Amaia Salamanca y Rosauro Varo llevan juntos 14 años y tienen tres hijos en común: Olivia, de diez años, Nacho, de ocho, y Mateo, de siete. La actriz hace un balance maravilloso de su relación, pero llegar hasta aquí no ha sido un camino de rosas. "Es difícil, sí", ha reconocido en A solas con..., el podcast de Vicky Martín Berrocal, disponible en la plataforma Podium Podcast. La actriz, de 38 años, quiere que su historia de amor con el empresario sevillano sea como la de sus padres. "Llevan toda la vida juntos y han pasado un montón de cosas, pero les veo envejecer juntos y hacerse felices mutuamente y yo quiero eso. Tengo ese punto romántico. Y para eso tienes que currártelo día a día. Y pasarás por muchos baches, pero también te harán aprender", ha declarado.
Según ha confesado, su relación ha tenido "muchos baches", pero nunca se ha planteado romper con Rosauro. Cuando la diseñadora le ha preguntado si perdonaría una infidelidad, Amaia ha respondido con un sí rotundo, ya que considera que puede ser "una oportunidad para crear y construir". "Si tú has encontrado a una persona con la que quieres tener hijos y crees que es maravillosa, una simple infidelidad no va a hacer que todo eso se destroce. Es algo que entre los dos se puede hablar y se puede llegar a un entendimiento", ha explicado. "Ahora, si te está poniendo los cuernos todos los días, no", ha matizado.
A pesar de llevar tanto tiempo con Ros, como le llama cariñosamente, Amaia no tiene intención de casarse con él. "No me he casado porque no lo veo necesario. Hay algo en eso de ser tu hombre o tu mujer que me parece que es posesión, como que te ata, y a mí no me gusta. A mí me mola que sea para toda la vida porque lo estamos construyendo, no porque lo hayamos firmado", ha argumentado.
Tal y como ha dicho, Rosauro es un gran compañero de vida. Con él ha formado la familia con la que siempre soñó y sigue divirtiéndose como el primer día, como aquella noche en Ibiza en la que sus caminos se cruzaron. Su principal objetivo es mantener a sus hijos totalmente alejados de las redes sociales. "En nuestro caso tenemos claro que como familia no queremos esa exposición médiatica. Mi hija va a hacer la Comunión y varias personas querían regalarle un móvil y he dicho que no", ha manifestado.
Amaia tuvo que lidiar con el éxito siendo muy joven, con tan solo 22 años. En aquel momento, acaparaba todas las miradas por el éxito de Sin tetas no hay paraíso, ahora, en cambio, "paso desapercibida por la calle" y disfruta al máximo de ese anonimato que le permite llevar y recoger a sus hijos al colegio como una madre más.
La actriz fue madre por primera vez con 28 años y ha contado que tuvo la suerte de seguir trabajando durante sus tres embarazos. Sin embargo, después el teléfono dejó de sonar. "He tenido parones y no porque yo haya querido. No me llegaba nada", ha confesado. En aquel momento, lo pasó muy mal. "Mis hijos tienen un padre que les da todo, pero yo como madre también se lo quiero dar. Yo he dicho no a muy pocos papeles porque siempre veo el lado positivo. Primero: me van a pagar y voy a poder dar de comer a mis hijos. Segundo: me gusta trabajar fuera de casa", ha declarado.
Amaia, que acaba de rodar una película de miedo, desea volver al teatro cuando sus hijos sean más mayores y espera llegar a dirigir. "Me quedan muchos sueños por cumplir", ha asegurado.