Marcelino y Pedro: San Marcelino, presbítero, y san Pedro, exorcista, son mártires del siglo IV que fueron víctimas de la persecución Diocleciano y condenados a muerte. Pese a que se ordenó la decapitación de ambos en secreto, sus cuerpos fueron encontrados y venerados. Posteriormente, Constantino construyó una basílica en su honor, asegurando que su memoria perdurara.
Nicolás el Peregrino: patrón de Trani y nacido en Grecia, recorrió Puglia con una cruz en la mano, repitiendo ‘Kyrie Eleison’ (Señor, ten piedad). Tras su muerte, realizó numerosos milagros y fue canonizado en 1098 por el Obispo de Trani, autorizado por el Papa Urbano II. En 1748, el Papa Benedicto XIV lo incluyó en el Martirologio Romano.
Nicéforo: patriarca de Constantinopla, defendió la veneración de las imágenes durante la segunda contienda iconoclasta, algo que iba en contra del emperador León V y por lo cual fue desterrado. Tras su muerte en 829, fue venerado como santo y en 874 sus restos fueron trasladados a Constantinopla con gran solemnidad.
Erasmo de Formia: también conocido como San Elmo, es el patrón de los marineros y murió hacia el 303 d.C. Según la Leyenda dorada de Jacobo de la Vorágine, fue obispo y mártir, sometido a múltiples torturas durante las persecuciones de los emperadores Diocleciano y Maximiano Hercule. A pesar de los suplicios, fue milagrosamente salvado varias veces por ángeles.
El santoral cristiano también celebra hoy la onomástica de:
- Eugenio I
- Potino y compañeros
- Sadoc