Se conocieron en Formentera, se prometieron en las paradisíacas islas Maldivas y Asturias ha sido el bonito escenario que han elegido para darse el ‘sí, quiero’. La influencer Melissa Villarreal contrajo matrimonio, el pasado sábado 18 de mayo, con el empresario Eduardo Zouein, en ‘Villa María’ —ubicada en Somió (Gijón)—, en una ceremonia religiosa protestante. Unos 250 invitados, entre familiares y amigos, los acompañaron en su gran día, en el que la lluvia, casi siempre presente en el norte, hizo su aparición, pero no empañó ni un ápice la ceremonia ni la celebración.
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Melissa es la hermana pequeña de Grace Villarreal, una de las creadoras de contenido más veteranas en el mundo de las redes sociales, donde también ella se ha hecho un hueco. Son dos hermanas muy unidas, las mejores amigas y, además, juntas tienen una firma de moda, The Villa Concept. Por eso, Grace no ha faltado a su lado en este importante momento de su vida y ha sido su mano derecha en estos meses de preparativos. “Estoy muy emocionada”, nos decía días antes.
Entre los 250 invitados al enlace estuvo la top model Nieves Álvarez, que apostó por un «look» en rojo y rosa, con tocado a juego
“La he ayudado en todo. Hasta el punto de que casi siento que es mi boda. He sido parte y he dado mi opinión en todas y cada una de las decisiones, desde la localización hasta los vestidos de los pajes, y la verdad es que es un gran honor saber que mi hermana quiere compartir parte del planning de un día tan especial”. Y su cara, al llegar junto a su marido, Jacob Henson, y sus tres hijos —Violetta, Allegra y Luca—, lo reflejaba todo. Para esta cita tan especial, Grace apostó por un vestido de costura a medida, confeccionado en ‘gazar’ de seda rosa, de escote bardot, firmado por Redondo Brand, que combinó con un elegante tocado de Mimoki.
Entre las invitadas también asistieron otros rostros conocidos del mundo influencer, como Paula Baset y Marta Vidaurreta, además de la top model Nieves Álvarez, que lució un top de costura en tafetán rojo y falda a medida en tul de seda rosa, de Redondo Brand, y tocado con rejilla a juego, de Mimoki.
El original vestido de la novia
La ceremonia comenzó a las 12:30 y, acompañada por su padre, Jaime Villarreal, Melissa hizo su entrada con una gran sonrisa y por fin quedó desvelado el gran secreto de todas las novias: su look nupcial. Ya nos adelantó que era “sofisticado y femenino” y que había confiado en Inuñez Atelier. Se trata de un diseño de alta costura con distintos tejidos —organza, muselina de seda, satén y drapeados—, con cuerpo ceñido con líneas en relieve, falda vaporosa con flecos hechos a mano y cola salpicada por flores con cristales. Sobre él llevó una original capa de cristales, un velo de organza que nacía de su moño y un ramo de flores en cascada. Como joyas, apostó por unas piezas muy especiales que creó junto al equipo de Rabat: unos pendientes florales inspirados en la naturaleza y el sol brillante sobre el mar, llevados a cabo a partir de diamantes y gemas preciosas.
“Sigo en shock, ha sido un sueño de boda, llena de amor y rodeados de los nuestros. Inolvidable”, nos confiesa Melissa
“No es porque sea mi hermana, pero no he visto una novia igual”, decía Grace, orgullosa de su hermana pequeña. Entre los pajes estaban los hijos de Grace. Cuando Melissa llegó al altar, Eduardo no pudo ocultar su cara de emoción al verla vestida de blanco. Durante la ceremonia, en la que los novios y sus padres y padrinos estuvieron frente a un altar de flores bajo una carpa, Grace y Violetta, la mayor de sus hijas, se encargaron de dos de las lecturas y todos lo vivieron con mucha emoción.
Ya convertidos en marido y mujer, los novios y sus invitados lo celebraron en la misma finca. Allí disfrutaron de un cóctel que contó con platos típicos de la tierra, como la fabada y quesos, y un menú a base de ensalada de langostinos con una sopa cremosa de tomate, paletilla de cordero con parmentier de patata y piquillos, y postre especialidad de Casa Gerardo, encargados del catering.
Uno de los momentos más emocionantes fue el baile de Melissa con su padre, al ritmo de la canción What a Wonderful World, de Louis Armstrong, y uno de los más divertidos, el del lanzamiento del ramo de la novia a las invitadas solteras.
Más tarde, Melissa se cambió de vestido y lució otro diseño de Inuñez Atelier, de satén de seda con apliques de cristal y gasa, que hacían efecto pluma, y un detalle en la espalda con forma de mariposa. Ahí daba comienzo el baile de los recién casados, que eligieron un romántico bolero. El pistoletazo de salida a un día único y lleno de emociones, que se alargó hasta la noche.
“Sigo en shock, ha sido un sueño de boda, llena de amor y rodeados de los nuestros. Inolvidable”, nos contaba después. Y es que ha sido no solo el día de su boda, sino varios días de celebraciones: “Todo el fin de semana ha sido maravilloso, poder pasar tiempo en varios momentos todos juntos ha sido una fortuna. Hicimos el descenso del Sella, preboda, boda y posboda”. Tres días increíbles con los que Melissa y Eduardo comienzan un nuevo capítulo de su historia de amor.