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mar a y tom s casa hola 4168© PIPI HORMAECHEA

María García de Jaime y Tomás Páramo nos invitan a su nueva casa en Madrid, un gran sueño hecho realidad

Los ‘influencers’ nos enseñan la vivienda al detalle y nos hablan de sus retos e inquietudes en esta etapa de sus vidas


15 de junio de 2024 - 10:02 CEST

Es su última meta cumplida y, aunque a veces tienen que pellizcarse todavía para ser conscientes de que este sueño es muy real, no pueden estar más felices. Nada más tocar el timbre, María García de Jaime y Tomás Páramo nos reciben con el pequeño Fede en brazos —que no deja de regalar sonrisas a todo el equipo— y nos hacen emocionados un tour por su nueva casa, que ya han convertido en un acogedor hogar.

María y Tomás casa HOLA 4168© PIPI HORMAECHEA
María y Tomás casa HOLA 4168© PIPI HORMAECHEA
Arriba, un primer plano de la ‘influencer’ en el salón, donde destacan la mesa de mármol travertino rojo y la estantería a medida en azul oscuro y salmón (sobre estas líneas).

Está situada en la zona norte de Madrid y, casualidades de la vida, en este lugar, que hasta hace nada era campo, pasaron muchas tardes con su grupo de amigos y comenzaron a dar los primeros pasos de su historia de amor. Si alguien les hubiera dicho, por aquel entonces, que diez años después acabarían viviendo aquí con sus tres hijos… ¡seguro que no se lo hubieran creído! Pero aquí están, disfrutando de todo lo que han construido juntos, y su casa es un fiel reflejo de lo que ellos son, de su esencia, de sus gustos. Cada rincón está pensado al detalle, todo tiene un porqué, desde las obras de arte hasta los recuerdos de sus viajes, dibujos de sus hijos (e incluso las pruebas de alguna trastada) o regalos especiales de sus amigos.

“Aquí veníamos cuando éramos pequeños y esto era campo. Nunca imaginamos que en este lugar iba a estar luego nuestra casa”

Entre estas paredes comienzan una nueva etapa de sus vidas, centrados en su trabajo como creadores de contenido, en Himba —su firma de moda— y, sobre todo, en su proyecto más importante, que es la numerosa familia que han formado. Hoy Tomi, de ocho años, y Catalina, de cuatro, están en el colegio, así que Fede, que cumplió un año en marzo, es el protagonista indiscutible de esta sesión de fotos, que transcurre entre risas y la música de los discos de vinilo que Tomás va poniendo como banda sonora. Los cinco se han adaptado muy bien a este nuevo cambio y este nuevo hogar será el escenario en el que construirán bonitos recuerdos de la infancia de sus hijos.

María y Tomás casa HOLA 4168© PIPI HORMAECHEA
María y Tomás posan en el salón con su tercer hijo, Federico, que tiene un año y empieza a dar sus primeros pasos.

—Os mudasteis en febrero. ¿Sentís ya que es vuestro hogar?

MARÍA.—Pensaba que nos iba a costar más, pero, realmente, desde la primera semana ya nos sentíamos en casa.

TOMÁS.—Yo tenía mucho miedo, porque nuestro antiguo piso lo sentíamos nuestro lugar, y cuando veníamos a visitar cómo iba la obra, pensaba: “¿Será esta nuestra casa? ¿Lo estaremos haciendo bien?”. Y es verdad que, desde el día que nos mudamos, ya solo de estar aquí, todos juntos, la sentimos nuestra. Nunca me he sentido extraño aquí dentro.

—¿Y los niños?

M.—El otro día nos decían: “Recuerdo este cuarto como el mío de siempre”.

“Teníamos tantas ganas de mudarnos, que el primer día ya nos quedamos a dormir… Y aún no teníamos ni calefacción ni agua. ¡Fue una gran aventura!”

—¿La comprasteis hace mucho? Porque es de nueva construcción, habréis ido viendo poco a poco cómo avanzaba.

M.—Cuando la compramos, esto era campo, no había nada absolutamente. Fue justo el año que nació Catalina, unos meses después, en junio de 2021. Tenemos fotos de cuando no había nada aquí. Ha sido un proceso largo, pero a la vez lo hemos disfrutado.

—¿Cómo os decidisteis por esta casa?

T.—Recuerdo que nos llamó mi tía para contarnos que iban a hacer una nueva promoción en este sitio y que, si estábamos buscando casa, teníamos que ir rápido. Entonces, una tarde, sin decírselo a nadie, me planté en las oficinas y me dijeron que ya era tarde, que tenían cubiertas todas las citas. Pero cuando estaba saliendo, me dijeron que volviera. Me senté con ellos, les dije que era la primera vez que hacía algo así y que me lo explicaran muy bien. Al terminar, llamé a María y le dije: “No sabes de dónde vengo. Creo que he encontrado la casa de nuestros sueños”.

M.—Y volvió con todos los folletos y me lo enseñó todo, pero es verdad que yo no me terminaba de creer que esto fuera a ser realidad… Es que esto era campo y aquí veníamos cuando éramos pequeños.

—¿En serio?

M.—Sí, veníamos aquí cuando empezamos a salir juntos, con nuestros amigos.

T.—¡Nos hicimos novios en este campo! Y nunca imaginamos que aquí iba a estar luego nuestra casa.

María y Tomás casa HOLA 4168© PIPI HORMAECHEA
María y Tomás casa HOLA 4168© PIPI HORMAECHEA
En la imagen superior, detalle de la mesa, dispuesta con una vajilla con sus iniciales. Abajo, María fotografía a Tomás y Fede.

Alguna trastada

—¿Cómo habéis llevado la mudanza con tres niños?

M.—Me lo habían pintado fatal. Es verdad que la mudanza a nuestra primera casa la hicimos poco a poco, llevando maletas de ropa de casa de nuestros padres, así que no fue como una mudanza real. Esta era la primera y, con lo que nos habían contado, preferimos contratar a una empresa y así fue más fácil. Luego, con la ilusión, deshicimos las cajas superrápido. De hecho, teníamos pensado empezar a vivir aquí al día siguiente, pero, por tanta emoción, nos quedamos a dormir.

T.—¿Sabes qué pasa? Creo que, aunque en nuestra anterior casa empezamos nuestra vida juntos y por eso le teníamos mucho cariño, ya no entrábamos los cinco y teníamos tantas ganas que no hemos experimentado el proceso traumático que tiene la gente al mudarse. Me daba igual dormir encima de las cajas. De hecho, al principio no teníamos ni calefacción ni agua…

—Para los niños habrá sido una aventura.

M.— Me decían: “Mamá, ¿podemos dormir con sudadera? Para ellos fue divertidísimo.

T.— ¡Y para nosotros!

—¿Quién está disfrutando más de los tres esta nueva casa? Fede no se entera mucho, pero Tomi y Catalina sí.

T.—Esta vivienda no tiene nada que ver con la otra, ni la zona, ni nada y aquí están todo el día jugando en el jardín, se sienten como muy libres, sobre todo el mayor. Lo están disfrutando todo y Fede, por ahora, va donde le lleve el viento.

“La casa está llena de detalles, porque nos gusta mucho coleccionar piezas de artistas y recuerdos. Tenemos hasta un traje de goyesco que nos regaló Andrés Roca Rey” (Tomás)

—Y los niños, ¿os han hecho ya alguna trastada aquí?

M.—Alguna pared ya está pintada, tenemos sofás manchados de chocolate…

T.—Mira, a mí me encantan las velas y tenía unas con candelabro de Loewe, guardadas para cuando llegáramos aquí, y el primer día, cuando las coloqué en el salón, al momento Catalina ya había doblado las tres. Pero bueno, es normal, tampoco se puede vivir exigiendo perfección en una casa con niños.

—Para la decoración, ¿habéis contado con algún decorador de interiores o lo habéis hecho todo vosotros?

M.—Esta es una parte que nos ha hecho también mucha ilusión de todo el proceso, porque la persona que nos ha ayudado es Sofía Calderón Aguirrezabal, que es amiga nuestra de toda la vida y hemos hecho todo juntos.

T.—Para Sofía, ha sido uno de sus primeros proyectos y nos hacía una ilusión tremenda poder hacerlo con ella, porque no ha sido como contratar a alguien al uso, sino que es nuestra amiga y lo ha vivido con la misma ilusión que nosotros.

—Conoce entonces muy bien vuestros gustos.

M.— Ha conseguido hacer nuestra casa perfecta. Ha conseguido que todo tuviera una armonía, una sintonía… Hay cosas que a nosotros a lo mejor nos pueden gustar por separado, pero ella tiene esa visión en conjunto y ha acertado. Ha conseguido plasmar nuestra personalidad en cada rincón, que eso es muy importante.

T.— Llegaba donde nosotros no llegábamos. Como los pequeños detalles especiales de los rodapiés, las cortinas del salón, que son como lamas de madera…

María y Tomás casa HOLA 4168© PIPI HORMAECHEA
En la imagen, el matrimonio y su hijo pequeño en la cocina, para ellos, uno de los rincones más acogedores. Tiene papel pintado en tonos grises, una mesa con banco y sillas y una isla con sillas altas.

—¿Os ha costado poneros de acuerdo entre vosotros dos o más o menos tenéis el mismo gusto?

M.—Había momentos en los que Tomás se estresaba, como cuando fuimos a buscar los papeles, que decía: “Yo me voy fuera”. Y es que se abrumaba.

T.— Yo no discuto, no porque no quiera entrar a discutir, sino porque mi mente se bloquea, como con la elección de cortinas y papeles, y prefería que eligiera ella. Otras cosas sí que me encantan, como los muebles.

M.— Sí, una mañana nos fuimos al Rastro a por muebles y Tomás iba de tienda en tienda y no acababa nunca… ¡Le encanta!

—¿Cuáles son las piezas de decoración más especiales para vosotros? 

T.—La casa está llena de detalles, porque nos gusta mucho coleccionar piezas de artistas. Por ejemplo, tenemos un traje de goyesco que nos regaló nuestro amigo Andrés Roca Rey; un cuadro de Teresa Jiménez Cuevas, que nos hizo el primero de nuestra anterior casa, y ahora su obra, al igual que nosotros, ha evolucionado. También un cuadro de Guinovart, que le regalé a María este año por Reyes… Por supuesto, no podemos olvidar la Virgen de la Esperanza, réplica de la que el artista Javier Viven hizo con los rasgos de María y la tripa embarazada de Catalina, que se encuentra en la Clínica Universidad de Navarra. También una miniatura de la menina que diseñamos y que estuvo varios meses en la calle Serrano.

“Tengo muchos rincones favoritos, pero me encanta la cocina, porque creo que es el centro de reuniones de todas las casas, y yo quería sentirla como muy familiar” (María)

—¿Y los muebles?

T.—La mesa del salón, que es como una obra de arte, es de mármol travertino rojo e hicimos el proceso de diseño con Sofía y con Morlac Stone. Es increíble. También las lámparas del salón, que están inspiradas en los sombreros típicos de Lanzarote, y unas mesas que trajimos del viaje a Marrakech que hicimos en febrero, y el sofá blanco del salón y los butacones, que son de NV Gallery. La casa es todo como de su padre y de su madre, pero todo tiene una hegemonía y todo es muy nuestro.

—¿Cuál es vuestro rincón favorito?

M.—Tengo muchísimos… Me encanta la cocina, porque creo que es el centro de reuniones de todas las casas. Yo, además, quería sentirla como muy familiar, porque al final es donde más estamos.

T.—A mí me gusta mucho sentarme en el sofá y poner el tocadiscos.

—¿Todavía os cuesta creer que estáis aquí?

M.—Es que es como si estuviéramos de vacaciones. Desde que nos levantamos por la mañana, ya sentimos que es una suerte estar aquí.

T.—Lo que me pasó al principio es que todas las noches lo pasé un poco mal, porque no me sentía digno de tener esta casa. Siempre tenemos grabado que, para obtener algo, tenemos que pasar dolor, entonces, ahora, que estoy en un proceso más introspectivo y haciendo terapia, estoy trabajando más esa parte de sentir que sí que lo merecemos, que trabajamos para ello. También teníamos entendido que para disfrutar o para descansar teníamos que salir de Madrid, no teníamos interiorizado que aquí también podíamos hacerlo, en nuestra propia casa.

María y Tomás casa HOLA 4168© PIPI HORMAECHEA
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“La casa es todo como de su padre y de su madre, pero todo tiene una hegemonía y todo es muy nuestro, todo tiene un porqué”, nos cuentan María y Tomás que, en la imagen de arriba, posan en el salón. Sobre estas líneas, a la izquierda, la habitación de Tomi, con mesa y lámpara ‘vintage’. Al lado, la de Catalina y Fede.

—Y los niños, ¿han participado en la decoración de sus habitaciones?

T.— Tomi sí. La pintura de su habitación simula un rodapié alto, en azul y amarillo y cuando lo vio dijo: “¡Me habéis puesto ha habitación del Real Madrid!”. Su cuarto es bastante especial también, porque elegimos juntos una lámpara que parece de una nave industrial alemana. La mesa también es antigua y la compramos en una tienda vintage de Alemania. Y, por supuesto, también tiene su colección de Legos.

M.— Cata no ha aportado mucho. Su condición es que hubiera algo rojo y le pusimos un tono similar y con eso está feliz.

—Si echáis ahora la vista atrás, a cuando nació Tomi, ¿os creéis lo que ha pasado en todos estos años, cómo habéis evolucionado?

T.—Me emocionó mucho el día que fuimos al notario a firmar esta casa, porque le dije a mi padre que me hacía ilusión que nos acompañase el notario, porque además él es abogado, y después, cuando nos fuimos, nos dio un abrazo y nos dijo: “Quién os iba a decir, el día que os enterasteis de que Tomi iba a nacer, que ocho años más tarde ibais a estar comprando vuestra propia casa”. Me puse a llorar, porque nos hizo pensar, porque nunca hubiésemos imaginado ni esto ni la vida que hoy tenemos en aquel momento, en el que pensábamos que se nos cerraban las puertas del mundo.

—¿Da vértigo a veces pensar en todo lo que habéis logrado?

M.— Es muy emocionante, pero a la vez creo que el vértigo que da es bueno. Es importante saber de dónde vienes y todo el esfuerzo que has hecho para que todo haya salido así. Te hace que quieras seguir siempre a la altura. También es complicado porque requiere un esfuerzo constante. Pero sí, hemos llorado, nos hemos emocionado y ahora tenemos muchas ganas de saborear este momento y estamos aprendiendo a parar.

T.— A mí, personalmente, lo que me está pasando ahora es que como han sido años tan rápidos y hemos vivido todo tan intensamente, estoy en ese proceso de aprender a parar. Porque me está saliendo un poco todo lo que hemos ido pasando rápido, sin ir cerrando capítulos y heridas. Entonces, a mí hay momentos en que me da vértigo. Al principio, nuestra relación fue muy difícil, hasta que conseguimos casarnos y ser independientes económicamente y sentimos que, si paramos un poco, vamos a perder lo que hemos conseguido.

“Aún nos cuesta creer que vivimos en esta casa. Es que es como si estuviéramos de vacaciones. Desde que nos levantamos por la mañana, ya sentimos que es una suerte estar aquí” (María)

—¿Qué es lo más increíble que os haya pasado en estos años trabajando? Sitios a los que hayáis ido, gente que hayáis conocido… 

T.— He vivido dos episodios que jamás hubiese imaginado: uno, estar en la fiesta de los Grammy Latinos, ver cómo estábamos posando en el mismo photocall que Shakira, Rosalía, Karol G, Alejandro Sanz, Laura Pausini…. Y otro, estar en la Semana de la Moda de París en el front row con Sebastián Yatra y C. Tangana. Me parecía algo tan surrealista… En ese momento te pones como el piloto automático, pero cuando vuelves a casa, ya dices: ¡Estoy flipando! Y Mery tendrá un montón, porque ella es más galáctica.

M.— Una cosa que me hizo bastante emoción fue cuando me invitaron a un viaje de Dior a Los Ángeles para el lanzamiento de un nuevo perfume y fue increíble pensar que una marca que me gusta tanto pensara en mí para conocer ese lugar tan especial. Y personas con las que he compartido y llegar a casa alucinada, tengo muchísimas. A veces piensas que la gente a la que admiras está en otra galaxia y cuando ves que son normales, te gustan el doble. Gracias a nuestro trabajo hemos podido conocer a mucha gente que es un sueño.

—¿Alguna vez os habéis arrepentido de haber cogido este camino?

T.— No nos hemos arrepentido, pero sí que ha habido momentos en los que hemos podido sufrir. Yo llevo muy mal la forma en la que se juzga nuestro trabajo. Esa acusación constante de que no trabajamos, cuando precisamente estamos en un momento que no paramos, a mí sí que me pesa bastante. Luego, hay días en los que la exposición es difícil.

M.— Creo que hay momentos en los que, como en todos los trabajos, piensas tirar la toalla y te cuestionas si lo estás haciendo bien, si quieres que tu futuro sea este… Pero nunca me he arrepentido de mi trabajo.

T.— Creo que en nuestro sector llega un momento en el que la gente deja de vivir para uno mismo y empieza a vivir de forma constante para los demás. Y estamos en una etapa de vivir para nosotros y a partir de ahí, transmitirlo a los demás, sin que se convierta en una obligación constante estar siempre.

María y Tomás casa HOLA 4168© PIPI HORMAECHEA
María y Tomás casa HOLA 4168© PIPI HORMAECHEA
Arriba, María en el dormitorio principal. Bajo estas líneas, uno de los cuartos de baño de la casa.

—Habéis conseguido el equilibrio entonces.

M.—Sí, ya hemos llegado al punto en el que hemos conseguido encontrar el equilibrio y poner nuestras prioridades en orden. El trabajo es superimportante, pero la familia mucho más.

—¿Qué planes tenéis ahora?

T.— Estamos muy centrados en nuestra firma de moda, que lleva dos años y está creciendo, tenemos un equipo increíble, tiene nuestra identidad y creo que conseguir eso es lo que hace que sea diferente. También estoy escribiendo mi segunda novela, estoy súper feliz y muy motivado.

—¿Cómo se presenta el verano? 

T.—En verano vamos a ir a Tarifa, porque nuestro mes de agosto siempre es allí. También en julio igual nos vamos a Kenia a un proyecto de voluntariado con las hermanas de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta, porque llevamos como mucho tiempo queriendo hacer algo así juntos y puede que este sea el año.

TEXTOCRISTINA OLIVAR
FOTOSPIPI HORMAECHEA
ESTILISMOSARA FERNÁNDEZ
PRODUCCIÓNMARÍA PARRA
AGRADECIMIENTOSSOFIA CALDERON INTERIORISMO
ASISTENTE DE ESTILISMOOLIVIA CID-HARGUINDEY
MAQUILLAJE Y PELUQUERÍAAMPARO SÁNCHEZ
LÁMPARAS SALÓNLANZAROTE UNIVERSO TERRIA Y APLIQUES DAME LA CHAPA
MESA MÁRMOLMORLAC STONE
SOFÁS, BUTACAS, ALGUNOS MUEBLES Y TAPICERÍASNV GALLERY E INDIETRO
LOOK 1 (MARÍA)- VESTIDODIOR, COLLARES: JIRULA, BRAZALETE: AURELIE BIDERMAN, PENDIENTES: VIDAL Y VIDAL
LOOK 1 (TOMÁS)- DIOR, ZAPATOSTOD’S
LOOK 1 (FEDE)- THE MILKY CHOICE
LOOK 2 (MARÍA)- CAMISAARKET, PETO: POLO RALPH LAUREN, PENDIENTES: VIDAL Y VIDAL, ZAPATOS: GIA BORGHINI PARA EL CORTE INGLÉS
LOOK 2 (TOMÁS)- JERSEYFURSAC, PANTALÓN: WEEKEND
LOOK 2 (FEDE)- BIRINIT
LOOK 3 (MARÍA)- TOD’S, ANILLO Y PENDIENTESSUAREZ
LOOK 3 (TOMÁS)- CAMISAAPC, CHAQUETA Y PANTALÓN: TOD’S
LOOK 4 (MARÍA)- JERSEY Y PANTALÓNTHE GARMENT PARA MARMOT, SANDALIAS: ALOHAS, BRAZALETE: AURELIE BIDERMAN, COLLAR Y PENDIENTES: VIDAL Y VIDAL

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