La española María de Valdés nació hace 26 años en Fuengirola, Málaga; aunque se sienta gallega de adopción. Ganó la medalla de plata en los 10 kilómetros de aguas abiertas del Mundial de Doha, carrera que le otorgó su plaza olímpica para representarnos en París 2024. Ahora tiene en la mente disfrutar, conseguir el mejor de los resultados y dedicárselo a su padre, Antonio, fallecido en diciembre de 2023.
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¿María, cómo te sientes?
Estoy muy bien, entrenando bastante de cara ya a los juegos y con muchas ganas e ilusión de afrontar esta prueba.
¿Cómo entró en tu vida la natación?
El agua para mí es mi vida. He estado siempre relacionada con ella desde muy pequeña: vengo de familia de nadadores y eso ha implicado poder estar siempre metida en el agua y disfrutarlo mucho.
Naces en Fuengirola pero la vida te lleva a Galicia, ¿cómo fue ese cambio?
Con 18 años pude optar a una beca para vivir la experiencia de la natación en Galicia, que es donde estoy actualmente. Necesitaba dar un salto y creía que era el momento perfecto para poder seguir creciendo como nadadora. Y ya llevo siete años allí y estoy muy contenta porque desde el primer momento me recibieron con los brazos abiertos. Así que estoy muy agradecida por la oportunidad.
¿Qué importancia tiene tu entrenador, Jesús de la Fuente, en tu carrera deportiva?
Jesús es mi mano derecha, es el que cada vez que me he caído, me ha levantado. Siempre ha sabido llevarme y eso que el camino no ha sido fácil. Uno de los grandes obstáculos que me ayudó a superar fue mi operación de hombro. Solo tengo palabras bonitas para él.
¿Cómo te han afectado tus lesiones?
En 2016 me operé del hombro izquierdo; luego en 2022 tuve la segunda operación en el mismo hombro. Hoy por hoy estoy completamente recuperada de las dos intervenciones y no me arrepiento de haber pasado por esto porque era necesario para poder seguir nadando y disfrutando del agua. Con las lesiones era casi imposible entrenar.
¿La rehabilitación fue dura?
Con la primera operación fueron casi ocho meses de rehabilitación y fue muy duro afrontarlo porque también era muy joven. En aquel momento tuve que trabajar mucho con la psicóloga, que me ayudó muchísimo. Con la segunda operación necesité entre cuatro y cinco meses de recuperación. Después, tomé el impulso necesario para poder llegar a la clasificarme para los Juegos Olímpicos de París.
¿Cómo de necesaria es la terapia en tu día a día?
Todo deportista necesita tener un psicólogo y que forme parte de tu día a día. Creo que es igual de importante que cuando vas al fisio o vas a entrenar. Antes parecía que recibir terapia era algo malo, pero por suerte ahora se entiende que es más que necesario tener cerca a una persona que te ayude
¿Cómo te ha afectado la muerte de tu padre?
Mi padre se fue en un momento muy crucial en mi carrera deportiva, cuando me jugaba la clasificación para los Juegos, fue justo dos meses antes del Mundial de Doha. Así que tuve que sacar fuerzas de donde no las tenía... bueno, siempre digo que me las dio él para poder seguir adelante. Mi padre siempre me dijo que luchara por mi sueño de ir a unos juegos olímpicos, de hecho tenía una hucha preparada desde hace dos años con dinero ahorrado para que toda mi familia fuera a verme a París. Así que toda esta aventura olímpica se la dedico a él.
¿Temes a alguna rival?
Todas son unas rivales increíbles porque tienen un potencial muy fuerte. En el Mundial de Doha, me quitó el oro la holandesa, así que se me ha quedado esa espina.
¿Qué diferencia hay entre una nadadora que compite en piscina a una que lo hace en aguas abiertas?
Una nadadora de piscina tiene las mismas características que una de aguas abiertas. La gran diferencia es que si estás nadando sola en una calle, tú eres tu propia rival, tienes que superarte a ti misma. En aguas abiertas influyen varios factores: puede haber hasta 80 nadadoras, haciendo un deporte de contacto en el que te puedes llevar un codazo; también afecta el clima, la marea, etc.
¿Te has marcado como objetivo traerte alguna medalla para España?
Lo primero de todo es que quiero disfrutar de mis primeros Juegos Olímpicos. Quiero dar el cien por cien de mí, incluso más, porque obviamente me encantaría conseguir algo histórico. El trabajo está ahí y espero que llegue la recompensa.
¿Cómo te imaginas el momento de cerrar tu maleta para ir a la villa olímpica?
Ese momento va a ser algo muy bonito, es un sueño hecho realidad que aún me cuesta creer.