Kevin Bacon, la recordada estrella de Footloose, Mystic River o Algunos hombres buenos, acudió en familia al estreno en Hollywood de su nueva película. El actor estadounidense llegó acompañado de su esposa, la también actriz Kyra Sedgwick, con quien lleva casado desde 1988, y sus dos hijos Travis y Sosie a la premiere de MaXXXine en el Teatro Chino de Hollywood. El intérprete de The Following presumió del atractivo que sigue teniendo pese al paso de los años. En apenas unos días -el próximo 8 de julio- cumplirá 66 años y aún así dio muestras de que sigue siendo un sex-symbol. "No me voy a quejar por ser objeto de deseo a mi edad", dijo hace más de siete años en una entrevista en el diario El País.
Kevin Bacon eligió para su paseo por la alfombra roja un traje en color rosa viejo, botas marrones y unas gafas de sol. A su lado estaba su esposa, Kyra, de 58 años, que llevaba un minivestido negro, medias negras y zapatos de tacón de pulsera, y al igual que su marido ha sabido desafiar al paso del tiempo. Ambos tienen hijos mayores de 30 años y ninguno de los dos actores aparenta su edad. Su hija Sosie, de 32 años, que también es actriz, lució un jersey con el rostro del cómico Tim Curry, falda negra y botas de cowboy, mientras que su hermano Travis, de 35, músico y productor, siguió su estética hardcore punk.
El actor presentó su nueva película MaXXXine junto a Halsey, Elizabeth Debicki, Moses Sumney, Mia Goth, Giancarlo Esposito, Lily Collins y la directora de la cinta, Ti West. Se trata de la tercera entrega de la saga basada en personajes originales creados por Ti y protagonizada por la actriz británica Mia Goth. Kevin Bacon tiene un papel protagonista como el investigador privado John Labat en el filme que llegará a los cines el 5 de julio.
Bacon hizo de este estreno un asunto de familia. Después de 36 años de unión, Kevin Bacon y Kyra Sedgwick forman uno de los matrimonios más estables de Hollywood. Ambos fueron víctimas de una de las mayores estafas del mundo como fue la de Bernard Madoff. La pareja descubrió en 2008 que habían perdido casi toda su fortuna por haber confiado en este asesor y financiero estadounidense que les llevó a la ruina. Bacon admitió que en un primer momento sintió mucha rabia y enfado al conocer que había sido estafado. Sin embargo, poco a poco se fue dando cuenta de que existía remedio y aún podía seguir trabajando. Entonces tomó la decisión de centrarse en lo que verdaderamente importa, y no en lo que ya habían perdido: "Hemos llegado hasta aquí, nuestros hijos están sanos, nosotros estamos sanos. Todavía podemos trabajar los dos".