Juliana Falconieri: dedicó su vida a la oración, la caridad y el apostolado, y formó una comunidad de terciarias devotas que siguieron su ejemplo. Murió a los 71 años, dejando una profunda huella de santidad, y se le atribuyen numerosos milagros tras su muerte.
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Elena Aiello, beata: fundó en 1928 las Mínimas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo para ayudar a los pobres y honrar la Pasión del Señor. Recibió estigmas en 1922 y fue conocida por sus profecías, incluyendo la predicción del fin de Mussolini y la advertencia de los escándalos en la Iglesia.
Romualdo: fundó la orden de los Camaldulenses, dedicándose a la oración, penitencia y soledad. Además, su vida, marcada por su fervor religioso y la creación de monasterios para la conversión y penitencia, transformó a muchos, incluyendo su propio padre y el Dux de Venecia.
Deodato de Nevers: nacido en Nevers en una familia noble, fue obispo de Nevers y benedictino. Tras buscar la vida solitaria, fundó el monasterio de Jointures y desarrolló la ciudad de Saint Dié; también ayudó a establecer la abadía de Ebersheimmunster en Alsacia.
El santoral cristiano también celebra hoy la onomástica de Lamberto de Zaragoza, Miguelina Metelli, Gervasio y Protasio.