La revista ¡HOLA! nos ofrecía esta semana las impactantes imágenes de Norma Duval y Matthias Kühn surcando las aguas baleares a todo gas, a bordo de una moto de agua. La escena no tendría nada de sorprendente si no fuera porque los 'jinetes' náuticos forman un impresionante matrimonio de sesentañeros en plena forma física.
Artista total y dueña de una anatomía prodigiosa, como si el tiempo no pasara para ella, Norma sigue siendo un bellezón a sus 68 años casi recién cumplidos (el pasado 4 de abril). A lo largo de su carrera ha tocado numerosos palos: actriz, presentadora, empresaria teatral, modelo… pero no podemos olvidar que la barcelonesa triunfó en el mundo de la escena como supervedette. Y quien tuvo, retuvo...
Su nombre está ligado a la historia del Folies Bergère —el templo francés del cabaret y el music hall—, como lo están los de Josephine Baker, Mata Hari, Yves Montand, Édith Piaf y hasta Frank Sinatra. Hace más de cuatro décadas que Norma debutó en el mítico teatro de París como primera vedette y toda la ciudad se rindió a sus pies. O más bien a sus kilométricas piernas y su manera de moverlas, que hacían levantarse del asiento a todos los que la contemplaban mientras descendía las escaleras, soberbia y rutilante, envuelta en capas de plumas apoteósicas.
Evidentemente, la genética juega a su favor, pero la artista sigue cuidándose, y uno de los secretos beauty fundamentales para mantener su famosa silueta es el ejercicio, combinado con una alimentación saludable. “Yo no paro nunca, y eso me mantiene en forma —nos confesaba— . Sigo haciendo deporte pero menos que antes, porque utilizo la misma talla de siempre y ya no tengo la misma exigencia a nivel laboral. No me machaco tanto ni lo hago a diario, pero tengo una bici de spinning, nado y camino”. Norma suele realizar caminatas al aire libre o en la cinta, un aparato que se ha convertido en uno de sus imprescindibles y que utiliza para andar o correr. “Hacer deporte es lo mejor para la mente y para el cuerpo”.
La actriz también nos comentó que jamás ha seguido una dieta, lo que no significa que no vigile su alimentación. “Lo que sí hago es comer bien y de manera equilibrada. Tomo mucha verdura, no pruebo la carne (excepto el jamón bueno, que me encanta), y también adoro los lácteos y la pasta. No tomo grandes cantidades, pero como casi de todo”.
En cuanto a su rutina skincare, Norma siempre ha declarado ser fan de las cremas, tanto, que como ha contado en más de una ocasión, “a los 12 o 13 años ya le quitaba a mi madre la suya. Me gusta utilizar pocos productos, pero que sean buenos”. Muy disciplinada, la artista se lava "la cara por la mañana con agua fría, como me enseñó mi abuela, y después aplico el sérum, seguido de la crema, ambos desde la frente hasta el escote. Lo hago en movimientos ascendentes, desde el centro, y cojo buena cantidad de producto: dos dosificaciones. Por la noche, limpio mi piel, aunque no siempre aplico tónico, porque tengo la sensación de que me reseca, y después siempre la crema del doctor Dray”.
Norma reconoce que cuida mucho la zona del escote, especialmente sensible, donde se aplica crema por la mañana y por la noche, lo que la ha ayudado a dejar de tener arruguitas. “Tenía muchas por culpa del sol, del que abusé mucho en el pasado. A los 30 años me conciencié y ya no salgo de casa sin mi protector solar, pero me sigue gustando tomarlo y tener cierto tono dorado. Nada de estar muy morena, porque no favorece nada y avejenta muchísimo la cara”.
Asimismo, nunca ha ocultado que recurre a tratamientos estéticos, como las vitamintas, o mesoterapia revitalizante, "porque es una forma de tener la piel luminosa y joven de una forma natural. Soy partidaria de pocos tratamientos pero bien hechos", ha dicho la artista, que siempre ha sido fiel a las técnicas del doctor Simon Dray.