Juan José López Martínez (Murcia, 1982), es doctor en Medicina especializado en cirugía ortopédica y traumatología deportiva e infantil y forma parte de la unidad de Ortopedia Infantil del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia, aunque también tiene su consulta particular. Este trabajo, además, lo combina siendo el médico del tenista Carlos Alcaraz, flamante ganador del último Roland Garros, con quien le une una estrecha relación personal y profesional, y con la publicación de libros de divulgación, el último, Hábitos para ser el número 1, en el que cuenta su historia y habla de su sueño cumplido de trabajar con el número dos del mundo en el mundo del tenis e inculca los buenos hábitos que le han permitido alcanzar sus objetivos y mejor día a día a nivel personal y profesional.
- Acabas de publicar nuevo libro, ¿cuándo y por qué nace Hábitos para ser el número 1? ¿En qué momento decidiste escribirlo?
- Lo he escrito para transmitir lo que intento comunicar en mi consulta a todos los pacientes que me vienen con un dolor generalizado, a veces de espalda, a veces en la rodilla. Yo les puedo tratar con una medicación y quitarles el dolor a corto plazo, pero lo que quiero es que la mejoría sea a largo plazo. También lo hago porque cuando trabajaba en la sanidad pública, por el exceso de pacientes que tenía, no podía centrarme en la prevención. Mi mensaje es que cuidar la alimentación y mejorar el descanso son básicos. Y decidí escribirlo, porque cuando está plasmado en papel puedo llegar a más gente. Hasta ahora el feedback que he tenido es maravilloso, el de gente que se va a poner a hacer deporte y que va a cambiar sus hábitos de raíz. Ese es mi principal objetivo: ayudar a la gente a mejorar su calidad de vida.
- ¿Qué significa para ti ser el número uno?
- Yo es que distingo entre ser el número uno a nivel personal y serlo a nivel profesional. Para mí lo principal es lo primero. Esas son personas felices, creativas, amables con la gente y buenas con sus familias y sus amigos. Eso es ser un número uno y, para serlo, se necesita, además, tener unos hábitos. Necesitamos ser personas deportistas, alimentarnos bien, descansar correctamente las horas adecuadas y tener alrededor gente que nos sume y que nosotros le sumemos a ellas. Si eres el número uno a nivel personal, también lo serás a nivel profesional, porque cuando vayas al trabajo, sea cual sea, vas a ser una persona más feliz, más creativa y mucho más proactiva.
- ¿Has conseguido serlo?
- Sí. Me siento un número uno a nivel personal y busco serlo cada vez más a nivel profesional, para lo cual sigo estudiando y formándome. A nivel personal me siento el número uno porque me siento bien físicamente, no tengo dolores, descanso lo necesario y soy feliz con mi familia y mi trabajo. Antes, tenía un componente de estrés crónico, que es la epidemia del siglo XXI. Me costaba dormir, tenía que medicarme de vez en cuando para conseguirlo y tenía dolores de espalda. Todo esto gracias a hábitos que he ido adquiriendo y que me permiten tener una calidad de vida muy alta.
- Cuando uno vive su propio proceso de crecimiento personal, de alguna manera es como que siente el impulso de compartirlo, de ayudar a otros. ¿Qué parte de tu experiencia vital te ha llevado a este camino y, por tanto, a reflejarlo en tu libro?
- Han sido dos experiencias. Por un lado, cuando toqué fondo a nivel anímico con la pérdida de mi padre. Y después cuando toqué fondo a nivel físico por los dolores que tenía de espalda tan repetidos y que me impedían hacer una vida normal. Me impedía coger a mis hijos y aguantar largas cirugías de pie. Cuando ya vi que toqué fondo con una lumbalgia muy aguda, a causa de la cual necesitaba la ayuda de mi mujer y de su abuela, me dije: "¡Hasta aquí!" Dejé el trabajo que más me estresaba e intenté ganar más tiempo de calidad para mí y para invertir en los hábitos de los que hablo, en mi caso, sobre todo, en el deporte, el descanso y la alimentación.
- ¿Qué tiene el tuyo que no tengan otros muchos que hay en el mercado de la misma temática?
- El mío, a diferencia de los que hay, es un libro escrito para todas las edades y con muchos ejemplos y experiencias personales. Además, hablo mucho de Carlitos, porque parte de estos hábitos son todo lo que estoy viviendo con él. También es distinto porque está escrito desde un punto de vista mucho más personal y porque creo que su lectura es mucho más fácil y sencilla que otros libros que tratan la misma temática, que se basan más en estudios científicos. Por eso este libro está dirigido a gente muy joven y muy mayor y a gente de muchos ámbitos sociales y culturales.
Era imposible prever el éxito de Carlitos porque hay muchos niños que destacan en una edad joven y prácticamente ninguno llega, pero se veía que tenía una magia, una forma de ser y de afrontar el deporte especial
- Vivir de esta manera que propones -más plena y más feliz- no parece algo muy sencillo. ¿Hay que currárselo mucho?
-No. Yo creo que se puede vivir de una manera más feliz simplemente cambiando ciertas cosas de nuestra vida. A diario recibo en consulta a mucha gente que me dice que no tiene tiempo para hacer deporte. Y con quienes tengo confianza, les digo: "Déjame ver tu teléfono". La media de tiempo de uso es de cinco o seis horas. Eso es una locura. En lugar de ello, tenemos que intentar cuidar nuestro templo, que es nuestro cuerpo, aunque sea solo media hora al día y saber qué alimentos consumimos. Una vez que adquieres estos hábitos, que se suelen adquirir después de tres o cuatro meses de trabajo, ya es todo mucho más fácil. Vas al gimnasio temprano por la mañana sin que te cueste ningún tipo de trabajo, te alimentas bien y descansas por la noche las horas necesarias sin tener que medicarte.
-¿Qué es lo primero que recomiendas a aquellas personas que nunca se han cuidado y que desean un cambio en su vida pero no saben por dónde empezar?
- Mi consejo es que se pongan en manos de profesionales. Por ejemplo, en el tema del deporte, no se trata de ir al gimnasio y empezar a levantar peso o ver tutoriales en YouTube. Tenemos que ponernos en manos de gente que sea especialista, que nos guíe y nos valore y que nos adapten los entrenamientos a nosotros. De esa manera vamos a conseguir progresar mejor y más rápidamente. Además, vamos a prevenir lesiones. Si queremos alimentarnos mejor o estamos con sobrepeso, tenemos que intentar ponernos en manos de nutricionistas. Y si tenemos una pérdida de ganas de vivir, tenemos que ponernos en manos de psicólogos o psiquiatras. Es decir, que tenemos que ponernos en manos de profesionales. Creo que es básico para adoptar estos hábitos. Después hay otros como el orden, la amabilidad o el contacto con la naturaleza que vamos a poder desarrollar nosotros mismos.
- En el libro hablas de nueve hábitos y comienzas por el deporte, ¿es el primero que aconsejas adquirir?
- Sí, porque a partir de ahí nos va a resultar todo mucho más sencillo. El deporte va a quitar el dolor con el que mucha gente vive, sobre todo de espalda o de rodillas. También va a generar endorfinas, que son esas hormonas que nos hace sentir mejor y más felices, y nos va a permitir descansar mejor y que nos queramos alimentar mejor para rendir más.
- También insistes en la amabilidad y el orden ¿por qué?
-Hablo del orden, sobre todo porque genera paz. Una persona ordenada es una persona que se sabe que, en el trabajo, va a cumplir con sus propósitos, que termina una cosa y empieza la siguiente y que, en su casa, también mantiene el orden. Por eso siempre aconsejo trabajarlo, a veces empezando por el frigorífico o por una habitación, porque aporta claridad mental. Y también hablo de la amabilidad, porque si trabajamos el hábito de ser amables, vamos a hacer una sociedad mejor. En una sociedad donde todo el mundo va a lo suyo, no cuesta nada serlo. Si te han atendido correctamente en una gasolinera, agradécelo, porque les vas a alegrar el día y se va a sentir mejor. Son hábitos que suman a todo el mundo.
- En cuanto a la alimentación, ¿crees que la gente piensa que come mejor de lo que lo hace realmente? ¿Cuál es tu consejo para hacerlo bien?
- Sí, pero la realidad es que no es así porque hay un sobrepeso tremendo y hoy en día tenemos una epidemia de obesidad infantil tremenda. Yo lo que aconsejo en este caso es informarse muy bien y sobre todo la guía que describo en el libro es la de recurrir a la comida real, es decir, comida sin ingredientes, que no esté envuelta en plásticos, de temporada. Ese es mi principal consejo, porque hoy en día estamos muy manipulados. Pensamos que los cereales X son muy sanos porque son sin azúcares y realmente lo que llevan es un montón de productos químicos que afectan a nuestra salud y nuestra microbiota intestinal.
- ¿Qué hábitos has integrado en tu vida en los últimos años y te han ayudado a mantener una energía positiva?
- Sobre todo, un cambio radical en cuanto al deporte, tener menos estrés para poder practicar la meditación o el mindfulness y dormir más y mejor. En resumidas cuentas, llevo el hábito de mis niños de cenar y acostarme pronto. También tengo más contacto con la naturaleza y me rodeo de amigos que realmente me suman.
- Eres médico de Carlos Alcaraz desde hace muchos años, ¿hay algún consejo que le des a él, pero que podría aplicarse a cualquier persona que no sea deportista de élite?
- Insisto en el tema de la epidemia de la pérdida de atención por las pantallas digitales. Tenemos que tener claro cada vez que desbloqueamos el teléfono de que va a ser un tiempo de uso laboral o personal y que no lo hacemos simplemente para evitar el aburrimiento. Tenemos que ser conscientes del tiempo tan tremendo que perdemos con las tecnologías y las pantallas.
Los hábitos se deben de mejorar, todos podemos mejorarlos, y mi papel es el de que los de Carlitos sean cada vez más perfectos para que un Fórmula 1 como él llegue a lo máximo y aguante mucho tiempo en la élite del tenis mundial
- Lo conociste con ocho años, ¿ya se veía que iba a llegar tan lejos?
- Era imposible prever el éxito de Carlitos porque hay muchos niños que destacan en una edad joven y prácticamente ninguno llega, pero se veía que tenía una magia especial y que tenía una forma de ser y una forma de afrontar el deporte especial.
- ¿Cómo se siente al ser el médico del actual campeón de Roland Garros?
- La principal sensación es de orgullo y felicidad. Orgullo porque hemos pasado una gira de tierra muy dura, con una lesión en su antebrazo que apenas le ha dejado jugar. Solo lo pudo hacer en el Mutua Madrid y muy mermado. Y felicidad porque es un sueño para mí. Es el torneo que más he seguido desde que era pequeño y el que más he visto en televisión. Verme finalmente partícipe de la final y con la copa de Mosqueteros en la mano me ha hecho muy feliz.
-¿Cómo es Carlos en consulta? ¿Cómo lo describirías? ¿Es buen paciente o hace oídos sordos a los consejos médicos?
- Es muy buen paciente, un chico muy cumplidor que respeta los tiempos y hace caso siempre a lo que le digo. Los hábitos se deben de mejorar, todos podemos mejorarlos, y mi papel es el de que los de Carlitos sean cada vez más perfectos para que un Fórmula 1 como él llegue a lo máximo y aguante mucho tiempo en la élite del tenis mundial.
- ¿En qué hábitos destaca (alimentación, orden, descanso) y cuáles son los que le costó más adquirir?
- Destaca en la alimentación, porque se se deja asesorar mucho por el nutricionista y por las personas que saben. Lo que quizás le falta mejorar es en el tema del tiempo de la pantalla y las horas de descanso, pero no es más que un chaval joven y es normal que de vez en cuando esté más tiempo con el móvil jugando o entrando en las redes sociales. Son hábitos que debemos ir mejorándolos poco a poco. Otro hábito en el que destaca es en el de la amabilidad. Yo diría que en el que más. Es extremadamente amable a pesar de su repercusión mediática Y siempre trata de cumplir con todo el mundo, sobre todo con los niños.
- Esa adicción al móvil, ¿cómo se puede corregir?
- Es complicado hoy en día. Yo en ningún momento digo que haya que ser extremista en las posturas, pero se puede coger el móvil, se puede pasar bien, se pueden ver vídeos, se puede hacer de todo, pero tenemos que ser conscientes del tiempo que usamos y a veces intentar usar ese tiempo en otras cosas como la lectura, el arte…. Yo, por ejemplo, siempre le recomiendo la lectura, con la que se puede aprender mucho más.
- ¿Y les ha conseguido inculcar finalmente esa afición?
- Sí. De hecho, se está leyendo mi libro. Le gusta mucho. Además de que hablo de él, me conoce mucho y muchas de las anécdotas que cuento las ha vivido conmigo. Como decía, la lectura es un gran hábito que solo nos aporta cosas positivas y, en este caso, él lo va practicando cada vez mejor.
- ¿Algunas veces te has dicho: "Consejos doy, que para mí no tengo"?
-Digamos que esa frase la podría aplicar a mí, al Juanjo López de hace cinco años, el que sí que podía dar consejos, pero no me los aplicaba. Ahora doy consejos y son consejos que yo me aplico. Creo que los médicos debemos de dar ejemplo y mantenernos lo más saludables posibles y tener esos hábitos más integrados que otros otros sectores de la población.