El pasado 28 de octubre de 2023 Matthew Perry, recordado protagonista de la serie Friends, murió a los 54 años a causa de los efectos de una alta dósis de ketamina, un anestésico con propiedades psicodélicas. La muerte se calificó como accidental y el caso se cerró, aunque ahora la policía de Los Ángeles ha reabierto la investigación sobre lo sucedido. Agentes federales y autoridades locales, además de efectivos de la DEA, agencia del departamento de justicia de Estados Unidos especializada en el tráfico de drogas, están investigando cómo obtuvo el actor la ketamina y en qué circunstancias. Este potente anestésico se utiliza actualmente para tratar la depresión, trastornos de ansiedad y paliar el dolor.
El forense que examinó a Perry asegura que el último tratamiento con esta sustancia al que se sometió el actor, casi dos semanas antes de su muerte, no explica el alto nivel de ketamina que se encontró en sus análisis. Esta sustancia suele metabolizarse en cuestión de horas. Según las pesquisas, al menos dos médicos estaban tratando a Perry por un trastorno de ansiedad y depresión: un psiquiatra y un anestesiólogo, que actuaba como su médico de cabecera. No se encontraron sin embargo más sustancias ilícitas en la casa del intérprete, el recordado Chandler Bing en la exitosa sitcom.
Durante años, en lo más alto de su carrera, Matthew lidió con las adicciones a los calmantes y al alcohol, problemas que le obligaron a ingresar en centros de rehabilitación en varias ocasiones. Sus compañeros en Friends, serie que se emitió durante 10 temporadas entre 1994 y 2004, Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matt LeBlanc y David Schwimmer lloraron la muerte del artista y amigo. Miles de fans en todo el mundo se unieron a su dolor y al de la familia del actor. La expareja y amiga de este, Kayti Edwards, solicitó hace meses la reapertura de la investigación, debido a las irregularidades que sostiene hubo alrededor de su muerte.
Su exnovia aseguraba que tenía personal médico deshonesto
Kayti asegura haber sido testigo de como Perry tenía personal médico "deshonesto" en nómina que le suministraba las drogas. Y afirma estar convencida de que algún médico o enfermera podría estar detrás de la dosis de ketamina encontrada en su cuerpo. La autopsia determinó que había muerto "por los altos niveles de ketamina encontrados en sus muestras de sangre post mortem, el principal efecto letal sería tanto una sobre estimulación cardiovacular como una insuficiencia respiratoria". Otros factores que influyeron en el fatal desenlace fueron el ahogamiento, una enfermedad coronaria en las arterias y la buprenorfina, una sustancia para tratar el trastorno derivado del consumo de opiaceos.
No es la primera vez que las autoridades de Estados Unidos abren una investigación tras la muerte de una celebrity a causa de las drogas, para perseguir a quienes se las suministran. Quizá el caso más recordado fuera el de Michael Jackson, que murió en 2009 por una dosis letal de propofol (sustancia utilizada para anestesias en diversos procedimientos quirúrgicos). Su médico Conrad Murray fue imputado por homicidio involuntario en 2011, aunque siempre mantuvo su inocencia. También el manager y dos médicos que trataban a la modelo Anna Nicole Smith fueron imputados por conspiración por conseguirle las sustancias que provocaron su muerte en 2007. Los cargos fueron desestimados, excepto el de fraude contra uno de los médicos.