Begoña Valero (Banyeles de Mariola, Alicante) está cosechando un gran éxito de crítica y público con su última obra, Un testigo llamado Cervantes (Ed. Sargantana), publicada en enero de 2024 y que ya va por la cuarta edición. Además, acaba de ser galardonada con el Premio Odilo 2024 a la mejor autora de novela histórica, premio que concede la Semana de Novela Histórica de Cartagena. En su libro, la autora mantiene atrapado al lector en una doble trama, dos episodios muy diferentes de nuestra historia y aparentemente inconexos -un crimen en Valencia en 1580 y el cautiverio de Miguel de Cervantes en Argel de 1575 a 1580-. Escrita con agilidad y acierto, hablamos con Begoña sobre los entresijos de su novela.
- ¿Cómo surgió la novela? ¿Qué es lo que te hizo contar esta historia?
Todo arranca en 2016, cuando un investigador encontró la firma más antigua y original de Miguel de Cervantes. Se hallaba en un documento del archivo del Reino de Valencia y acompañaba a su declaración en un juicio criminal por la muerte de un pescador. Este hecho me llamó mucho la atención, así que empecé a documentarme y a descubrir una historia apasionante que sucedió en Valencia en 1580, implicó a toda la ciudadanía de la época y en la que el testimonio de Cervantes fue fundamental y originó tumultos por las apuestas que se habían realizado.
También me sorprendió el hecho de que Cervantes declarara en ese juicio nada más regresar de sus cinco años de cautiverio en Argel, ya que al hacerlo podría haber acabado él mismo encarcelado. Una tremenda historia que no se había contado hasta ahora.
- El libro tiene dos tramas en dos escenarios muy diferentes como eran Valencia y Argel en torno a 1580. ¿Cómo eran esos dos lugares en esa época?
En el proceso de investigación para escribir esta novela, me llamó mucho la atención encontrarme dos realidades tan diferentes como eran el imperio español y el imperio otomano en esa época. La vida en Argel era durísima entonces para los desgraciados cristianos que habían sido capturados y convertidos en cautivos. Cervantes tuvo que ser muy inteligente para sobrevivir en ese entorno tan duro y agresivo.
Valencia en el siglo XVI tiene muchísimo atractivo y el trabajo de documentación ha sido muy interesante, además de conocer cómo funcionaban los juicios entonces, en los que no había abogados como ahora y se basaban en la acumulación de testimonios. El Justicia Criminal era la máxima autoridad en esta materia en Valencia, no era letrado, pero se hacía asistir por un asesor especializado en leyes.
- Valencia era una ciudad bulliciosa y un puerto comercial muy importante. También era célebre “el poblado de las mujeres pecadoras”. ¿Cómo era la situación de estas mujeres?
Era dura, porque la prostitución siempre es dura, pero había una serie de cuidados muy especiales con estas mujeres. Si estaban enfermas eran llevadas al hospital para ser curadas y si esto no era posible, por sufrir sífilis u otra enfermedad de transmisión sexual, nos las dejaban volver al burdel. También se ayudaba a las que quisieran rehabilitarse, por medio de matrimonios o de su paso a la vida religiosa. La prostitución estaba muy regulada y las mujeres que ejercían ese oficio en las calles de Valencia eran perseguidas y penadas por ello, ya que no se permitía dicha actividad fuera del “poblado de las mujeres pecadoras”. Esta realidad tan curiosa merecía ser contada y lo he hecho a través de algunos personajes, en especial de una de esas prostitutas.
Las mujeres tienen un peso muy importante en la novela, pese a que se desarrolle en un mundo de hombres. Es muy real la fuerza que muestra la madre de Cervantes, quien se desvivió por sus dos hijos cautivos en Argel, en especial por Miguel, el primogénito. Incluso se hizo pasar por viuda para dar más pena y conseguir más ayudas para lograr su rescate. También destaca Magdalena, la novia del acusado, quien siempre cree en su inocencia y ese amor que siente le llevará a ser encarcelada.
- En tu novela vemos que había diferentes tipos de cautivos entre los cristianos en Argel. ¿Cómo era esta compleja realidad?
Todo dependía del dinero. Si los cautivos eran de familias nobles o adineradas que podían pagar su rescate, eran mejor tratados y, además, se podían permitir pedir préstamos a los mercaderes que llegaban a Argel para que sus condiciones fueran mejores. La vida podía ser más o menos fácil dependiendo de las posibilidades económicas que tuviera cada uno o más bien, sus familias. Quienes no tenían ninguna posibilidad de ser rescatados acababan siendo esclavos que se vendían de por vida.
Sólo había otra posibilidad para ser libres además del rescate o la fuga: que renunciaran a la fe católica. En ese caso, podrían dedicarse al corso o a otras ocupaciones sin problemas. Sin embargo, pese a las duras condiciones que padecían en su cautiverio, la mayoría de los cristianos permanecían fieles a sus creencias religiosas, algo que es digno de resaltarse.
- El soldado herido en Lepanto, al que decían "el estropeado", fue un líder, valiente e ingenioso durante su cautiverio. ¿Tratar de fugarse le mantuvo con vida y esperanza en ese tiempo?
Miguel de Cervantes era consciente de que no podía ser rescatado porque sus padres no tenían suficiente dinero, así que no le quedaba más remedio que escapar. De hecho, lo intentó sin éxito nada menos que cuatro veces.
He podido reconstruir la personalidad de Cervantes, un tipo valiente, noble e inteligente, gracias a los testimonios que sus compañeros de cautiverio hicieron ante el notario de los frailes Trinitarios. Los religiosos exigían a los compañeros del cautivo que iba a ser rescatado que declararan si se había comportado como un buen cristiano y merecía esa liberación. En este sentido, tenemos lo que se denomina "la información de Argel", en la que doce testigos declararon sobre los cinco años de cautiverio de Cervantes, coincidiendo en el elogio a su valentía, honorabilidad y conducta intachable.
- ¿Cuánto de historia y cuánto de ficción encierran las páginas de tu libro?
En la novela hay mucha historia, aunque lógicamente me apoyo en algunas subtramas y personajes que no existieron para hacer más ágil la lectura o por necesidades narrativas. Al final de la novela incluyo una lista con cien personajes que aparecen en ella: setenta son reales y treinta de ficción, lo que da una buena idea del peso histórico de la novela.
En el caso judicial de Valencia está todo muy bien documentado y he seguido fielmente todo el proceso. También, respecto al cautiverio en Argel de Miguel de Cervantes.
- Alejandro Amenábar está rodando su próxima película El cautivo, que tratará, precisamente, sobre la etapa de Cervantes en Argel. ¿Qué esperas de ella? ¿Piensas hacerle llegar tu novela?
Hace muy poco, el pasado 31 de mayo, pude encontrarme con Amenábar y regalarle un ejemplar. Fue en Bocairent, donde yo había presentado mi libro y él estaba rodando algunas escenas de El cautivo. Charlamos en un receso del rodaje y le conté un poco sobre el libro, incidiendo especialmente en que la mitad de sus páginas narran los cinco años del cautiverio de Miguel de Cervantes en Argel.
Amenábar se mostró muy amable e interesado en mi novela, que espero lea y disfrute. Este año va a ser el de Cervantes, con mi novela y su película.
Tengo muchas ganas de ver en el cine el retrato que hace de Cervantes en esos años, en especial sobre aspectos de su faceta como espía o la supuesta homosexualidad que a veces se le ha atribuido. Yo en mi novela he tratado ambos temas con suma cautela.
- Un testigo llamado Cervantes está teniendo una gran acogida entre crítica y público. ¿Qué crees que es lo que más gusta a tus lectores?
Lo que más me agrada es que está gustando tanto a gente que no conoce absolutamente nada de la vida de Miguel de Cervantes como a expertos cervantinos, asociaciones como la de Alcázar de San Juan y catedráticos que me han felicitado. Por la parte histórica estoy muy satisfecha en este sentido, ya que el libro está muy bien documentado y así me lo han transmitido importantes conocedores de la época y el personaje.
En cuanto a la parte más narrativa, de las emociones y el objetivo de entretener al lector de una manera amena, también percibo el calor con el que está siendo recibida la novela a tenor de los comentarios que me hacen llegar sobre ella. En este sentido, pienso que el propio protagonista tiene mucha culpa de ello, ya que Cervantes es un personaje histórico monumental, pero sigue siendo un gran desconocido. Hay muchos ensayos sobre su obra, pero pocos libros que trasladen al lector alguna de las diferentes etapas de una vida apasionante.
- Por último, ¿qué libro o autor recomendarías a nuestra audiencia?
Quiero destacar cualquier libro de los compañeros de la Asociación Escritores con la Historia. Sus novelas tienen una calidad excepcional, ya que están muy bien documentadas, entretienen y, al mismo tiempo, te hacen aprender historia de una manera muy cómoda y fácil.
Por otro lado, siempre me ha gustado mucho Stefan Zweig y muchas de sus obras, por ejemplo, Fouché, el genio tenebroso, María Antonieta y Momentos estelares de la humanidad. Zweig es un escritor espectacular.