Vanesa Lorenzo y Carles Puyol han viajado a Japón con sus dos hijas, Manuela, de diez años, y María, de ocho. Su primera parada ha sido la ciudad de Kyoto, situada en el centro de Honshu, la isla principal del país. Nada más llegar, han visitado el templo Kinkakuji. Con su pabellón forrado de pan de oro levantado sobre las aguas y en las que se refleja de forma mágica, este monumento constituye una de las imágenes más icónicas de Kyoto.
Después, los cuatro se han puesto un kimono para asistir a una ceremonia del té, una tradición que tiene más de 1000 años de antigüedad y que se lleva a cabo en un entorno tranquilo y en conexión con la naturaleza.
"Kyoto, 2024. P.D. Por fin aprendí a preparar bien el té matcha", ha escrito la modelo junto a estas fotos. Vanesa y sus hijas han elegido kimonos de flores para participar en esta tradición japones. Puyol, por su parte, se ha decantado por un kimono negro. "Marcando tendencia, samurai Puyi-Puyi samurai", ha bromeado el el exjugador del Barcelona.
La pareja se conoció en diciembre de 2012, en una cita a ciegas. El exfutbolista acababa de operarse de una lesión de rodilla -que finalmente forzó su retiro- y la modelo regresaba a España en busca de una vida más estable, después de residir 15 en Nueva York. Desde entonces, no solo siguen tan enamorados como el primer día, sino que han formado una preciosa familia.
Eso sí, todavía no han pasado por el altar. "De momento, no tenemos nada cerrado, pero nosotros ya estamos comprometidos", declaró la modelo en ¡HOLA! al presentar su segundo libro, Crecer juntos.
Con o sin boda, lo cierto es que Vanesa y Puyol no pueden hacer mejor balance de su relación. "Un ángel con la fuerza de un miura. El compañero de viaje que me hace feliz", dijo la top. "Solo puedo dar las gracias por tenerte en mi vida, siempre me he sentido muy afortunado, pero contigo más. Gracias por ayudarme en los momentos difíciles, por entenderme y respetarme siempre. Te quiero, eres lo más", añadió el exdeportista.