En medio de toda la 'tormenta' que está viviendo a nivel personal y profesional, Jennifer Lopez ha decidido poner tierra de por medio y ha hecho las maletas para poner rumbo a Italia junto a un grupo de amigos. La actriz y cantante, de 54 años, fue fotografiada este miércoles, 19 de junio, saliendo de un hotel en Positano, en la costa Amalfitana, y después se subió a un yate para disfrutar de un día en alta mar.
La protagonista de Atlas se mostró especialmente sonriente y divertida mientras charlaba con sus amigos en la cubierta del barco. Jennifer, que recientemente explicó el motivo por el que está "más delgada que nunca", presumió de abdominales con un top corto de color amarillo pastel que iba a juego con sus shorts. La diva del Bronx lució piernas también, muy tonificadas y bronceadas, con unas sandalias metalizadas con tacón, además de gafas del sol XXL y su melena suelta con ondas suaves.
Jennifer está aprovechando para relajarse, desconectar, tomar el sol... mientras su marido sigue haciendo planes con sus hijos. Esta semana, el actor de Batman fue captado por los fotógrafos mientras daba un paseo en moto con su hijo pequeño, Samuel. Ben, que llevaba una camiseta azul marino con pantalones vaqueros y zapatillas blancas, conducía la motocicleta con su hijo sentado detrás de él. Los dos llevaban cascos para ir bien protegidos.
La intérprete de On the floor quizá utilice estos días para pensar y aclarar sus sentimientos, ya que es consciente de que tiene que tomar una decisión respecto a su futuro con Ben Affleck. Por el momento, ninguno de los dos se ha pronunciado sobre los rumores de crisis pero lo cierto es que viven separados desde hace semanas.
De hecho, varios medios estadounidenses aseguran que la pareja ha decidido poner a la venta la espectacular mansión que se compraron después de casarse para vivir con sus hijos: Samuel, de 12 años, Fin, de 15, y Violet, de 18, que el oscarizado actor tuvo durante su matrimonio con la también actriz Jennifer Garner; y Emme y Max, los gemelos de 16 años, que JLO comparte con Marc Anthony. Al parecer, su agente inmobiliario lleva "enseñando la casa durante aproximadamente dos semanas" pero aún no ha conseguido un comprador.
En plena crisis de su matrimonio, fuentes cercanas han contado que ni Jennifer ni Ben quieren quedarse con la casa familiar que compraron por 55 millones de euros. ¿El motivo? Ella siente que es demasiado grande y a él no le gusta que le quede tan lejos de sus hijos. "A Ben nunca le gustó la casa. Está demasiado lejos de sus hijos", ha dicho a la revista People un conocido de la cantante.