Carretas, hermandades y peregrinos dieron comiendo al camino hace una semana para disfrutar un año más, de El Rocío. Fieles a su tradición, numerosos rostros conocidos se han desplazado hasta la pequeña aldea de Almonte (Huelva), entre los que destaca Francisco Rivera junto a Lourdes Montes, quienes han disfrutado de una romería junto a la hermandad de la Esperanza de Triana. Unos días muy emocionantes que han vivido acompañados por sus hijos.
Entre risas, cante y bailes, han disfrutado de unos días inolvidables en los que sus pequeños han sido los grandes protagonistas. Carmen, de ocho años, vestida a juego con su madre y luciendo el mismo estampado de su falda, y Curro de cinco años, como un peregrino más llevando la medalla de Nuestra Señora de la Esperanza, han vivido El Rocío junto a sus padres y han sido bautizados en el Quema — en este arroyo se estrenan los romeros —. Como vemos en las imágenes, ha sido el propio Francisco Rivera el encargado de realizar este rito tradicional que sus niños no olvidarán.
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Ha sido la propia Lourdes Montes la encargada de compartir a través de su perfil público los mejores y mas bonitos momentos como la instantánea en blanco y negro en la que aparece abrazada y recibiendo un beso de su marido. La diseñadora ha lucido una falda de color rosa con lunares blancos a juego con el mantón que ha llevado por encima de la camisa blanca de su propia colección Miabril. También aprovechó para "felicitar a todas las Rocío". Por su parte, Francisco Rivera ha optado por un look cómodo pero elegante y perfecto para la ocasión compuesto por un pantalón beige, una camisa de color azul klein, un chaleco y unas deportivas. Ambos han lucido las medallas de su hermandad.
Quien también les ha acompañado ha sido Cayetana Rivera, quien recibió el bautismo en el Quema en el 2022. La hija del diestro ha querido acompañar a Francisco Rivera, Lourdes y sus hermanos, ya que ha heredado de su padre la devoción por la Virgen del Rocío, un sentimiento que el diestro heredó de Carmina. La relación de Francisco con esta romería ha sido un tanto intermitente. "Con ocho años hice mi primer camino", recordó. Sin embargo, "luego empecé a torear y se acabó". Tras la muerte de su madre, el 23 de julio de 2004, retomó esta tradición para conocer a los amigos de su madre, un círculo del que antes "no quería saber nada" porque para él significaban "la fiesta", pero que ahora forman parte de su grupo más íntimo.