Hunter, uno de los hijos del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está escribiendo una nueva página en la historia del país. Una que desde luego será recordada, pues se ha convertido en el primer hijo de un presidente en activo que se sienta en el banquillo de los acusados. El que sin duda es uno de los hijos más polémicos de Biden está acusado de violar las leyes federales de armas en 2018 cuando compró un arma de fuego, mintiendo sobre si era consumidor de drogas. El caso ha comenzado en el tribunal de Delaware, donde Hunter Biden podría ser condenado hasta a 25 años de prisión (aunque las sentencias suelen ser más cortas para quien no tiene antecedentes) y al pago de 750.000 dólares (más de 690.000 euros).
Hunter estuvo acompañado por su segunda mujer Melissa Cohen Biden, con quien se casó en 2019
En la primera semana de proceso el hijo de Biden estuvo acompañado por su mujer, Melissa Cohen Biden, con la que se casó en 2019 solo una semana después de conocerla. Un flechazo afortunado pues se dice que ella le ha ayudado mucho en su proceso de desintoxicación. En 2020 tuvieron un hijo. En la vista estaba además Jill, mujer de Joe Biden, que fue a apoyar al hijo de su marido (Hunter es hijo del presidente estadounidense y su primera mujer ya fallecida, Neilia) y Ashley, hermana del acusado. El líder norteamericano envió un comunicado en el que destacó que "tiene un amor ilimitado por mi hijo, confianza en él y respeto por su fuerza". "La resiliencia de Hunter ante la adversidad y la fuerza que ha aportado a su recuperación nos resultan inspiradoras. Muchas familias tienen seres queridos que han superado la adicción y saben a qué nos referimos" dijo.
Jill, mujer del presidente de Joe Biden, acudió para apoyar al hijo de su marido
El fiscal ha presentado en la primera vista las pruebas de su problema de adicción (vídeos e imágenes de Hunter consumiendo sustancias) y mensajes a un supuesto traficante. Dichas pruebas se recogieron de sus dispositivos electrónicos y sus mensajes telefónicos, tal y como apuntó la acusación. Además ha declarado su exmujer, Kathleen Buhle, que estuvo casada con Hunter cerca de 25 años y con quien tuvo tres hijas, que ha declarado que él admitió que consumía ciertas sustancias. Ha comparecido además una de sus exparejas, Zoe Kestan, que salió con él en 2018 y le describió como encantador, derrochador y amante de la buena vida. Ella contó que le intentó ayudar en muchas ocasiones después de que hubiera consumido.
Kathleen Buhle, exmujer de Hunter Biden, ha declarado en el proceso
Su libro de memorias, clave en el proceso
Entre las pruebas que quiere presentar la fiscalía están algunos extractos del libro de memorias de Hunter Biden, de 2021, titulado Beautiful Things, en el que se describió a sí mismo como un "adicto al crack" sin planes. Hunter reconoció públicamente que durante mucho tiempo había luchado contra la adicción al alcohol y las drogas, un problema que se vio agravado por la muerte de su hermano Beau Biden en 2015, a causa de un tumor cerebral. En su libro de memorias reconoce que cuando compró el arma en 2018 estaba atravesando una depresión en la que cayó tras su divorcio de Kathleen Buhle y vivía un momento complicado debido a su adicción al crack. Por su parte, la defensa de Biden ha ridiculizado las pruebas en su contra y ha puesto en duda la credibilidad de los testigos.
Ashley, hermana de Hunter e hija de Joe Biden, a su llegada al tribunal para apoyar a su hermano
Tiene pendiente un juicio por evadir impuestos
Hunter Biden fue acusado por el fiscal especial David Weiss de tres delitos derivados de la compra y posesión de un revólver Colt Cobra 38 en octubre de 2018. Se le acusa de hacer una declaración falsa a la hora de adquirir armas de fuego cuando marcó "no" en una casilla en la que se preguntaba si era usuario de sustancias ilegales o adicto a sustancias controladas, y de hacer una declaración falsa en un registro de transacciones de armas de fuego. En el tercer cargo se señala que violó una ley que prohíbe a los usuarios de drogas ilegales o a los drogadictos poseer un arma de fuego. La fiscalía pretende demostrar que hizo una declaración falsa conscientemente y que esta fue determinante en la compra del arma. El hijo del presidente, que se ha declarado inocente de todas las acusaciones, se enfrenta a otro juicio en California, en este caso por haber evadido el pago de 1,4 millones de dólares en impuestos.