“Las mujeres grandes necesitan joyas grandes”, decía Elizabeth Taylor con toda su picardía (no fuera a ser que Burton, su marido de ida y vuelta, no pillara la indirecta). Pero retomando y actualizando su máxima, reformulamos: las mujeres únicas necesitan joyas únicas. Justo de eso va la alta joyería: de mujeres y piezas únicas. Y así nos encontramos en Viena. Ciudad imperial. Cuna del vals, de grandes compositores, del psicoanálisis de Freud, de Sissi emperatriz y, en esta ocasión, más que nunca, de fiestas legendarias… La maison Cartier presentaba su colección de alta joyería Nature Sauvage . O lo que es lo mismo: verdaderas obras de arte inspiradas e imbuidas de todo lo bello y salvaje de la naturaleza y recreadas en la fantasía onírica de las piedras preciosas.
Pero quizá lo más maravilloso fue descubrir qué es en realidad la alta joyería. Así, en un primer impacto, parece que hablamos ‘solo’ de esas piezas sublimes (que lo son)... Pero la historia de cada una de ellas, los meses (incluso años) para que ‘nazca’ una sola creación, y su verdadero carácter único (no hay dos iguales, por muchos ceros que se pongan en una oferta), la hacen realmente excepcional, cual obra de arte. Para acompañar el carácter exclusivo de estas extraordinarias piezas, la presentación tenía que ser acorde.
Un palacio maravilloso, damas de sociedad exquisitamente vestidas, un salón donde se bailaba el vals —como si el reloj se hubiera detenido dos siglos atrás— y un desfile en el que casi se hacían necesarias las gafas de sol por el brillo casi extraterrestre de esas piezas nacidas de la furia de la naturaleza y creadas con mimo y dedicación por el savoir faire de la maison francesa. Durante la noche, tuvimos la ocasión de brindar con tres grandes amigas de la casa Cartier: Elle Fanning, Sofia Coppola y Bianca Brandolini.
Bianca destacaba con ese aspecto de supermodelo, pero la actitud aristocrática que le confiere el pertenecer a una de las familias más importantes de Italia. Fanning robaba el aliento con su sonrisa infinita y una dulzura especial, pese a su estatus de superestrella. Y Coppola dejaba claro que no es solo un icono del cine, sino un ejemplo de mujer empoderada.
Junto con el resto de los invitados, se dejaron maravillar por la sofisticación de la colección y de su puesta en escena, por las deliciosas creaciones gastronómicas del chef de ascendencia española Juan Amador, del magnífico recital del tenor italiano Fabio Sartori y del poderoso concierto de la artista británica Raye, en una deslumbrante noche destinada a dejar huella en la historia de la alta joyería.