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Isabel Jiménez, descubrimos sus trucos para lucir ‘tipazo’ a los 42 años

La base de las rutinas que lleva vienen de un concepto llamado ‘Slow Life’ y es el mismo nombre que utiliza para la firma de moda que comparte junto a Sara Carbonero

17 de junio de 2024 - 12:07 CEST17 jun 2024 - 12:07 CEST

Tal como adelantamos y mostramos en ¡HOLA!, Isabel Jiménez viajó junto a marido, el ingeniero Álex Cruz, y sus dos hijos, Hugo y Dani, de cinco y tres años, respectivamente, a Ibiza. Una escapada que, aunque propiciada por su asistencia a la 53 edición de la Pasarela AdLib, también aprovechó para visitar las mejores playas y algunos de los rincones más bonitos de la isla pitiusa y celebrar el cumpleaños de Álex, que alcanzó los 44 años el 9 de junio.

En el paraíso balear, hemos podido ver a la presentadora de informativos no sólo disfrutar de las estupendas aguas mediterráneas en familia, sino la espectacular figura y las abdominales que mantiene a sus 42 años y después de su doble maternidad. En las instantáneas luce un bikini de color verde que le sienta fenomenal, una señal de que entre tantos proyectos profesionales -combina su trabajo en televisión con la dirección de su firma de ropa Slowlove con Sara Carbonero- saca tiempo para cuidarse.

Para la periodista, llevar una vida saludable es de lo más importante para mantener una vida equilibrada, una filosofía que nunca pierde a pesar de la vida tan ajetreada que lleva. La base de las rutinas que lleva Isabel vienen de un concepto llamado Slow Life y es el mismo nombre que utiliza para la firma de moda que comparte junto a su buena amiga, Sara Carbonero. Se trata de una marca que que refleja la esencia de una vida tranquila y sana.

Si existe un pilar imprescindible en su rutina ese es el yoga. Una disciplina, que, como ella misma nos explicaba en una ocasión, ha formado parte siempre de su vida. No dudó en seguir practicándolo mientras estaba embarazada del pequeño Daniel (con posturas, como la de ‘el bailarín’), y volvió a recurrir a ella para recuperar su figura al igual que hizo cuando nació su primogénito, Hugo. Durante la dulce espera de su primer hijo, tan sólo ganó nueve kilos, así que “al mes de dar a luz, sólo le quedaba un kilo por perder”, nos detallaba en una entrevista.

La profesión de Isabel también le exige mostrar siempre una imagen cuidada y descansada, y es que su rostro se cuela en los hogares españoles casi diariamente, tiempo de sobra para fijarse en su piel. La periodista luce un cutis ideal, y lejos de esconder sus trucos de belleza, la comunicadora lo cuenta todo en sus redes sociales. Tiene que maquillar su cara cada día debido a su trabajo, y por eso la base de su rutina facial es hidratar su piel muy bien. Y no solo la de su rostro, también la del resto del cuerpo. A esto hay que sumarle, también, pilates (que ha practicado con máquinas durante diez años) y otros ejercicios con los que ha consiguió presumir de figura en tiempo récord. También es una apasionada de los deportes acuáticos.

La periodista es una apasionada de los deportes acuáticos y no descuida su alimentación, recurriendo al mindful eating

Asimismo, Isabel no descuida su alimentación y suele optar por alimentos saludables, recurriendo al mindful eating (también llamado alimentación consciente), que consiste principalmente en comer con el estómago pero también con el cerebro y los cinco sentidos. Es una manera de alimentarse poniendo atención y, sobre todo, intención en la experiencia que es comer y analizar aquellos pensamientos, sensaciones y emociones que tienen lugar antes, durante y después de dar el primer bocado. Más que una dieta, es una forma de alimentarse sin remordimientos que busca volver a lo natural y da importancia al valor de conocer el origen de los alimentos; intentando que seamos conscientes de qué y cómo comemos.

Es una forma de alimentarse muy sencilla pero cuyos beneficios son incalculables. Básicamente, si quieres adentrarte en este fascinante mundo, solo tienes que escuchar lo que tu cuerpo te dice cuando comes cada comida; prestar atención a la señales que te manda. ¿Sientes que tienes hambre? Come. ¿Te apetece cenar algo dulce en lugar de optar por el típico plato salado? Hazlo. ¿Sientes que ya estás saciada? Deja de comer. ¿Notas que este alimento se te hace pesado o indigesto? Tómalo lo menos posible.

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