El estreno de la ópera Medea en el Teatro Real de Madrid reunió a diversas caras conocidas de la nobleza española. Victoria López-Quesada y su prometido, Enrique Moreno de la Cova, acudieron a esta cita meses antes de darse el sí, quiero. Ellos celebrarán este verano una de las grandes bodas del año y acudieron muy sonrientes a disfrutar de una tarde en la ópera mientras últiman los preparativos para el gran día. La ahijada del rey Felipe lució un elegante vestido rojo de seda de inspiración oriental con botones cruzados y sandalias de color negro, mientras caminaba de la mano de su novio, que llevaba traje de chaqueta con corbata.
Apenas faltan poco más de dos meses para que se celebre su enlace. El 31 de agosto se convertirán en marido y mujer y todo apunta que será en la finca ‘Soto de Monzanaque’, propiedad del duque de Albuquerque. Al parecer, la novia cambio de fecha para que pudiera asistir su padrino, el rey Felipe VI. También se espera que assitena otros miembros de la familia del Rey como es el caso de la infanta Cristina, íntima amiga de los padres de la novia, tal vez de Irene Urdangarín, que es ahijada del padre de la novia, Pedro López-Quesada, así como de Victoria de Marichalar, que es gran amiga de Victoria López-Quesada.
La hija de Cristina de Borbón-Dos Sicilias lucirá un diseño de Lorezo Caprile, el mismo modista en el que confió su madre para el día de su enlace con Pedro López-Quesada, que se celebró hace tres décadas, y completará su look nupcial con un velo de encaje antiguo, herencia de su bisabuela, la infanta Alicia de Borbón-Parma, tal y como publicó ¡HOLA!
Otra de las asistentes al estreno de Medea ha sido Sofía Palazuelo, una de las mujeres más elegante de este país, que lució un bonito conjunto de dos piezas bordado de falda y camisa de Leuire Doueil, acompañado de sandalias doradas y complementos a juego. La duquesa de Huéscar acudió junto a su marido, Fernando Fitz-James Stuart, a disfrutar de esta función de Marc-Antoine Charpentier bajo la dirección del músico William Christie, quien redescubrió, interpretó y grabó la partitura en 1984.