marta sierra hola© GEORGINA MILLET

Son tándem personal y profesional desde hace 12 años

Marta Sierra y Tom Peuteman, la pareja más ‘cool’ de las redes, se casan este fin de semana

El viernes 15 se darán el ‘sí quiero’ y concitarán en Barcelona a los nombres más ‘top’ de la ‘blogosfera’ internacional


12 de junio de 2024 - 9:13 CEST

Instantes después de que Tom la pidiera en matrimonio, comenzó a llover. No podía ser más romántico. Con París antes sus ojos y ellos, abrazados. Habían vuelto a su lugar favorito en el mundo. Allí, donde, muy jovencitos, comenzaron su vida juntos y donde ahora, hace casi un año de ese momento y una década después de completar sus estudios con un Máster de Fashion & Luxury Management, se prometían pasar la eternidad uno al lado del otro. Marta Sierra y Tom Peuteman miran hoy al cielo esperando que este fin de semana resplandezca azul y brillante, con un sol casi cegador a poder ser. Y muchas flores a su alrededor, y el mar susurrando en sus oídos. Se casan, por fin. A la orilla del Mediterráneo. Con Barcelona a sus pies, la ciudad de la novia. Dos días de celebraciones y de sorpresas. De magia y de moda. De estilo, de color y de fuegos de artificio. Porque todo es posible con esta pareja que, como en “Arabesco” de Stanley Donen, la acción y los juegos de prestidigitador son trepidantes. Ya sea a golpe de tacón o de vuelo de 360 grados de coleta. Y no. No tienen nada que envidiar ni a Sophia Loren y Gregory Peck. Son su versión 5.0, pero con el mismo “charme” clásico de entonces. Y si aquellos casaban tanto como un buen plato de pasta con “meatballs”. Ellos son un mix perfecto de Costa Brava y chocolate belga. ¡HOLA! les acompañará en sus dos grandes días. Jueves y viernes. Estará con ellos en su preboda y, por supuesto, cuando se den su tan ansiado “Sí, quiero”, doce años después de cruzar sus miradas en una disco de Mallorca. Pero no solo ahí, ojo. También estaremos durante los momentos de nervios previos, con los preparativos de última hora; con Marta cuando comience con su ritual de belleza para convertirse en una novia de ensueño; con la llegada de sus amigas que la acompañarán durante esas horas de risas y de confidencias; con las copitas de cava para “entonarse”; y con el maquillaje, la peluquería, la abotonadura de su vestido… La esperaremos a pie de escalera, con el novio, en su llegada a ese especialísimo enclave donde tendrá lugar la ceremonia. (Solo una pista, que los novios que todo sea una sorpresa incluso para los viandantes: Gaudí firmó los planos del edificio y las vidrieras obviamente, son modernistas y Patrimonio de la Humanidad). Por supuesto que entraremos en la fiesta, degustaremos el menú, daremos buena cuenta de los bouquets de mesa y de los emotivísimos discursos… Y cómo no, inmotalizaremos ese primer baile de casados. Pero antes… ¿Qué les parece si recordemos algunos de los detalles que ellos mismos nos dieron en las páginas de nuestra revista para abrir boca? Vamos a ello, aquí tienen algunos ítems tan divertidos como que, sin hacerlo aposta, eligieron 2024 para solidificar su relación y después se dieron cuenta de que, según la astrología china, “es el año más afortunado para casarse. La suma de los dígitos de esta cifra da 8, y el 8 simboliza el amor eterno entre marido y mujer. Así que ¡un punto extra para nosotros!”. —¿Teníais muy claro que tenían que ser Barcelona y junio las coordenadas para vuestra boda o barajábais opciones?—No, no lo teníamos nada claro al principio. Pasamos por varias opciones ya que nuestras familias están en diferentes países. Barajamos como posibilidades Bélgica, Francia y Barcelona, pero al final nos decantamos por Barcelona. —¿Estáis diseñando la boda que soñábais? ¿Es la boda que querías desde pequeña, Marta?—Sí, es exactamente tal y como la había soñado siempre. Tanto la decoración como el lugar, como el catering (se me hace la boca agua sólo de pensarlo…), pero especialmente ¡mi futuro marido! Que es lo más importante.  —El vestido ¿también es un sueño hecho realidad? —Ay, estoy tan emocionada… Desde pequeña, he tenido muchos sueños y mi vestido será definitivamente un sueño hecho realidad! Rosa Clarà me está confeccionando los dos “outfits”, que serán unas verdaderas joyas de la costura. Los hemos diseñado juntas, ella y yo, desde el principio. Y ha sido un proceso muy divertido! Desde elegir tejidos, las formas, ir adaptando o añadiendo detalles, encontrando el “match” perfecto con las joyas que, también, yo misma estoy diseñando con el asesoramiento de Joieria Grau y estoy adorando toda la mecánica. Tengo tantas ganas de que Tom lo pueda ver finalmente y ver su reacción… Será un momento mágico. A ver si consigo no llorar y no arruinarme el maquillaje, porque soy muy llorona en momentos así de bonitos…—¿Estáis manteniendo el secreto de vuestros respectivos “looks” del uno para el otro?—Siguiendo la tradición, Tom no sabe nada de mi vestido. Para mí, era muy importante que fuera sorpresa y ver su emoción y reacción en el día de la boda. Pero… Yo sí que he visto su traje (risas) Para él, era más importante y divertido compartir esta experiencia conmigo, diseñarlo juntos y disfrutar de todo de principio a final. —Oye, y Tom ¿se ha dejado aconsejar? ¿Será clásico? ¿Innovará?—¡Tom estará guapísimo! En cada fitting con Cifonelli, que le está creando el traje a medida, me enamoro más. También ha sido muy divertido. Empezando de cero y teníamos muchos más colores entre los que elegir. El estilo de Tom es clásico, por lo que tuvimos bastante claro desde el principio lo que buscábamos. Aún así, nos hemos dejado aconsejar por Massimo y Lorenzo Cifonelli, que tienen una experiencia y estilo impresionante. Además, Tom tendrá una sorpresa el día de la boda. El también quiere hacer un cambio de “outfit”!—Por cierto, ¿vuestras familias se conocen? —Sí, en su mayoría se conocían desde hace años, pero el encuentro de todos juntos fue posible finalmente durante nuestra comida de pedida. Fue muy bonito poder ver a todos juntos… Esta es una de las dificultades de ser de diferentes países, no hay muchas ocasiones en que toda la familia se pueda juntar. —Durante la boda, ¿podréis resistiros a no coger la cámara y haceros mil millones de fotos?—Tom ha mencionado muchas veces que no podrá aguantarse sin hacer una foto o vídeo él mismo. Yo le intento convencer que se relaje y se olvide de todo, pero creo que al final alguna sí que haremos. Al final, también es bonito como recuerdo ver nuestra boda desde nuestro punto de vista: cómo nos veíamos el uno al otro. —Tú tienes una figura envidiable… No sé si en el menú habrá chocolate belga… Instantes después de que Tom la pidiera en matrimonio, comenzó a llover. No podía ser más romántico. Con París antes sus ojos y ellos, abrazados. Habían vuelto a su lugar favorito en el mundo. Allí, donde, muy jovencitos, comenzaron su vida juntos y donde ahora, hace casi un año de ese momento y una década después de completar sus estudios con un Máster de Fashion & Luxury Management, se prometían pasar la eternidad uno al lado del otro. Marta Sierra y Tom Peuteman miran hoy al cielo esperando que este fin de semana resplandezca azul y brillante, con un sol casi cegador a poder ser. Y muchas flores a su alrededor, y el mar susurrando en sus oídos. Se casan, por fin. A la orilla del Mediterráneo. Con Barcelona a sus pies, la ciudad de la novia. Dos días de celebraciones y de sorpresas. De magia y de moda. De estilo, de color y de fuegos de artificio. Porque todo es posible con esta pareja que, como en “Arabesco” de Stanley Donen, la acción y los juegos de prestidigitador son trepidantes. Ya sea a golpe de tacón o de vuelo de 360 grados de coleta. Y no. No tienen nada que envidiar ni a Sophia Loren y Gregory Peck. Son su versión 5.0, pero con el mismo “charme” clásico de entonces. Y si aquellos casaban tanto como un buen plato de pasta con “meatballs”. Ellos son un mix perfecto de Costa Brava y chocolate belga. ¡HOLA! les acompañará en sus dos grandes días. Jueves y viernes. Estará con ellos en su preboda y, por supuesto, cuando se den su tan ansiado “Sí, quiero”, doce años después de cruzar sus miradas en una disco de Mallorca. Pero no solo ahí, ojo. También estaremos durante los momentos de nervios previos, con los preparativos de última hora; con Marta cuando comience con su ritual de belleza para convertirse en una novia de ensueño; con la llegada de sus amigas que la acompañarán durante esas horas de risas y de confidencias; con las copitas de cava para “entonarse”; y con el maquillaje, la peluquería, la abotonadura de su vestido… La esperaremos a pie de escalera, con el novio, en su llegada a ese especialísimo enclave donde tendrá lugar la ceremonia. (Solo una pista, que los novios que todo sea una sorpresa incluso para los viandantes: Gaudí firmó los planos del edificio y las vidrieras obviamente, son modernistas y Patrimonio de la Humanidad). Por supuesto que entraremos en la fiesta, degustaremos el menú, daremos buena cuenta de los bouquets de mesa y de los emotivísimos discursos… Y cómo no, inmotalizaremos ese primer baile de casados. Pero antes… ¿Qué les parece si recordemos algunos de los detalles que ellos mismos nos dieron en las páginas de nuestra revista para abrir boca? Vamos a ello, aquí tienen algunos ítems tan divertidos como que, sin hacerlo aposta, eligieron 2024 para solidificar su relación y después se dieron cuenta de que, según la astrología china, “es el año más afortunado para casarse. La suma de los dígitos de esta cifra da 8, y el 8 simboliza el amor eterno entre marido y mujer. Así que ¡un punto extra para nosotros!”. —¿Teníais muy claro que tenían que ser Barcelona y junio las coordenadas para vuestra boda o barajábais opciones?—No, no lo teníamos nada claro al principio. Pasamos por varias opciones ya que nuestras familias están en diferentes países. Barajamos como posibilidades Bélgica, Francia y Barcelona, pero al final nos decantamos por Barcelona. —¿Estáis diseñando la boda que soñábais? ¿Es la boda que querías desde pequeña, Marta?—Sí, es exactamente tal y como la había soñado siempre. Tanto la decoración como el lugar, como el catering (se me hace la boca agua sólo de pensarlo…), pero especialmente ¡mi futuro marido! Que es lo más importante.  —El vestido ¿también es un sueño hecho realidad? —Ay, estoy tan emocionada… Desde pequeña, he tenido muchos sueños y mi vestido será definitivamente un sueño hecho realidad! Rosa Clarà me está confeccionando los dos “outfits”, que serán unas verdaderas joyas de la costura. Los hemos diseñado juntas, ella y yo, desde el principio. Y ha sido un proceso muy divertido! Desde elegir tejidos, las formas, ir adaptando o añadiendo detalles, encontrando el “match” perfecto con las joyas que, también, yo misma estoy diseñando con el asesoramiento de Joieria Grau y estoy adorando toda la mecánica. Tengo tantas ganas de que Tom lo pueda ver finalmente y ver su reacción… Será un momento mágico. A ver si consigo no llorar y no arruinarme el maquillaje, porque soy muy llorona en momentos así de bonitos…—¿Estáis manteniendo el secreto de vuestros respectivos “looks” del uno para el otro?—Siguiendo la tradición, Tom no sabe nada de mi vestido. Para mí, era muy importante que fuera sorpresa y ver su emoción y reacción en el día de la boda. Pero… Yo sí que he visto su traje (risas) Para él, era más importante y divertido compartir esta experiencia conmigo, diseñarlo juntos y disfrutar de todo de principio a final. —Oye, y Tom ¿se ha dejado aconsejar? ¿Será clásico? ¿Innovará?—¡Tom estará guapísimo! En cada fitting con Cifonelli, que le está creando el traje a medida, me enamoro más. También ha sido muy divertido. Empezando de cero y teníamos muchos más colores entre los que elegir. El estilo de Tom es clásico, por lo que tuvimos bastante claro desde el principio lo que buscábamos. Aún así, nos hemos dejado aconsejar por Massimo y Lorenzo Cifonelli, que tienen una experiencia y estilo impresionante. Además, Tom tendrá una sorpresa el día de la boda. El también quiere hacer un cambio de “outfit”!—Por cierto, ¿vuestras familias se conocen? —Sí, en su mayoría se conocían desde hace años, pero el encuentro de todos juntos fue posible finalmente durante nuestra comida de pedida. Fue muy bonito poder ver a todos juntos… Esta es una de las dificultades de ser de diferentes países, no hay muchas ocasiones en que toda la familia se pueda juntar. —Durante la boda, ¿podréis resistiros a no coger la cámara y haceros mil millones de fotos?—Tom ha mencionado muchas veces que no podrá aguantarse sin hacer una foto o vídeo él mismo. Yo le intento convencer que se relaje y se olvide de todo, pero creo que al final alguna sí que haremos. Al final, también es bonito como recuerdo ver nuestra boda desde nuestro punto de vista: cómo nos veíamos el uno al otro. —Tú tienes una figura envidiable… No sé si en el menú habrá chocolate belga… Instantes después de que Tom la pidiera en matrimonio, comenzó a llover. No podía ser más romántico. Con París antes sus ojos y ellos, abrazados. Habían vuelto a su lugar favorito en el mundo. Allí, donde, muy jovencitos, comenzaron su vida juntos y donde ahora, hace casi un año de ese momento y una década después de completar sus estudios con un Máster de Fashion & Luxury Management, se prometían pasar la eternidad uno al lado del otro. Marta Sierra y Tom Peuteman miran hoy al cielo esperando que este fin de semana resplandezca azul y brillante, con un sol casi cegador a poder ser. Y muchas flores a su alrededor, y el mar susurrando en sus oídos. Se casan, por fin. A la orilla del Mediterráneo. Con Barcelona a sus pies, la ciudad de la novia. Dos días de celebraciones y de sorpresas. De magia y de moda. De estilo, de color y de fuegos de artificio. Porque todo es posible con esta pareja que, como en “Arabesco” de Stanley Donen, la acción y los juegos de prestidigitador son trepidantes. Ya sea a golpe de tacón o de vuelo de 360 grados de coleta. Y no. No tienen nada que envidiar ni a Sophia Loren y Gregory Peck. Son su versión 5.0, pero con el mismo “charme” clásico de entonces. Y si aquellos casaban tanto como un buen plato de pasta con “meatballs”. Ellos son un mix perfecto de Costa Brava y chocolate belga. ¡HOLA! les acompañará en sus dos grandes días. Jueves y viernes. Estará con ellos en su preboda y, por supuesto, cuando se den su tan ansiado “Sí, quiero”, doce años después de cruzar sus miradas en una disco de Mallorca. Pero no solo ahí, ojo. También estaremos durante los momentos de nervios previos, con los preparativos de última hora; con Marta cuando comience con su ritual de belleza para convertirse en una novia de ensueño; con la llegada de sus amigas que la acompañarán durante esas horas de risas y de confidencias; con las copitas de cava para “entonarse”; y con el maquillaje, la peluquería, la abotonadura de su vestido… La esperaremos a pie de escalera, con el novio, en su llegada a ese especialísimo enclave donde tendrá lugar la ceremonia. (Solo una pista, que los novios que todo sea una sorpresa incluso para los viandantes: Gaudí firmó los planos del edificio y las vidrieras obviamente, son modernistas y Patrimonio de la Humanidad). Por supuesto que entraremos en la fiesta, degustaremos el menú, daremos buena cuenta de los bouquets de mesa y de los emotivísimos discursos… Y cómo no, inmotalizaremos ese primer baile de casados. Pero antes… ¿Qué les parece si recordemos algunos de los detalles que ellos mismos nos dieron en las páginas de nuestra revista para abrir boca? Vamos a ello, aquí tienen algunos ítems tan divertidos como que, sin hacerlo aposta, eligieron 2024 para solidificar su relación y después se dieron cuenta de que, según la astrología china, “es el año más afortunado para casarse. La suma de los dígitos de esta cifra da 8, y el 8 simboliza el amor eterno entre marido y mujer. Así que ¡un punto extra para nosotros!”. —¿Teníais muy claro que tenían que ser Barcelona y junio las coordenadas para vuestra boda o barajábais opciones?—No, no lo teníamos nada claro al principio. Pasamos por varias opciones ya que nuestras familias están en diferentes países. Barajamos como posibilidades Bélgica, Francia y Barcelona, pero al final nos decantamos por Barcelona. —¿Estáis diseñando la boda que soñábais? ¿Es la boda que querías desde pequeña, Marta?—Sí, es exactamente tal y como la había soñado siempre. Tanto la decoración como el lugar, como el catering (se me hace la boca agua sólo de pensarlo…), pero especialmente ¡mi futuro marido! Que es lo más importante.  —El vestido ¿también es un sueño hecho realidad? —Ay, estoy tan emocionada… Desde pequeña, he tenido muchos sueños y mi vestido será definitivamente un sueño hecho realidad! Rosa Clarà me está confeccionando los dos “outfits”, que serán unas verdaderas joyas de la costura. Los hemos diseñado juntas, ella y yo, desde el principio. Y ha sido un proceso muy divertido! Desde elegir tejidos, las formas, ir adaptando o añadiendo detalles, encontrando el “match” perfecto con las joyas que, también, yo misma estoy diseñando con el asesoramiento de Joieria Grau y estoy adorando toda la mecánica. Tengo tantas ganas de que Tom lo pueda ver finalmente y ver su reacción… Será un momento mágico. A ver si consigo no llorar y no arruinarme el maquillaje, porque soy muy llorona en momentos así de bonitos…—¿Estáis manteniendo el secreto de vuestros respectivos “looks” del uno para el otro?—Siguiendo la tradición, Tom no sabe nada de mi vestido. Para mí, era muy importante que fuera sorpresa y ver su emoción y reacción en el día de la boda. Pero… Yo sí que he visto su traje (risas) Para él, era más importante y divertido compartir esta experiencia conmigo, diseñarlo juntos y disfrutar de todo de principio a final. —Oye, y Tom ¿se ha dejado aconsejar? ¿Será clásico? ¿Innovará?—¡Tom estará guapísimo! En cada fitting con Cifonelli, que le está creando el traje a medida, me enamoro más. También ha sido muy divertido. Empezando de cero y teníamos muchos más colores entre los que elegir. El estilo de Tom es clásico, por lo que tuvimos bastante claro desde el principio lo que buscábamos. Aún así, nos hemos dejado aconsejar por Massimo y Lorenzo Cifonelli, que tienen una experiencia y estilo impresionante. Además, Tom tendrá una sorpresa el día de la boda. El también quiere hacer un cambio de “outfit”!—Por cierto, ¿vuestras familias se conocen? —Sí, en su mayoría se conocían desde hace años, pero el encuentro de todos juntos fue posible finalmente durante nuestra comida de pedida. Fue muy bonito poder ver a todos juntos… Esta es una de las dificultades de ser de diferentes países, no hay muchas ocasiones en que toda la familia se pueda juntar. —Durante la boda, ¿podréis resistiros a no coger la cámara y haceros mil millones de fotos?—Tom ha mencionado muchas veces que no podrá aguantarse sin hacer una foto o vídeo él mismo. Yo le intento convencer que se relaje y se olvide de todo, pero creo que al final alguna sí que haremos. Al final, también es bonito como recuerdo ver nuestra boda desde nuestro punto de vista: cómo nos veíamos el uno al otro. —Tú tienes una figura envidiable… No sé si en el menú habrá chocolate belga… Instantes después de que Tom la pidiera en matrimonio, comenzó a llover. No podía ser más romántico. Con París antes sus ojos y ellos, abrazados. Habían vuelto a su lugar favorito en el mundo. Allí, donde, muy jovencitos, comenzaron su vida juntos y donde ahora, hace casi un año de ese momento y una década después de completar sus estudios con un Máster de Fashion & Luxury Management, se prometían pasar la eternidad uno al lado del otro. Marta Sierra y Tom Peuteman miran hoy al cielo esperando que este fin de semana resplandezca azul y brillante, con un sol casi cegador a poder ser. Y muchas flores a su alrededor, y el mar susurrando en sus oídos. Se casan, por fin. A la orilla del Mediterráneo. Con Barcelona a sus pies, la ciudad de la novia. Dos días de celebraciones y de sorpresas. De magia y de moda. De estilo, de color y de fuegos de artificio. Porque todo es posible con esta pareja que, como en “Arabesco” de Stanley Donen, la acción y los juegos de prestidigitador son trepidantes. Ya sea a golpe de tacón o de vuelo de 360 grados de coleta. Y no. No tienen nada que envidiar ni a Sophia Loren y Gregory Peck. Son su versión 5.0, pero con el mismo “charme” clásico de entonces. Y si aquellos casaban tanto como un buen plato de pasta con “meatballs”. Ellos son un mix perfecto de Costa Brava y chocolate belga. ¡HOLA! les acompañará en sus dos grandes días. Jueves y viernes. Estará con ellos en su preboda y, por supuesto, cuando se den su tan ansiado “Sí, quiero”, doce años después de cruzar sus miradas en una disco de Mallorca. Pero no solo ahí, ojo. También estaremos durante los momentos de nervios previos, con los preparativos de última hora; con Marta cuando comience con su ritual de belleza para convertirse en una novia de ensueño; con la llegada de sus amigas que la acompañarán durante esas horas de risas y de confidencias; con las copitas de cava para “entonarse”; y con el maquillaje, la peluquería, la abotonadura de su vestido… La esperaremos a pie de escalera, con el novio, en su llegada a ese especialísimo enclave donde tendrá lugar la ceremonia. (Solo una pista, que los novios que todo sea una sorpresa incluso para los viandantes: Gaudí firmó los planos del edificio y las vidrieras obviamente, son modernistas y Patrimonio de la Humanidad). Por supuesto que entraremos en la fiesta, degustaremos el menú, daremos buena cuenta de los bouquets de mesa y de los emotivísimos discursos… Y cómo no, inmotalizaremos ese primer baile de casados. Pero antes… ¿Qué les parece si recordemos algunos de los detalles que ellos mismos nos dieron en las páginas de nuestra revista para abrir boca? Vamos a ello, aquí tienen algunos ítems tan divertidos como que, sin hacerlo aposta, eligieron 2024 para solidificar su relación y después se dieron cuenta de que, según la astrología china, “es el año más afortunado para casarse. La suma de los dígitos de esta cifra da 8, y el 8 simboliza el amor eterno entre marido y mujer. Así que ¡un punto extra para nosotros!”. —¿Teníais muy claro que tenían que ser Barcelona y junio las coordenadas para vuestra boda o barajábais opciones?—No, no lo teníamos nada claro al principio. Pasamos por varias opciones ya que nuestras familias están en diferentes países. Barajamos como posibilidades Bélgica, Francia y Barcelona, pero al final nos decantamos por Barcelona. —¿Estáis diseñando la boda que soñábais? ¿Es la boda que querías desde pequeña, Marta?—Sí, es exactamente tal y como la había soñado siempre. Tanto la decoración como el lugar, como el catering (se me hace la boca agua sólo de pensarlo…), pero especialmente ¡mi futuro marido! Que es lo más importante.  —El vestido ¿también es un sueño hecho realidad? —Ay, estoy tan emocionada… Desde pequeña, he tenido muchos sueños y mi vestido será definitivamente un sueño hecho realidad! Rosa Clarà me está confeccionando los dos “outfits”, que serán unas verdaderas joyas de la costura. Los hemos diseñado juntas, ella y yo, desde el principio. Y ha sido un proceso muy divertido! Desde elegir tejidos, las formas, ir adaptando o añadiendo detalles, encontrando el “match” perfecto con las joyas que, también, yo misma estoy diseñando con el asesoramiento de Joieria Grau y estoy adorando toda la mecánica. Tengo tantas ganas de que Tom lo pueda ver finalmente y ver su reacción… Será un momento mágico. A ver si consigo no llorar y no arruinarme el maquillaje, porque soy muy llorona en momentos así de bonitos…—¿Estáis manteniendo el secreto de vuestros respectivos “looks” del uno para el otro?—Siguiendo la tradición, Tom no sabe nada de mi vestido. Para mí, era muy importante que fuera sorpresa y ver su emoción y reacción en el día de la boda. Pero… Yo sí que he visto su traje (risas) Para él, era más importante y divertido compartir esta experiencia conmigo, diseñarlo juntos y disfrutar de todo de principio a final. —Oye, y Tom ¿se ha dejado aconsejar? ¿Será clásico? ¿Innovará?—¡Tom estará guapísimo! En cada fitting con Cifonelli, que le está creando el traje a medida, me enamoro más. También ha sido muy divertido. Empezando de cero y teníamos muchos más colores entre los que elegir. El estilo de Tom es clásico, por lo que tuvimos bastante claro desde el principio lo que buscábamos. Aún así, nos hemos dejado aconsejar por Massimo y Lorenzo Cifonelli, que tienen una experiencia y estilo impresionante. Además, Tom tendrá una sorpresa el día de la boda. El también quiere hacer un cambio de “outfit”!—Por cierto, ¿vuestras familias se conocen? —Sí, en su mayoría se conocían desde hace años, pero el encuentro de todos juntos fue posible finalmente durante nuestra comida de pedida. Fue muy bonito poder ver a todos juntos… Esta es una de las dificultades de ser de diferentes países, no hay muchas ocasiones en que toda la familia se pueda juntar. —Durante la boda, ¿podréis resistiros a no coger la cámara y haceros mil millones de fotos?—Tom ha mencionado muchas veces que no podrá aguantarse sin hacer una foto o vídeo él mismo. Yo le intento convencer que se relaje y se olvide de todo, pero creo que al final alguna sí que haremos. Al final, también es bonito como recuerdo ver nuestra boda desde nuestro punto de vista: cómo nos veíamos el uno al otro. —Tú tienes una figura envidiable… No sé si en el menú habrá chocolate belga…

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Instantes después de que Tom la pidiera en matrimonio, comenzó a llover. No podía ser más romántico. Con París antes sus ojos y ellos, abrazados. Habían vuelto a su lugar favorito en el mundo. Allí, donde, muy jovencitos, comenzaron su vida juntos y donde ahora, hace casi un año de ese momento y una década después de completar sus estudios con un Máster de Fashion & Luxury Management, se prometían pasar la eternidad uno al lado del otro.  Marta Sierra  y Tom Peuteman miran hoy al cielo esperando que este fin de semana resplandezca azul y brillante, con un sol casi cegador a poder ser. Y muchas flores a su alrededor, y el mar susurrando en sus oídos. Se casan, por fin. A la orilla del Mediterráneo. Con Barcelona a sus pies, la ciudad de la novia.

Marta Sierra nos desvela todos los detalles de su ‘mágica’ boda con Tom

Dos días de celebraciones y de sorpresas. De magia y de moda. De estilo, de color y de fuegos de artificio. Porque todo es posible con esta pareja que, como en Arabesco de Stanley Donen, la acción y los juegos de prestidigitador son trepidantes. Ya sea a golpe de tacón o de vuelo de 360 grados de coleta. Y no. No tienen nada que envidiar ni a Sophia Loren y Gregory Peck. Son su versión 5.0, pero con el mismo charme clásico de entonces. Y si aquellos casaban tanto como un buen plato de pasta con meatballs. Ellos son un mix perfecto de Costa Brava y chocolate belga.

© GEORGINA MILLET

Doce años después de cruzar sus miradas en una disco de Mallorca, Marta y Tom se darán el ‘sí, quiero’

¡HOLA! les acompañará en sus dos grandes días. Jueves y viernes. Estará con ellos en su preboda y, por supuesto, cuando se den su tan ansiado ‘sí, quiero’, doce años después de cruzar sus miradas en una disco de Mallorca. Pero no solo ahí, ojo. También estaremos durante los momentos de nervios previos, con los preparativos de última hora; con Marta cuando comience con su ritual de belleza para convertirse en una novia de ensueño; con la llegada de sus amigas que la acompañarán durante esas horas de risas y de confidencias; con las copitas de cava para ‘entonarse’; y con el maquillaje, la peluquería, la abotonadura de su vestido… La esperaremos a pie de escalera, con el novio, en su llegada a ese especialísimo enclave donde tendrá lugar la ceremonia. (Solo una pista, que los novios que todo sea una sorpresa incluso para los viandantes: Gaudí firmó los planos del edificio y las vidrieras obviamente, son modernistas y Patrimonio de la Humanidad). Por supuesto que entraremos en la fiesta, degustaremos el menú, daremos buena cuenta de los bouquets de mesa y de los emotivísimos discursos… Y cómo no, inmotalizaremos ese primer baile de casados.

Pero antes… ¿Qué les parece si recordemos algunos de los detalles que ellos mismos nos dieron en las páginas de nuestra revista para abrir boca? Vamos a ello, aquí tienen algunos ítems tan divertidos como que, sin hacerlo aposta, eligieron 2024 para solidificar su relación y después se dieron cuenta de que, según la astrología china, “es el año más afortunado para casarse. La suma de los dígitos de esta cifra da 8, y el 8 simboliza el amor eterno entre marido y mujer. Así que ¡un punto extra para nosotros!”.

© GEORGINA MILLET

Marta es conocida como la ‘reina de los reels’

—¿Teníais muy claro que tenían que ser Barcelona y junio las coordenadas para vuestra boda o barajábais opciones?

—No, no lo teníamos nada claro al principio. Pasamos por varias opciones ya que nuestras familias están en diferentes países. Barajamos como posibilidades Bélgica, Francia y Barcelona, pero al final nos decantamos por Barcelona.

—¿Estáis diseñando la boda que soñábais? ¿Es la boda que querías desde pequeña, Marta?

—Sí, es exactamente tal y como la había soñado siempre. Tanto la decoración como el lugar, como el catering (se me hace la boca agua sólo de pensarlo…), pero especialmente ¡mi futuro marido! Que es lo más importante.

—El vestido ¿también es un sueño hecho realidad? 

—Ay, estoy tan emocionada… Desde pequeña, he tenido muchos sueños y mi vestido será definitivamente un sueño hecho realidad! Rosa Clarà me está confeccionando los dos outfits, que serán unas verdaderas joyas de la costura. Los hemos diseñado juntas, ella y yo, desde el principio. Y ha sido un proceso muy divertido! Desde elegir tejidos, las formas, ir adaptando o añadiendo detalles, encontrando el match perfecto con las joyas que, también, yo misma estoy diseñando con el asesoramiento de Joieria Grau y estoy adorando toda la mecánica. Tengo tantas ganas de que Tom lo pueda ver finalmente y ver su reacción… Será un momento mágico. A ver si consigo no llorar y no arruinarme el maquillaje, porque soy muy llorona en momentos así de bonitos…

—¿Estáis manteniendo el secreto de vuestros respectivos looks del uno para el otro?

—Siguiendo la tradición, Tom no sabe nada de mi vestido. Para mí, era muy importante que fuera sorpresa y ver su emoción y reacción en el día de la boda. Pero… Yo sí que he visto su traje (risas) Para él, era más importante y divertido compartir esta experiencia conmigo, diseñarlo juntos y disfrutar de todo de principio a final.

© GEORGINA MILLET

—Oye, y Tom ¿se ha dejado aconsejar? ¿Será clásico? ¿Innovará?

—¡Tom estará guapísimo! En cada fitting con Cifonelli, que le está creando el traje a medida, me enamoro más. También ha sido muy divertido. Empezando de cero y teníamos muchos más colores entre los que elegir. El estilo de Tom es clásico, por lo que tuvimos bastante claro desde el principio lo que buscábamos. Aún así, nos hemos dejado aconsejar por Massimo y Lorenzo Cifonelli, que tienen una experiencia y estilo impresionante. Además, Tom tendrá una sorpresa el día de la boda. El también quiere hacer un cambio de outfit!

—Por cierto, ¿vuestras familias se conocen? 

—Sí, en su mayoría se conocían desde hace años, pero el encuentro de todos juntos fue posible finalmente durante nuestra comida de pedida. Fue muy bonito poder ver a todos juntos… Esta es una de las dificultades de ser de diferentes países, no hay muchas ocasiones en que toda la familia se pueda juntar.

—Durante la boda, ¿podréis resistiros a no coger la cámara y haceros mil millones de fotos?

—Tom ha mencionado muchas veces que no podrá aguantarse sin hacer una foto o vídeo él mismo. Yo le intento convencer que se relaje y se olvide de todo, pero creo que al final alguna sí que haremos. Al final, también es bonito como recuerdo ver nuestra boda desde nuestro punto de vista: cómo nos veíamos el uno al otro.

—Tú tienes una figura envidiable… No sé si en el menú habrá chocolate belga… 

—Lo tenemos ya todo decidido con Airolo, que se ocupará del catering. Tenemos mucha ilusión porque está todo riquísimo, la verdad es que flipamos con todos los aperitivos y platos durante las pruebas de menú. A mí me encanta comer. De hecho, el menú es de las cosas que más ilusión me hace de la fiesta. Y por supuesto que habrá chocolate belga, Pero ¿cómo iba a faltar?