras jornadas. Así que para nosotras es clave disfrutar de todo el tiempo que pasamos juntas.
Paula: Yo compagino mis dos pasiones, el deporte de competición y la medicina. Pese a saber que era complicado, me lancé a ello. Estoy con las dos últimas asignaturas de 5.º y después de los juegos terminaré el último año y podré decir que soy médico.
- ¿Quién es más divertida de las dos y quién es más seria?
Támara: Paula tiene una juventud y una sonrisa que es bastante complicado igualar. Puede ser que mi experiencia suponga un grado de seriedad, pero Paula es increíblemente madura para su edad, es seria y comprometida con sus objetivos, pero tiene esa jovialidad propia de sus 25 años.
- ¿Quién es más fuerte o más mañosa amarrando cabos?
Paula: Ahí me toca a mí. Porque mi rol en el barco es mucho más físico que el de Támara.
- ¿Quién tiene más manías de las dos?
Támara: Yo soy mucho más maniática y supersticiosa que Paula.
Paula: Sí, Támara tiene un poco más de TOC (risas).
-¿Quién manda más encima de la cubierta, Támara o Paula?
Paula: Yo diría que cada una tenemos como las responsabilidades muy marcadas, pero es verdad que a nivel de estrategia y táctica la que tiene siempre la última palabra es Támara.
- ¿A qué rivales tenéis más respeto?
Támara: Todo depende de las condiciones del tiempo que encontremos pero sin duda unas de las favoritas son las holandesas. Las brasileñas también pueden optar al oro. Las noruegas son muy buenas; las italianas están teniendo muy buenos resultados... pero Paula y yo tenemos muchas opciones de traernos el oro.
- ¿A qué rivales tenéis más respeto?
Támara: Todo depende de las condiciones del tiempo que encontremos pero sin duda unas de las favoritas son las holandesas. Las brasileñas también pueden optar al oro. Las noruegas son muy buenas; las italianas están teniendo muy buenos resultados... pero Paula y yo tenemos muchas opciones de traernos el oro.