Hoy se cumplen tres años de la muerte de la madre de Ana Obregón. Justo un año después de la pérdida de su hijo, Aless, su fallecimiento supuso un nuevo y duro golpe para la actriz y presentadora. Con motivo de su aniversario ha querido dedicarle una emotiva carta a su madre, en la que revela lo mucho que la echa de menos y algunos detalles hasta ahora desconocidos de su vida. "Tres años sin ti, mamá. No sabes cuántas veces te hubiera necesitado a mi lado estos años. No sabes cuánto te echo de menos", comienza la misiva.
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"No sabes cuántas veces he recordado el día que me dijiste que tu mamá murió cuando tú naciste en el parto y que te crió tu abuela. Que el día de tu comunión tu abuela te dijo que no era tu madre, y en lugar de llorar le diste las gracias por haberte querido tanto", cuenta en su emotivo post, al que ha acompañado de las mejores fotos de su álbum. "La historia se repite mamá", dice en referencia a Anita, la hija de Aless a la que cuida como hija suya y en realidad es su nieta. "Ojalá estuvieras aquí. Cuida de mi niño.Te quiero a cegar", concluye.
Ana Obregón Navarro falleció a los 95 años de edad. Nació en el seno de una familia acomodada de la época. Sus padres eran el empresario Juan Obregón Toledo y su mujer, Carmen Rubio Arrabal, pero la tragedia llegó a su vida cuando su madre falleció en el parto. La niña creció en el círculo de la alta sociedad y en ese ambiente conoció al que se convirtió en el gran amor de su vida: Antonio García, un joven de familia humilde pero que triunfaba como arquitecto. Su amor se mantuvo intacto a los largo de los 67 años que estuvieron casados, tuvieron cinco hijos -Amalia, Celia, Ana Javier y Juancho-, once nietos y dos bisnietos. Ninguno de los dos llegó a conocer a la pequeña Anita, a la que habrían querido enormemente por lo mucho que ha significado para su hija su nacimiento.
Hoy Ana Obregón le pide a su madre que por favor cuide a su hijo en el cielo mientras ejerce la labor de madre como le ocurrió a ella cuando tuvo que ser cuidada por su abuela. Siempre ha destacado el coraje y la generosidad de su madre y en uno de los mensajes que le dedicó Ana Obregón a su madre antes de morir, definió a su progenitora con una palabra: luchadora.