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Verónica Fernández de Araoz y Gil de Santivañes con su padre© redes sociales

EXCLUSIVA

Todos los detalles de la boda de la nieta de Sonsoles Díez de Rivera, hija de la marquesa de Llanzol

Verónica Fernández de Araoz y Gil de Santivañes y Felipe de la Cierva y Rotaeche se casaron el sábado 22 de junio en su finca familiar en Toledo ante más de 350 invitados


24 de junio de 2024 - 14:03 CEST

El pasado sábado 22 de junio, la alta sociedad madrileña tenía una cita por todo lo alto en Toledo. Se casaba Verónica Fernández de Araoz y Gil de Santivañes y todo tenía que salir perfecto en este enlace, celebrado en la casa familiar de los descendientes del conde de Casal, bisabuelo de la novia. 

Tal y como ha podido confirmar ¡HOLA! en exclusiva, la familia se dio cita en el interior de esta finca donde Samantha Vallejo-Nágera tenía todo preparado para agasajar a los más de 350 invitados al enlace. Muchos de ellos de alto abolengo y descendientes de algunas de las familias nobles con más historia de España, como Escrivá de Romaní, De la Cierva o Díez de Rivera

Verónica Fernández de Araoz y Gil de Santivañes con su padre© redes sociales
Verónica Fernández de Araoz y Gil de Santivañes con su padre

Dos sagas unidas

La novia es hija de Eduardo Fernández de Araoz y Díez de Rivera y de Paloma Gil de Santivañes y Escrivá de Romaní, descendientes de dos de las grandes sagas de nuestro país. Es, por tanto, por parte de padre, nieta de la gran Sonsoles Díez de Rivera y de Icaza, hija de Sonsoles de Icaza, conocidísima por ser la marquesa de Llanzol. 

Eduardo Fernández de Araoz es el propietario de la empresa de organización de safaris The Blue Rhino Photo Safaris, una de las más contratadas por la alta sociedad para la organización de este tipo de viajes, muchos de ellos, lunas de miel. 

El novio es Felipe de la Cierva, hijo de Rafael de la Cierva y García Bermúdez y Beatriz de Rotaeche y Ozores, marquesa de Unzá del Valle. Sobrino, por tanto, de la periodista Teresa de la Cierva que hace apenas unos días se convirtió en abuela por segunda vez. 

En la actualidad, Felipe, arquitecto de profesión, ejerce como desarrollador de proyectos inmobiliarios Tellco Immobilien AG en Suiza. 

Sobre estas líneas, los padres de la novia, Eduardo Fernández de Araoz y  Paloma Gil de Santivañes© redes sociales
Sobre estas líneas, los padres de la novia, Eduardo Fernández de Araoz y Paloma Gil de Santivañes

En la casa familiar 

Como decíamos, la boda tuvo lugar en la casa familiar de El Sotillo de la Fresneda, la casa familiar de Paloma Escrivá de Romaní y Morenes, nieta del Conde de Casal e hija del Marqués de Alginet. Además, es descendiente por parte materna del conde de Asalto y baronesa de Andilla por su marido, Antonio Caro Santa Cruz. 

La finca, ubicada en Toledo, fue completamente transformada a gusto de los novios por el equipo de Samantha Vallejo-Nágera, encargada también de servir el suculento catering.

Tras un cóctel de lo más variado del que disfrutaron los 352 invitados, todos ellos tomaron asiento en una de las zonas del jardín distribuidos en mesas alargadas y otras redondas decoradas con estilo campestre. De los centros de flores se encargaron las manos expertas de Rocío, detrás de CG Flores y Cerámica. 

Una vez sentados, disfrutaron de un menú compuesto por dos platos y dos postres alternos: tartar de tomate y cigalas de primero, venado de segundo y sablée de limón y cremoso de chocolate que muchos de ellos compartieron con su acompañante. 

Las mesas de la boda© redes sociales
Unas gominolas en la boda© redes sociales

El vestido 

La novia, tal y como han confirmado personas cercanas a la familia, se decantó por un diseño de Navascués para su gran día, el mismo atelier que hace pocas semanas confeccionó el vestido de Teresa Urquijo Fernández de Araoz, prima de la novia, para su boda con José Luis Martínez-Almeida.

Hecho a medida para ella, con escote cuadrado, manga larga y falda con corte en A, estaba confeccionado en tul de seda, plisado en el cuerpo y contaba con un espectacular cinturón bordado en plata que aportaba el toque definitivo al look. Lo combinó con un velo de tul ilusión y un ramo de peonías rosas. 

Su padre, Eduardo Fernández de Araoz, que orgulloso ejerció de padrino acompañando del brazo a su hija al altar, lució un elegante chaqué gris marengo que combinó con guantes color vainilla a juego con el chaleco y chistera. 

Una boda de ensueño que la familia disfrutó a lo grande.