Sergio Peris-Mencheta se sometió a un trasplante de médula el pasado 28 de mayo en el hospital City of Hope Medical Center, situado en la ciudad de Duarte, California. La operación fue un éxito, pero su recuperación está siendo un tanto complicada. Según confesó el actor, se encontraba "mudo perdido, diarreico, con una llaga por boca, dolor de huesos, de cabeza, seis días con alimentación por vía, fabricando saliva como para una empresa de siliconas, ojos secos". Pese a ello, se mostaba muy esperanzado. "Paso a paso", dijo.
Afortunadamente, la situación del intérprete madrileño, de 49 años, ha experimentado una ligera mejoría en los últimos días. Así lo ha comunicado su cuñada, Noemí Solaz, que se encuentra en Los Ángeles "sosteniendo y ayudando" a su hermana, Marta Solaz. "Bendecida por poder pasar este cumple con mis dos mujeres preferidas, inspiradoras, poderosas y bellas. Mi mami y mi hermana. Bonus: Super regalo de cumpleaños la noticia de que Sergio Peris-Mencheta empezó a responder al transplante de médula", publicó Noemí junto a esta foto. Marta, emocionada, respondió: "Y no sabes lo mucho que se nota tu ayuda. Yo estoy relajada gracias a que estás cerca".
Marta también celebró la mejoría de su marido. "Dia 14 desde el trasplante. Amaneció el día despejado y con buenas noticias. Se confirma que las bienvenidas inquilinas ya han soltado las maletas en su nuevo hogar. A pesar de las tormentas, viento en popa a toda vela", anunció. Además, compartió esta preciosa foto de los dos juntos junto al deseo de seguir disfrutando de la vida juntos. "Te amo", añadió.
En estos momentos tan duros, el actor está comprobando que el amor de su familia no tiene límites. Su mujer le acompaña día y noche en el hospital y su hermano ha sido su donante de médula. "Las células madre de Yonyon están a punto de aterrizar desde Madrid y en unas horas, estaremos juntos como uno solo. Gracias hermanito. Gracias madre naturaleza. Gracias vida", publicó el intérprete antes de entrar en quirófano.
También tiene cerca a su cuñada y a su suegra, y sus dos hijos, Río y Olmo, de 12 y 9 años, han llenado su habitación de dibujos de células sanguíneas (eritrocitos, neutrófilos y monocitos), lo que demuestra lo bien informados que están sobre la enfermedad de su padre.