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Onofre: fue un ermitaño del desierto egipcio de la Tebaida que vivió una profunda experiencia espiritual en solitario, dedicándose a la oración y al consejo espiritual. Su testimonio de entrega absoluta a Dios es un ejemplo de profundidad interior y compromiso vital, mostrando la importancia de la devoción y la gracia divina.
León III: elegido papa en el año 795, enfrentó conspiraciones y ataques de los enemigos del papa, pero recibió el apoyo de Carlomagno, con quien colaboró estrechamente. Su pontificado fue notable por la defensa de la Iglesia, el fomento de la caridad, y la restauración de iglesias, siendo canonizado en 1673.
Florida Cevoli, beata: ingresó a los 18 años en el monasterio de las Clarisas Capuchinas de Città di Castello, donde se destacó por su espíritu de oración y vida comunitaria desempeñando varios roles, incluida la de abadesa. Fue una reformadora que vivió con pobreza y austeridad, y tuvo una profunda devoción a la Pasión de Cristo y a la Virgen de los Dolores.
Mercedes de Jesús Molina y Ayala, beata: se dedicó a la acción social y evangélica tras perder a sus padres, renunciando a un matrimonio ventajoso y distribuyendo sus bienes entre los pobres. Fundó un instituto religioso en 1873 y llevó una vida de sacrificio y oración hasta su muerte en 1883. Fue beatificada por Juan Pablo II en 1985, y sus restos descansan en Riobamba.
El santoral cristiano también celebra hoy la onomástica de
