Azahara Muñoz no es solo una de las mejores deportistas de la historia del golf de nuestro país, sino también una mujer competitiva, luchadora, serena, familiar y que mantiene la pasión por esta disciplina tan viva como el primer día. A dos meses para los Juegos Olímpicos de París, la golfista española, que reside actualmente en Florida, no deja de soñar con el oro: "Una medalla olímpica sería un sueño, representar a España y subirte al podio sería algo espectacular". Además, se enfrenta a sus terceros y últimos Juegos Olímpicos, tal y como ella misma nos ha desvelado en una entrevista en la que también ha contado alguna anécdota de cómo vivió dentro de la Villa Olímpica los Juegos de Río de Janeiro. "Ir andando por el comedor y ver a Michael Phelps o coincidir con compañeros otra vez. Ver a tantos deportistas juntos es una experiencia increíble", ha afirmado.
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Campeona de España Alevín, Infantil, Sub-18, Junior y Absoluta, Azahara, que cuenta con un palmarés impresionante, está aficanda en Estados Unidos, donde no solo estudió Psicología en la Universidad del Estado de Arizona, sino que también ha formado una familia junto a su marido, Tim Vickers, con el que se casó en su Málaga natal en 2015. Siete años después, daban la bienvenida a su primer hijo, Lucas, y con ello su vida dio un giro de 180º. Sin tapujos, la golfista, natural de San Pedro de Alcántara, ha hablado de la conciliación en el deporte de élite y de lo que significa separarse de su pequeño, de dos años y medio, en los torneos internacionales: "Quiero ser una madre bastante presente, cuando llego a casa quiero estar con él y que él disfrute de su madre". Una charla en la que Azahara Muñoz, ganadora del Open de España en 2016 y 2017 y segunda en 2018, ha repasado sus objetivos de cara a los próximos Juegos y, además, nos ha explicado cómo la enfermedad de Hashimoto, que le diagnosticaron en 2016, ha afectado a su rutina profesional.
Azahara, empezamos por el principio… ¿cómo decides dedicarte al mundo del Golf y, sobre todo, en qué momento das el salto a la Universidad del Estado de Arizona?
Empecé a jugar al golf por unos amigos. Sus padres les apuntaron a un campo de prácticas que abrieron en mi pueblo, San Pedro de Alcántara, así que empecé a ir con ellos y me encantó. A los trece años, entré en el equipo nacional y veía a las niñas mayores que estaban en las universidades americanas. Recuerdo perfectamente que volvieron en mayo para el Campeonato de España y llevaban todas el uniforme del equipo y la bolsa de golf con el nombre y en ese momento decidí que yo iba a estudiar también en América.
Elegí la Universidad del Estado de Arizona porque jugué un torneo junior allí cuando estaba en el instituto, tenía 16 años. El equipo siempre ha sido muy bueno. Fue una de las primeras universidades que visité y todo era tan espectacular que me gustó. Más tarde, cuando estaba en tercero de carrera decidí dedicarme profesionalmente al golf.
Desde finales del año pasado hasta ahora has encadenado nueve torneos seguidos pasando el corte, has quedado segunda en el último torneo del LPGA en 2023. Después de estos resultados tan buenos y teniendo en cuenta que hay Juegos Olímpicos, ¿cuáles son tus objetivos para este 2024 y para los Juegos en particular?
Ya no me quedan tantos años en el tour. Tengo un niño de dos años y mis objetivos han cambiado. No puedo viajar tantas semanas como antes, tengo 36 años y me estoy tomando las cosas más tranquila. Quiero jugar bien, quiero quedar en los primeros puestos en los torneos e, incluso, ojalá, ganar alguno. Una medalla olímpica representando a España sería un sueño, subir al podio sería espectacular.
¿Cómo ves el futuro del golf femenino en España? No se si tienes alguna favorita en particular y qué consejo le darías
Ahora las niñas amateur están jugando increíble. Han ganado los europeos, han ganado el Mundial, están ganándolo todo. He jugado con alguna en el Open de España y están en muy buenas manos. La Federación está haciendo un trabajo increíble. Vienen unos años muy buenos para el golf femenino español.
Si echamos la vista atrás, ¿nos puedes contar alguna anécdota de cómo es la vida dentro de las villas olímpicas?
En Río, si me quedé en la villa pero en Tokio no porque el campo de golf estaba muy lejos. En Francia, no nos vamos a quedar en la villa porque está a una hora y cuarto y competimos bastante pronto. Nos quedamos en un hotel. En Río, fue una pasada. Recuerdo que, cuando el equipo de baloncesto se clasificó para la final, toda la planta de España les recibió cantanto. O ir andando por el comedor y ver a Michael Phelps, coincidir con compañeros otra vez... Ver a tantos deportistas juntos es una experiencia increíble.
¿Qué te da más miedo de esta campaña olímpica?
En cuatro años creo que no voy a seguir compitiendo en golf por muy bien que me vaya. Mi niño ya estará en el cole, son distintas cosas... Me da miedo saber que son las últimas, pero las quiero disfrutar lo más que pueda.
Hablemos de algo tan importante, sobre todo para ti, como la maternidad. Eres madre de un niño de 3 añitos, ¿cómo afrontas París sabiendo que te tendrás que separar de Lucas durante unas semanas?
Me voy a separar de él solo una semana. Competimos los últimos días de las Olimpiadas. Además, mi marido va a venir conmigo, me va a hacer de caddie, así que va a ser una experiencia muy especial. También me hizo de caddie en Río, es nuestra segunda campaña juntos. Será una historia muy chula de contar: su padre y su madre estuvieron allí juntos. Además, no son las primeras Olimpiadas para mi hijo, en las últimas de Tokio competí estando embarazada de diez semanas pero nadie lo sabía.
¿Cómo ha sido compaginar tu faceta profesional con tu experiencia como madre y qué cambios ha supuesto para ti?
El golf es un deporte en el que se viaja demasiado. Me fui a Asia dos semanas y no me pude llevar al niño, lo bueno de los torneos en América es que tenemos guardería. Ahora vengo de entrenar y llego a casa muy cansada pero mi niño me está esperando, ya se ha despertado de la siesta y quiere jugar conmigo y él se merece eso. En este sentido, sí es difícil porque estás cansada y no tienes un respiro. Quiero ser una madre presente, cuando llego a casa quiero estar con él y que disfrute de su madre.
¿Te has planteado definitivamente si serán tus últimos juegos o dependerá de los resultados?
Serán mis últimos Juegos, no es que me lo plantee ni nada, ¡ojalá que no! Pero, sinceramente, siento que sí, porque no me veo en cuatro años siendo capaz de mantener este nivel de exigencia.
Me gustaría hablar contigo de un tema que, quizas es algo más delicado, como es la enfermedad de Hashimoto. Creo que para muchos de nuestros lectores es totalmente desconocida, a ti te la diagnosticaron en 2018 pero no te ha frenado nunca. Sí que me gustaría que nos contarás tu historia de superación y cómo estando en lo más alto del deporte se recibe esta noticia
El Hashimoto me lo descubrieron en 2016 y me ha frenado un poco porque he estado muy cansada, paso por épocas que no puedo entrenar tanto, no me encuentro bien o tengo más ansiedad. Pienso que todos tenemos algo y no me quejo, intento hacerlo lo mejor que puedo siempre. La vida reparte las cartas y me tocó esto, gracias a Dios, lo tengo medio controlado. Con los viajes es complicado porque vivo bajo mucho estrés, de hecho me han tenido que cambiar la medicación últimamente.
¿Qué es lo que más echas de menos de la vida en España y si te planteas volver a casa una vez digas adiós al deporte
Echo muchísimo de menos la vida de España, a mi familia, la comida, mis amigos... Aquí soy muy feliz, estoy casada con un hombre maravilloso, tengo amigos, un hijo que es una maravilla también, pero lo echo de menos. Siempre he pensado en volver a casa, pero si soy sincera, mi marido tiene muy buen trabajo aquí en un banco. Cuando yo deje de competir será más fácil todo. Siempre hemos hablado de tener una casa en España porque quiero que mi hijo Lucas tenga contacto con mi familia, que conozca a sus primos, a sus tíos... que esté mucho con ellos. En un futuro no descarto que todos nos vayamos para allá.