"Depende mucho de por donde me dé", nos dice Carmen Maura cuando le preguntamos cómo decide participar en un proyecto. "A veces me encanta la personalidad de un director, o de repente ver un guion que me gusta, o que le veo un sentido nuevo. Y luego cuenta mucho la localización. Si es en el campo, lleva mucho adelantado. Y aquí había mucho". Sobran las presentaciones. Es tan grande en lo que hace que ella misma se desdobla para que la actriz no termine engullendo a la persona. "Hace ya un tiempo me convertí como en dos. Me es muy fácil separarme de la actriz", asegura. "Me encanta que la gente que no conozco de nada se me acerque por la calle, yo atiendo a todo el mundo. Y que me digan cosas del tipo '¡cómo me he reído contigo!' es el mejor premio que me pueden dar". Premios en su carrera hay infinitos. Nacionales e internacionales, porque la Maura es lo más dentro y fuera de España, y aunque a ella eso de Hollywood como que no le convenció (nos lo cuenta en una divertidísima anécdota, pero tengan paciencia), ha trabajado mucho más allá de nuestras fronteras y es un referente en todo el mundo.
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Temblando de nervios
Quizá por eso Eva Longoria llegaba al rodaje de Tierra de mujeres entre la ilusión de cumplir su sueño de trabajar, por primera vez, en español y la presión de 'estrenarse' ante semejante compañera. "Estaba temblando de los nervios", nos comenta. La serie, basada en el libro de Sandra Barneda La tierra de las mujeres, se estrena el 26 de junio en Apple TV+. Y el mago capaz de reunir a estas dos actrices, de manera sorprendente e inesperada, en un mismo proyecto es Ramón Campos, cofundador de Bambú Producciones, la factoría de éxitos como Velvet, Gran Hotel, Las chicas del cable, Fariña o muy recientemente El caso Asunta.
"Somos muy distintas como personas, pero nos hemos llevado muy bien"
"Yo soy de Noia, un pueblito al lado de Santiago; crecí viendo las películas de Almodóvar y el cine de Carmen Maura… y veía Mujeres desesperadas. Y encontrarme con que tengo a Eva Longoria para hacer uno de mis personajes y a Carmen Maura… Yo lo defino como tener a Messi y a Cristiano Ronaldo en el equipo y, de repente, ser tú el entrenador. Ha sido un sueño". La relación con Eva viene de lejos y comenzó a través de su marido, Pepe Bastón, al que conoció "en uno de sus viajes a España. Hablamos de posibles cosas que podríamos hacer juntos y nos presentó a Eva. Y ahora él me dice: ‘Has acabado trabajando con mi mujer antes que conmigo. Eso es muy injusto, porque yo te conocía antes", ríe Ramón, que comparte la producción ejecutiva de la serie con la actriz.
"Antes de hacer esta, ella había comprado los derechos de varias de nuestras series para adaptarlas en Estados Unidos. Es muy inteligente, además se conoce muy bien a sí misma y conoce muy bien lo que espera el público de ella. Entonces, para mí era un lujo tenerla en la producción ejecutiva, porque era una forma de asegurar que me salía lo adecuado. Es capaz de darte el feedback de manera muy rápida. Tiene una cabeza privilegiada. Bueno, está donde está y no es casualidad que esté ahí". El primer contacto con Carmen Maura fue para Tierra de mujeres. "No la conocía y al principio decía: 'Bueno, a ver, la estamos llevando a Girona a vivir, a ver si lo lleva bien…'. Y de repente se emocionó con el proyecto, lógicamente con tener a Eva ahí, y nos hemos hecho superamigos. Entonces, es una maravilla. Así que eso que me llevo: haber trabajado con Carmen Maura. Ya puedo hacer un check en mi currículum…".
Hacía mucho tiempo
La pasión por España de Eva Longoria viene de lejos. Hace dos décadas que la actriz, directora y productora conoció Marbella de la mano de Melanie Griffith y su gran amiga María Bravo, junto a la que puso en marcha Global Gift, y ha sido asidua desde ese momento. Tanto, que el año pasado, en mitad del rodaje de la serie, terminó de encontrar la casa de sus sueños en la localidad de la Costa el Sol. "Voy a tener proyectos aquí todo el año", comenta. Hace muy poco se habló de que se había mudado definitivamente. "Quiero, sí, quiero. Necesito más trabajo —ríe—. Es un sueño para mí vivir aquí en España, es como un way of life que me encanta, cómo viven aquí", nos dice cuando le preguntamos si se ha instalado de manera permanente.
"Sí, quiero instalarme definitivamente en España. Es un sueño para mí, me encanta cómo viven aquí", dice la actriz, productora y directora nacida en Texas, con orígenes asturianos
"Esta es la primera vez que estoy delante de la cámara desde hace muchos años. He estado dirigiendo, ya llevo doce años, y me decía: 'Tengo ganas de actuar, como que se me ha olvidado ser actriz", ríe. En esta vuelta a la actuación, da vida a Gala, una madre neoyorquina con síndrome del nido vacío, cuya vida da un vuelco cuando su marido implica a toda la familia en turbios asuntos financieros. Esto la obliga a huir de la ciudad con su madre (Carmen Maura) y su hija (Victoria Bazua). Las tres se esconden en un encantador pueblo vinícola catalán, del que la madre se fue hace 50 años y al que juró no regresar. "He podido conocer la Costa Brava, Cadaqués, Rosas, la comida; cada vez que tenía un tiempo libre me iba a descubrir todo, los viñedos… Es un lugar precioso, me encantó". Del rodaje, Eva disfrutó al máximo, y del equipo, "especialmente de las escenas con mi madre, Carmen Maura, y mi hija, Victoria. Cuando estábamos las tres, era maravilloso". Su nuevo proyecto también será aquí: un programa sobre gastronomía española para la CNN (ya lo hizo para México), que la va a tener recorriendo el país durante varias semanas.
"Estoy en una situación muy privilegiada: no tengo que trabajar, quiero hacerlo. Y puedo elegir. Soy una suertuda. "I’m lucky", confiesa Eva
Aquella joven de origen mexicano que llegó a Hollywood con el título de Miss Corpus Christi y dos dólares en el bolsillo, desde su Texas natal, es hoy una estrella que trabaja incansable para dar visibilidad a la comunidad latina, ayudar a las familias y empoderar a las mujeres mediante oportunidades y educación. "Todavía es muy difícil, no tenemos representación suficiente. En Estados Unidos, los latinos constituyen el veinte por ciento de la población, pero en la televisión y el cine somos el cinco. No es nada. Y las mujeres aún menos, especialmente las directoras. Tenemos talento, pero no las oportunidades. Por eso creé mi productora, Hyphenate Media". A sus 49 años, asegura: "Hay vida después de los 40. Me acuerdo de que, cuando se estrenó Mujeres desesperadas, era la primera vez que se contaba una historia de mujeres de más de 40; yo tenía 30, pero el resto tenía esa edad. Y era innovador. Las mujeres estamos impresionantes a esta edad", nos dice Eva, que da "gracias a Dios porque estoy en una situación muy privilegiada: no tengo que trabajar, quiero hacerlo. Y puedo elegir. Soy una suertuda. I’m lucky".
Hay que aceptar la edad
"Con Eva, muy bien. Es encantadora. Somos muy distintas como personas, pero nos hemos llevado muy bien. Pasaba gran parte del día repasando con su coach cómo hablar en español, y todos por la labor de ayudarla, y se le entiende perfectamente. Incluso tiene su gracia cómo habla", nos dice Carmen, a quien de Tierra de mujeres le atrajo "fundamentalmente mi personaje… Y bueno, Figueras, porque era una zona que no conocía, ni el mundo de las viñas. Me gustó la historia, es bonita". Julia, a quien da vida, "se pone el mundo por montera. Es una persona que ya se sentía libre cuando tenía 17 años, imagínate ahora". En un momento, su personaje asegura: "A mi edad, o te ajamonas o te amojamas", y al recordárselo, la actriz ríe: "Intento hacer ejercicio físico. Lo que hay que hacer es aceptar la edad lo mejor posible, pero no obsesionarse con una arruguita aquí u otra arruguita allá. Lo importante es que el cuerpo te responda, porque rodamos doce horas y hay que estar preparada. Tengo un ángel de la guarda que siempre me echa una mano. He tenido muchos golpes de suerte, pero también es verdad que le he dado muchísima parte de mi vida, de mi cuerpo, de mi cabeza y de mi todo a esta profesión", nos cuenta Carmen, quien ha encontrado muchas dificultades en el camino.
"Sentir que puedo hacer lo que me dé la gana me encanta. Y en eso he ganado muchísimo al ser viejecita, porque tengo 78, no lo escondo. También es una ventaja que puedes decir muchas más cosas"
"Me agarré a este trabajo porque, para mí, ha sido fundamental en mi vida. Porque mi vida no ha sido nada fácil. Esto ha sido como un camino que se me daba muy bien y que me resultaba muy divertido de hacer, puse mucho entusiasmo porque me era necesario". ¿Hoy tomarías la misma decisión de seguir ese camino? "Es que no lo sé porque, claro, cuando tomo la decisión y me pasa todo lo que me pasó cuando quise ser actriz, no me lo esperaba, entonces, si me hubiera puesto la peliculita y lo que iba a pasar después, no lo sé. Pero, como te digo, tengo un ángel de la guarda y me aconsejó muy bien, hice lo que debía hacer. Está clarísimo".
"Me agarré a este trabajo porque, para mí, ha sido fundamental en mi vida. Porque mi vida no ha sido nada fácil. Puse mucho entusiasmo porque me era necesario"
El mundo ganó a una de sus grandes intérpretes, que relata su paso por Hollywood entre risas: "Fuimos Antonio Banderas y yo por Mujeres al borde de un ataque de nervios. Él era jovencísimo, pero yo tenía 40 años, o sea, que yo tenía mi puesto aquí. ¡Qué diferencia de cómo nos gustó aquello! Recuerdo que nos dieron un descapotable y él iba así, con el pelo hacia atrás, conduciendo y decía: '¡Esto es lo mío, esto me encanta!'. Y yo asqueada porque todo eran carreteras, no se podía pasear. El otro encantado… y yo me di cuenta de que aquello era empezar otra vez. No tengo con eso ninguna frustración, es que no me gustó esa ciudad, donde todo es cine de una manera tan explosiva. Y no creo que vuelva por allí", asegura Carmen, que encuentra su remanso de paz en el campo: "Siempre me han gustado muchísimo las plantas y también los animales".
Y hoy en día, a estas alturas de la vida, una de las cosas que más aprecia es "sentir que puedo hacer lo que me dé la gana. Me encanta. Y en eso he ganado muchísimo al ser viejecita, porque tengo 78, siempre lo digo. Hay desventajas, como, por ejemplo, que el chip de la cabeza se te achica un poco, que el cuerpo no es el mismo… en fin, así que me busco las ventajas. También lo es que puedes decir muchas más cosas, porque, bueno, 'como está viejecita'… Yo a la gente intento decirle lo que pienso. Lo que tengo que ser es discreta para no montar un follón, pero es importantísimo".