Llenar el Estadio Santiago Bernabéu era un sueño, y ayer, por fin, pudo cumplirlo. Duki llegaba al templo de los galácticos en medio de una gran expectación, con miles de fans agolpándose y haciendo cola horas antes de que diese comienzo un concierto con el que prometía hacer historia.
Había muchos españoles, pero, también, muchísimos argentinos, algunos casi recién aterrizados en Madrid. No dudaron en volar desde el otro lado del Atlántico sólo para ver cómo su ídolo se lanzaba a la conquista de la capital de España. “Es el Duko”. No tenían otra explicación. Era así de sencillo.
Tenía a toda la familia ‘bancándole’ e incluso su querido Leo Messi quiso mandarle un mensaje. Él ya había visitado el campo en numerosas ocasiones –“de visitante, obviamente”, recalcaba-, y este sábado el artista jugaba de titular. Había que disfrutarlo.
A las nueve y media, la estrella salía al escenario para arrancar su show por todo lo alto, haciendo saltar al público desde el primer momento. Porque la canción que eligió para abrir no fue otra que Rockstar, uno de sus temas más sonados y más ‘duros’. De hecho, aunque su cuna es el rap, Duki se convirtió anoche en una estrella del rock, con banda incluida, y rodeado de columnas de fuego que se disparaban cada poco.
Aunque había dejado caer que al tratarse de un concierto tan multitudinario tendría que cantar temas que, quizá, se consideran más mainstream, no se olvidó de su público más fiel. Desde Hijo de la noche a Tumbando el club, dedicó muchísimos guiños a sus orígenes en el trap e, incluso, se rodeó de aquellos que lo acompañaron desde el principio.
“Emi, me cansé de poner ‘peros”
No había querido desvelar si su novia, Emilia Mernes , le acompañaría sobre el escenario. Pero pronto salimos de dudas. La cantante argentina salía para entonar su canción más emblemática, Como si no importara, con la que surgió su bonita historia de amor.
De nuevo, Duki cambió la letra original del tema para dedicársela: ‘Emi, me cansé de poner peros’. Y el estadio rugió. Demostrando una gran complicidad, el artista cogía de la mano a su chica y le daba un cariñoso beso en la nariz que hizo vibrar a sus fans, que no pararon de gritar a pleno pulmón.
La otra protagonista femenina que causó sensación fue Nicki Nicole, que interpretó junto a Duki Ya me fui, otro de los hitos del género urbano. Como ella misma ha explicado, el bonaerense fue uno de los que más la apoyó en sus inicios en la música, así que quiso estar al lado de su amigo en este concierto que no tardó en convertirse en tendencia en redes.
La sorpresa de ‘Modo diablo’
No se podía olvidar, tampoco, de sus incondicionales -de los ‘pibes del fondo, los adictos al quilombo’-, y podemos decir que Duki cumplió sus expectativas. Jhayco, J Rei, West Dubai, Dano y CRO salían a escena para acompañarlo, desatando la locura entre el público, que no paraba de abrazarse y saltar a cada beat.
Pero la gran sorpresa llegó, sin duda, cuando dio entrada a YSY A y Neo Pistea, con los que formó, en 2017, el grupo musical ‘Modo diablo’. Aquellos niños que rapeaban en el quinto peldaño de la escalera del Parque Rivadabia, en Buenos Aires, soñando que, algún día, triunfarían en la música, volvían a juntarse. Ahora más mayores, pero con las mismas -o incluso, más- ganas. Resurgía el espíritu del ‘Quinto escalón’. Porque Duki ha llegado a lo más alto, pero nunca olvida de dónde viene y ayer volvió a dejarlo claro.
Siempre con el ‘Biza’
Deleitó, también, cantando por primera vez en directo No me llores -escuchando las súplicas de sus seguidores-, un tema que nunca antes había tocado en vivo, como él mismo había admitido, porque no le gustaba mucho cómo sonaba su voz. Sin embargo, parece que al público sí le convenció su puesta en escena y Duki no pudo contener la emoción al cantarla.
Casi al final, ‘se caía’ el estadio. Aunque se echó de menos a Quevedo -retirado de la música por voluntad propia- cuando sonaron Si quieren frontear o Don’t lie, no faltó otro de los artistas que ha caminado junto a él todo este tiempo, Bizarrap . El productor argentino hacía vibrar al público congregado en la pista y en las gradas con Malbec y, por supuesto, su sesión conjunta, que todo el estadio coreó con él.
Muchos apostaban a que este sería el tema final. No fue así. Se equivocaron. Duki quiso despedirse de Madrid cantando su ‘himno’, She don’t give a fo, y demostrando que, pese a todo, tenía razón. No tenía que tener un plan B a la música: ‘Empezamos tocando para 30 personas y ahora te llenamos el estadio’.