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Vivir en un paraíso tropical aislado del mundo no es una novedad, pero si ese paraíso es un volcán, la cosa cambia. Esto sucede en Aogashima, una remota isla japonesa en el mar de Filipinas, cuyos 200 habitantes saben que el cráter volcánico en el que se asientan puede despertar en cualquier momento. Aunque ese miedo no vaya a desaparecer nunca, vivir aquí tiene sus ventajas, ya que pueden disfrutar de aguas termales todo el año, gracias a los vapores que emanan del volcán, tienen una industria propia de sal y también excelentes cosechas.
© Ippei Naoi
© Ippei NaoiLas impactantes imágenes de cómo nació la isla más joven del planeta
Por primera vez, se ha podido registrar el momento exacto del nacimiento de una isla, un fenómeno natural impresionante, que ha tenido lugar en la inmensidad del océano Pacifico. Las islas se forman cuando algunos volcanes submarinos entran en erupción, y salen del agua por la fuerza de las entrañas de la Tierra. Este volcán submarino emergió tras una erupción explosiva, junto a la costa sur de la isla japonesa Iwo Jima, a unos 1.000 kilómetros de Tokio, y ha creado un pequeño islote que, por el momento, mide 100 metros de diámetro y sobresale 20 metros sobre el nivel del mar.
© Kazuhiro Ichikawa / Kotaro Ebara
© Kazuhiro Ichikawa / Kotaro EbaraEl increíble lago que parece estar suspendido al borde de un acantilado
Vágar, la más grande de las islas Feroe, alberga una colección de joyas paisajísticas deslumbrantes, como el lago Leitisvatn, una maravilla natural cuya extraña ubicación, al borde del océano, desconcierta nuestra percepción de la realidad. Según la perspectiva, se diría que el lago se encuentra a una altura diferente y que sus aguas parecen estar a muy pocos metros del océano, incluso inclinadas hacia él. Pero la realidad es que se encuentra a 32 metros de altura. La magia de este lugar reside en dos cascadas (sobre estas líneas) que son el único desagüe del lago y que solo son visibles desde algunos puntos.
© Olafur Haraldsson/Jennifer Essiva¿Vecinos molestos? Aquí no. Bienvenidos a la casa más aislada del mundo
Para muchos sería su hogar soñado, pero para otros sería un auténtico horror. En esta isla llamada Ellidaey, ubicada al sur de la costa de Islandia, se puede experimentar la sensación de vivir completamente alejado de la civilización. En ella solo hay una casa, en la que ningún vecino puede molestar... porque no los hay ni en las islas más cercanas. Solo se puede acceder a la casa mediante una cuerda que hay situada en uno de sus acantilados y no dispone de electricidad ni agua corriente. Se construyó en 1954 y pertenece, como toda la isla, a un colectivo que se dedica a organizar excursiones esporádicas.
© Björn Steinbekk
