“Esta casa está muy ligada a mi corazón. La idearon y construyeron mi madre y mi padre cuando yo era todavía una niña. Pusieron todas sus ilusiones y ganas en construirla” nos dice Helen Lindes , mientras sus hijos Alan, de siete años, y Aura, de cinco, corretean por el espléndido jardín de la villa. La vivienda es un refugio de paz para la top, que se marchó de su tierra con 16 años, para abrirse paso en el mundo de la moda, y regresa cada vez que puede. Helen y su marido, el campeón de baloncesto Rudy Fernández, residen en Madrid, pero reparten el tiempo de vacaciones familiares entre sus dos islas del alma, Lanzarote, cuna de Helen, y Mallorca, donde nació el deportista y se casaron el 4 de julio de 2015. El padre de la modelo, tristemente, no pudo ver esta casa acabada, y ella invirtió la mayor parte del dinero que ganó, durante su año como Miss España, para terminarla. En 2021, la reformaron con la experiencia del arquitecto Carlos Morales, marido de Alexia de Grecia, que es natural de la isla. “Con él desarrollamos un proyecto para modernizar toda la vivienda”, nos cuenta Helen, que encargó el diseño de interiores a Dorotea Estudio, “para buscar un ambiente agradable y acogedor, respetando el estilo relajado de Lanzarote”. Hablamos con Helen en un momento muy especial de su vida, en la plenitud profesional como modelo y feliz con la familia que ha formado.
—Helen, qué casa tan bonita. ¿Creciste aquí?
—No crecí en ella, pero recuerdo ser muy pequeña y venir a ver las obras de la casa con mi padre, y me gustaba muchísimo imaginarme todas las estancias. De hecho, aunque yo era muy joven, mi padre siempre pedía mi opinión, y pude aportar también mi granito de arena en algunos diseños. Siempre me ha interesado muchísimo la decoración y el interiorismo, y para mí era muy divertido acompañar a mi madre, que era agente inmobiliaria, a ver todas las casas que tenía en venta e imaginarme cómo podrían ser cuando estuvieran acabadas.
—¿Qué recuerdos tienes de aquella época y de los mejores momentos en este lugar?
—Terminamos la casa cuando yo era adolescente y, poco después, falleció mi padre; me da mucha pena que no llegase a ver su proyecto terminado. Lo mejor era que tenía unas cuadras y un picadero para mis dos caballos y, aunque estuviera todavía en construcción, venía aquí con mi padre todos los días, a dar de comer a los caballos y a sacarlos de paseo. Era mi actividad favorita, después de salir del colegio cada día. Algo que nos unía mucho a mi padre y a mí.
“Terminamos la casa cuando yo era adolescente y poco después falleció mi padre; me da mucha pena que no llegase a ver su proyecto acabado. Invertí la mayor parte del dinero que gané en mi año de Miss España en eso”
—Te marchaste muy pronto de Lanzarote para ser modelo.
—Con 16 años, primero me fui a Barcelona con una de las mejores agencias de modelos de España. Y tras dos años trabajando como modelo, me presenté al concurso de Miss España, recién cumplidos los 18. En esos dos años, compaginaba mis estudios con los viajes y trabajos de moda, que me llevaron a recorrer toda Europa.
“Los niños son una mezcla total. La carita de Aura creo que es mía, aunque sus ojos son más de su padre y el carácter también. Y Alan también tiene parte de mi familia británica, con esos ojos azules y el pelo rojo”
—Y aunque te fuiste tan joven ¿esta casa se convirtió en tu hogar? ¿Vivía aquí tu madre?
—Después de que falleciera mi padre, invertí la mayor parte del dinero que gané, en mi año de Miss España, en terminar la casa. Después de eso, mi madre se vino a vivir aquí y tuvimos unos años muy bonitos en los que disfrutamos muchísimo de esta casa. Siempre que volvía de un viaje de trabajo, o cuando necesitaba desconectar, sabía que esta casa era mi hogar.
—¿Qué características tiene?
—Es una casa de estilo canario, con un balcón de madera típico de las islas. Tiene un jardín muy grande, muchas terrazas y una piscina que imita a las de Manrique, al que admirábamos muchísimo. La casa se compone de 600 m² más casi 3.000 m² de parcela, tiene cinco dormitorios cada uno con su baño, tres salones, dos cocinas, un cenador, un gimnasio, un garaje y un patio interior de estilo andaluz, ya que mi padre era de Jaén. Lo mejor de la casa es que está estratégicamente situada en una zona muy tranquila, muy cerca de un campo de golf y a muy pocos minutos de la playa. Desde la casa se ve el océano y la silueta de la isla de Fuerteventura.
Una gran reforma
—Me comentabas que hace poco habías hecho una gran reforma.
—Hace unos años, mi madre se fue a vivir a una casa más pequeña que tenemos cerca de la playa, y entonces decidimos ponernos manos a la obra y hacer una gran reforma. La terminamos en verano del 2022, pero desafortunadamente mi madre falleció en mayo de ese mismo año, así que nunca pudo ver los cambios que le habíamos realizado.
“Estoy en un momento muy tranquilo y muy disfrutón. Los niños están en una etapa preciosa, y no me quiero perder nada de su infancia. Y con Rudy feliz, porque lo veo satisfecho con su vida y con ganas de empezar una nueva etapa”
—¿Han sido muchos los cambios?
—Ha sido una reforma bastante grande. Hemos rehecho los baños, la cocina, todo el suelo de la casa y las terrazas. El salón lo convertimos en una zona de espacio abierto hacia el comedor y la cocina, y agrandamos los ventanales que dan a la terraza. Es increíble la luz que hemos ganado.La cocina de Santos decidimos ponerla en negro y roble, ya que me encanta la calidez y el contraste que hacía con las paredes blancas, y también para hacerle un guiño a la piedra volcánica. Los textiles son de Textura Interiores y son todos de lino y algodón, materiales naturales y frescos, perfectos para las temperaturas cálidas, y en colores neutros que van bien con la naturalidad de toda la decoración.
—¿Cuál es tu rincón favorito y lo que más te gusta hacer cuando llegas a la isla?
—Tenemos unos árboles de especieros en el jardín, que plantamos hace más de 20 años, y ahora son tan grandes que puedo colocar una hamaca colgante entre ellos y disfrutar de su sombra. Es un sitio supertranquilo para desconectar, leer un libro o para echarse una siesta. Lo que más echo de menos de Lanzarote, cuando estoy en Madrid, es el mar, así que lo primero que hago nada más llegar a la isla es ir a comer cerca de la playa, o ir a dar un paseo. Tenemos una zona de avenidas para pasear y playas espectaculares a solo diez minutos de la casa.
Planes con sus hijos
—Rudy también es isleño, en este caso de Mallorca, otra isla maravillosa también… ¿A él le gusta Lanzarote y a ti Mallorca, o hay “piques” en casa para ver a dónde vais?
—Mallorca y Lanzarote no pueden competir entre sí porque son muy diferentes, tanto en su vegetación como en las construcciones de sus pueblos y de sus casas. Creo que cada isla tiene un encanto único, y nos gusta muchísimo pasar tiempo en las dos. Y solemos ir a ambas más o menos por igual. Es cierto que para una escapada de fin de semana, Mallorca la tenemos más cerca, pero si tengo tres o cuatro días intento venirme a Lanzarote, sobre todo en invierno, porque aquí la temperatura es fantástica.
“No era alguien a quien le encantaran los niños, pero desde que soy madre me ha cambiado totalmente la mentalidad. Vivo por y para ellos y me siento muy realizada. ¡Quién me lo iba a decir!”
—¿Qué planes hacéis con los niños cuando estáis aquí?
—Planes con niños tenemos muchos; me gusta ir a la playa con ellos y que jueguen en la arena, o llevarlos a dar un paseo a caballo. También disfrutan mucho con planes que hacemos con otros amigos en casa, y simplemente estar en la piscina en pleno mes de diciembre es un lujo.
—¿Qué significa para ti volver a tu tierra? ¿Sientes nostalgia?
—Para mí Lanzarote es mi escapada favorita para recargar pilas. Es el lugar donde he crecido y donde he pasado casi toda mi infancia, y tengo muchísimos buenos recuerdos. La tranquilidad de la isla y el carácter de su gente me ha marcado y me ha transformado en la mujer que soy hoy. Tengo muchísima nostalgia, es una isla que me da mucha paz, pero también me gusta vivir en Madrid y saber que tengo este lugar para ir y desconectar.
“Sería histórico para el deporte español que Rudy disputara sus sextas Olimpiadas. Pero primero el equipo nacional tiene que ganar el preolímpico, que se celebra a primeros de julio en Valencia. Así que crucemos los dedos”
—¿Tu familia sigue viviendo en la isla?
—Ahora mismo, el único miembro de la familia que tengo es mi hermano y vive en la isla. Por supuesto que intento venir a verle lo máximo que puedo, y siempre me hace ilusión estar cerca de él. Es él quien se encarga absolutamente de todo el mantenimiento de la casa. Tengo muchísima suerte de tener a alguien de plena confianza para hacerlo.
—¿Y alguna vez se te pasó por la cabeza venderla, o no quieres desprenderte de ella?
—Esta es la última casa que construyó mi padre y me hubiese dado una pena tremenda tener que venderla. Sí es cierto que ha habido algunos momentos de crisis en los que se nos ha pasado por la cabeza, pero inmediatamente lo hemos descartado por tener un gran valor sentimental.
—Me contabas antes que tu madre no pudo ver terminada la reforma, ya que falleció en mayo de 2022 y, casi a la vez, Rudy perdía a su padre. Fueron momentos muy difíciles.
—El año 2022 fue un año muy difícil para ambas familias, tanto para la de Rudy como la mía, pero afortunadamente creo que nos ha unido más. Siempre tendré esa espinita de que mi madre no haya podido ver la casa reformada… Le prometí no tocar ciertas cosas y lo hemos respetado.
Una nueva etapa
—Hace escasos días, Rudy fue condecorado con la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo. ¿Cómo vivisteis ese momento con los niños?
—No podemos sentirnos más orgullosos, creo que es uno de los mayores honores que se puede tener y, por supuesto, no podíamos faltar en ese día tan especial.
“Rudy y yo, en cuanto nos conocimos, tuvimos claro que éramos el uno para el otro. Conectamos muy bien, tenemos caracteres parecidos y sobre todo tenemos los mismos valores y metas en la vida”
—Recientemente, anunció su retirada al final de la temporada. ¿Irá a los Juegos Olímpicos?
—Ahora mismo, Rudy está totalmente concentrado en el final de temporada con el Real Madrid. Y con la selección española iremos este verano, si todo va bien. Sería histórico para el deporte español que Rudy disputara sus sextas Olimpiadas. Pero primero el equipo nacional tiene que ganar el preolímpico, que se celebra a primeros de julio en Valencia. Así que crucemos los dedos…
—El adiós de un deportista de élite siempre es difícil. ¿Cómo está y qué planes hay para después?
—Rudy es una persona muy inquieta y nunca para de hacer planes de futuro. Tiene muchísimos proyectos ya en marcha, y otros en mente, que no dudo que hará realidad.
—¿Cómo lo ves tú, en este momento de su vida?
—Ahora mismo, lo que le apetece es estar tranquilo y disfrutar de su familia. Necesita una etapa de disfrute, después de tantos años de sacrificio.
—Vais camino de los 15 años juntos. ¿Hay un secreto para vuestro éxito como pareja?
—Rudy y yo, en cuanto nos conocimos, tuvimos claro que éramos el uno para el otro. Conectamos muy bien, tenemos caracteres parecidos y, sobre todo, tenemos los mismos valores y metas en la vida. Yo creo que ese es el secreto… encontrar una persona que te complemente, que te apoye y que esté a tu lado en los buenos y los malos momentos.
—¿Cómo habéis evolucionado? Porque el amor tiene muchas fases.
—Pues no te sabría decir, la verdad, yo creo que hemos sido muy estables en toda nuestra relación, y cada día conocemos más el uno al otro, y eso hace que la relación se consolide. Hemos tenido la suerte de no tener muchos altibajos. Para mí es fundamental sentirme segura en una relación.
“Somos padres muy presentes”
—En julio celebraréis 9 años de vuestra boda en Mallorca. ¿Volverías a vivir todo igual con toda certeza?
—¡Uy sí!, yo lo repetiría, sin duda, fue el día perfecto. Lo único que cambiaría, quizás, es que nos hizo muchísimo calor. Pero recuerdo cada momento de ese día como si fuera ayer.
“Lanzarote es mi escapada favorita para recargar pilas. Es el lugar donde he crecido y donde he pasado casi toda mi infancia y tengo muchísimos buenos recuerdos”, dice Helen, que se marchó con 16 años para ser modelo
—¿Qué encontraste en él y qué crees que él encontró en ti?
—Un pilar en el que apoyarme, estabilidad y las mismas ganas de cumplir nuestros sueños. Rudy tiene mucho carácter y necesitaba a su lado una persona calmada, que le diera tranquilidad. También le gustó mucho que no supiera nada sobre baloncesto, ya que así podía desconectar por completo (risas).
—¿Y cómo os organizáis con dos niños pequeños?
—Somos padres muy presentes y nos involucramos mucho en la educación de nuestros hijos. Siempre desayunamos los cuatro juntos, es un momento sagrado, y los llevamos y recogemos del colegio todos los días. Pasamos todas las tardes con ellos, jugando o yendo a extraescolares. Y siempre nos vamos turnando, si uno de los dos no puede. La verdad es que, de momento, lo llevamos muy bien.
—¿Quién ejerce de poli bueno y quién de poli malo con ellos? Siempre suele ser uno más permisivo que el otro…
—Pues depende de cada momento. Yo suelo ser muy estricta con la comida y con los modales, pero luego soy muy cariñosa y me cuesta mucho enfadarme con ellos. Rudy intenta mediar cuando ellos no se llevan bien. Siempre hay alguna que otra pelea de hermanos y hay que poner orden. Pero, en general, son unos niños buenísimos y no nos dan muchos problemas.
“Ahora mismo, el único miembro de la familia que tengo es mi hermano y vive en la isla. Por supuesto que intento venir a verle lo máximo que puedo, y siempre me hace ilusión estar cerca de él”
—¿Qué te sorprende de Rudy como padre y qué de ti misma como madre?
—Yo ya sabía que Rudy iba a ser un padrazo, es muy niñero y le sale de forma natural. De quien más sorprendida estoy es de mí misma. No era alguien a quien le encantaran los niños, o que estuviera mucho con ellos. Pero desde que soy madre, me ha cambiado totalmente la mentalidad. Vivo por y para ellos y me siento muy realizada. ¡Quién me lo iba a decir!
—¿Qué te ha dado la maternidad? ¿Y te ha quitado algo?
—Me ha dado una razón de vivir. Me despierto todos los días pensando en lo afortunada que soy. Lo único que me ha quitado son las ganas de viajar lejos. Por un lado, porque viajar con niños es complicado y, por otro lado, porque cuando estoy más de dos días sin verlos, es como si me faltara el aire.
—¿A quién se parecen más vuestros hijos, qué tienen de ti y qué de Rudy?
—Son una mezcla total. La carita de Aura creo que es mía, aunque sus ojos son más de su padre y el carácter también. Es una niña muy decidida y que tiene las cosas muy claras. Y Alan también tiene parte de mi familia británica, con esos ojos azules y el pelo rojo, y además es más parecido a mí en cuestión de gustos. Es un niño muy tranquilo y que se adapta perfectamente a cualquier situación. Se le dan bien todos los deportes. Eso, sin duda, lo ha heredado de su padre.
“El año 2022 fue muy difícil para ambas familias, tanto para la de Rudy como la mía, pero afortunadamente creo que nos ha unido más. Siempre tendré esa espinita de que mi madre no haya podido ver la casa reformada… Le prometí no tocar ciertas cosas y lo hemos respetado”
—Es muy curioso porque Alan es pelirrojo y Aura, morena.
—Aura tiene mi color de pelo, pero el rizo de la familia de su padre. Sin embargo, Alan es «british» total. A primera vista, parece que no tuvieran nada en común, pero sin embargo se nota que son hermanos. Tienen gestos y rasgos muy parecidos.
—¿No os animaréis a por el tercero?
—La verdad es que estamos muy bien así, pero nunca se sabe (risas).
Bodas de plata como modelo
—Hablando de fechas significativas, has celebrado también 25 años como modelo. ¿Te lo hubieras imaginado alguna vez?
—Nunca pensé que podría dedicarme tantos años a esta profesión. He podido ir reinventándome año tras año. Sigo trabajando en España e internacionalmente. Y además, ahora gracias a las redes sociales, también he podido ampliar mi carrera. Así que estoy muy contenta de cómo ha evolucionado el mundo de la moda, porque ahora mismo hay un hueco para todos los perfiles y para todo el mundo.
“Somos padres muy presentes y nos involucramos mucho en la educación de nuestros hijos. Siempre desayunamos los cuatro juntos, es un momento sagrado”
—Y el año que viene se cumplen también 25, desde que fuiste elegida Miss España. ¿Guardas buenos recuerdos de aquel año de reinado?
—Fue un año de locura, en el que se me abrieron muchísimas puertas, sobre todo en la televisión, donde pude aprender muchísimo. Hice hasta una serie y presenté programas. Fue una gran plataforma para desarrollar mi trabajo y afianzar conceptos que me sirven hoy en día.
—Hoy, camino de los 43 años, ¿cómo te ves profesionalmente?
—Me siento muy satisfecha del recorrido que he hecho, y muy afortunada de poder seguir disfrutando de mi trabajo. Seguiré trabajando en él mientras yo me sienta cómoda y me vea con fuerzas. Este año, por ejemplo, he renovado varios contratos con marcas y clientes importantes, como Rowenta y Clarins. Eso me hace sentir que todavía tengo recorrido por delante.
—¿Qué haces para mantenerte tan espectacular?
—Me encanta la cosmética y pruebo todas las cosas nuevas que salen. Los tratamientos en cabina, una vez al mes, son sagrados. También me protejo la piel del sol todos los días del año. Eso es fundamental.
—También tiene que ver con una forma de vida sana, combinación de deporte y alimentación.
—Entreno de dos a tres veces por semana con una entrenadora personal que viene a casa. Con ella hago ejercicios de fuerza y tonificación. Y monto a caballo un día en semana. El resto de los días, intento dar largos paseos con mis perros. Siempre he cuidado muchísimo mi alimentación, desde que tengo uso de razón. Me interesa muchísimo la dietética y la suplementación. Voy asiduamente a dietistas y me hago chequeos regularmente, para comprobar que esté todo bien.
“Ha habido varios momentos de mi carrera en los que me he sentido que estaba totalmente realizada. Lo cierto es que no puedo pedir más, todo lo que he soñado se ha cumplido y con creces”, asegura Helen, espectacular a los 42 años
—¿Cuál crees que ha sido tu mayor logro?
—Mi mayor logro fue superar la tremenda timidez que tenía, cuando era adolescente, para conseguir mi sueño de ser modelo. Gracias a ello, he podido tratarla y hoy en día no sufrir tanto.
—¿Has alcanzado las metas y sueños que un día te propusiste?
—Ha habido varios momentos de mi carrera en los que me he sentido que estaba totalmente realizada. Lo cierto es que no puedo pedir más, todo lo que he soñado se ha cumplido y con creces.
Una montaña rusa
—Si Aura quiere seguir tus pasos, ¿la apoyarías?
—Tanto Alan como Aura pueden hacer lo que más felices les haga en la vida; afortunadamente, hoy en día podemos elegir entre muchísimas oportunidades, y ellos tienen la suerte de tener unos padres que los van a apoyar en todo.
“Rudy y yo hemos sido muy estables en toda nuestra relación, y cada día conocemos más el uno al otro, y eso hace que la relación se consolide. Hemos tenido la suerte de no tener muchos altibajos”
—¿Qué es lo que te hace más feliz?
—Saber que los míos son felices.
—¿Y cuáles son los proyectos más próximos?
—Tengo muchas cosas en mano con Rudy, tenemos un proyecto personal y profesional que ojalá salga bien y podamos contarlo en un futuro.
—Cuando tienes un minuto para ti, ¿qué es lo que más te gusta hacer?
—Montar a caballo por el campo, darme un masaje relajante, o ir a comer a mi restaurante favorito.
—¿Cómo valoras los últimos diez años en los que has vivido tantos cambios profundos?
—Pues ha sido una auténtica montaña rusa de emociones, y espero que haya llegado un momento de mayor estabilidad.
—¿Lo que más te ilusiona y valoras hoy en día?
—Lo que más me ilusiona es seguir creciendo día a día, y ver que surgen proyectos y oportunidades nuevas, poder seguir soñando a pequeña escala.
—Si tuvieras que resumir el momento de tu vida en el que estás ahora mismo, dirías…
—Estoy en un momento muy tranquilo y muy disfrutón. Los niños están en una etapa preciosa y no me quiero perder nada de su infancia. Y con Rudy, feliz porque lo veo satisfecho con su vida y con ganas de empezar una nueva etapa.