Poco queda de la Anna Barrachina que conocimos en 2015, cuando descubrimos que Álvaro Muñoz Escassi había tenido una hija secreta 19 años atrás —con Mercedes Barrachina, una amazona valenciana afincada en Alemania—. Ahora, Anna es una persona completamente distinta. Está entregada a la pintura y sus obras ya recorren el mundo: de la Fira de Barcelona a la famosa Art Basel de Miami. También ha formado parte de la muestra colectiva Ethereal, que acaba de exponerse en el hotel Santo Mauro, de Madrid, con fines benéficos. Anna ha donado un cuadro, The Lonely Dino, cuyos beneficios se han destinado a la Fundación The Global Gift, de Eva Longoria y su gran amiga María Bravo.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
—¿Cómo definirías el estilo de tus pinturas?
—Es arte abstracto y ahora un poco expresionista, pero siempre en constante transformación y con libertad.
—¿Cómo te inspiras y cómo es tu proceso creativo?
—Tengo un estudio en casa y el proceso varía. Me inspiro en la música y la naturaleza. También en la ciudad, su ambiente la gente, los colores…
“Siempre vi difícil dedicarme al arte. En 2020, durante la COVID, me escribió una señora por Instagram para comprarme una obra. No me lo podía creer”
—¿Cuáles son tus referentes?
—Siempre he seguido mucho a Basquiat, pero no quiero copiar. También me inspira muchísimo Picasso, que hizo figurativo. No me voy a comparar con él (ríe), pero también tuvo una transformación: de pintura muy clásica a la abstracta.
—El arte y la pintura son algo que te viene de familia.
—Sí. Mi abuelo materno es Ramón Barrachina, un pintor muy clásico, tipo Sorolla. De algún lado tiene que venir ese lado creativo (ríe). En mi familia todos somos un poquito artistas, pero él se dedicó al arte.
Sus primeros pasos
—¿Cuándo empezaste a explorar tu creatividad?
—Siempre he tenido proyectos creativos, pero hace cuatro o cinco años me puse a pintar seriamente. Al terminar mi carrera de Marketing, supe que quería dedicarme al arte. Me costó dar el paso, porque siempre estaba enfocada en estudiar y trabajar. En el fondo, lo veía como un sueño difícil de alcanzar. Pero, cuando empecé a enseñar mis obras, en 2019, y ver que gustaban, comencé a pensar que igual podía dedicarme al arte.
—¿Cuándo vendiste tu primera obra y qué sentiste?
—En 2020, durante la COVID, y fue por mi cuenta. Me escribió una señora por Instagram y me dijo que la quería comprar. Mi reacción fue: “¿En serio?” (ríe). Sentí euforia e incredulidad… No me lo podía creer. Pero ya he vendido obras a coleccionistas de todo el mundo. De Estados Unidos, un montón, pero también de Asia, Dubái…
—¿Cómo es el perfil de la persona que compra tus obras?
—Alguien a quien le gusta llenar su casa de color y alegría. Me gusta pensar que mis obras transmiten alegría.
“Mi padre es muy muy buena persona y da mucha libertad. Te guía hacia lo bueno y nunca te intenta cambiar”
La opinión de Escassi
—¿Qué te dice tu padre de tus obras? ¿Te da algún consejo?
—Me dice que le gustan (ríe). Deja que me desarrolle y eso es una virtud, porque nunca intenta cambiar a nadie. Lo bonito de mi familia es que somos todos muy diferentes.
—Resulta difícil vivir de la pintura, sobre todo, en los primeros años. ¿Tienes algún otro trabajo?
—Sí. Sigo haciendo algunos proyectos de investigación de mercado.
—De pequeña, tu carrera estaba enfocada a la hípica, ¿continúas montando a caballo?
—Siempre va a formar parte de mí, pero ya no compito como lo hacía.
—¿Qué te ha aportado esa etapa de amazona a tu vida?
—El deporte da disciplina y constancia. La habilidad de ver una meta y persistir hasta llegar. También el desconectar. Cuando me subía a un caballo, lo conseguía. Ahora, puedo pasarme diez horas pintando y no me doy cuenta.
“Cuando era pequeña, ya conocía la situación. Como en todas las familias, hemos tenido nuestras cosas, pero he tenido una infancia supernormal”
—En su momento, también fuiste modelo, ¿has dejado ese mundo?
—Totalmente. Me lo pasé superbién, pero esa etapa ya está cerrada.
—Muchos ven a Álvaro Muñoz Escassi como un ligón, pero ¿cómo es él?
—Es muy muy buena persona.
—¿Y como padre?
—Qué difícil… Como padre, da mucha libertad. Te guía hacia lo bueno, pero no te impide ser tú misma.
—¿Cómo fue crecer con él?
—Como cualquier niña con sus padres. Como en todas las familias, hemos tenido nuestras cosas, pero he tenido una infancia supernormal.
—Viviste un boom mediático al llegar a España. ¿Cómo lo recuerdas?
—Era muy joven, pero la verdad es que lo llevé bastante bien. A pesar de las personas de mi alrededor, soy una persona bastante privada y he pasado siempre de todo. Por eso no me afectó tanto. Me afectó más el tener que estudiar y trabajar a la vez que lo demás. Obviamente, también me afectó hacerme mayor y decidir dedicarme al arte. Crear mi propia imagen para el arte y convertirme en artista ha sido más difícil que haber salido en los medios.
—Por todo lo vivido años atrás, ¿sientes que has tenido que luchar más para que te tomen en serio como artista?
—Sé que soy muy afortunada y no voy a hacerme la víctima. Algunas puertas se habrán cerrado por quién soy, pero otras se habrán abierto. En la vida, no se abren todas las a la vez.
‘Nada me pilló por sorpresa’
—¿Cambió tu relación con Álvaro, tu padre, tras el boom mediático?
—No cambió nada. Nada me pilló por sorpresa. Cuando era pequeña, ya conocía esa situación. Al venir a España, siempre estuve enfocada en mi trabajo y mis estudios. Por eso, casi ni me daba cuenta. Igual parece que era muy naíf o tonta, pero lo viví así. La situación no me afectó demasiado porque tampoco lo noté con la gente de mi entorno.
—¿Qué cambió de tu vida alemana?
—Me crie en un pueblo del norte de Alemania, casi en Dinamarca. Mis primeros años los pasé en la naturaleza, en una finca de caballos. Al venir a estudiar a Madrid, una ciudad grande, empecé una vida totalmente diferente. Pero yo quería ese cambio. Cuando te crías en un lugar tan rural, quieres vida de ciudad. También ocurre al revés, cuando vives en la ciudad.
—¿Vas a Alemania con regularidad?
—Me gusta estar con mi abuela y mi familia. Creo que ya no viviría allí. Echo en falta a mi familia, pero también tengo aquí a parte de ella y no se puede tener todo.
—¿Hablas con tu padre alemán?
—Prefiero no decir nada de él, porque no quiere salir en esto.
—¿Cómo te definirías a ti misma?
—Ay, qué difícil… Soy una persona muy serena con un toque de locura. Y siempre con una sonrisa.
“El ‘boom’ mediático lo llevé bien. Como siempre estaba enfocada en mis estudios y trabajo, casi ni me di cuenta. Convertirme en artista ha sido más difícil que haber salido en los medios”
—¿Cómo definirías a tu familia?
—Lara Dibildos, exmujer de tu padre, te acogió al venir a España. ¿La ves como una madre, hermana o amiga?
—Como nuestra familia es tan compleja, no sé qué decirte. Estuve viviendo un año en su casa. Lara es una persona muy importante en mi vida. Es maravillosa, la quiero muchísimo.
—Por último, sabemos que tienes novio desde hace años, ¿qué nos puedes decir de él?
—Es una persona discreta y prefiero no hablar de él.