The Crown se convirtió desde su estreno en uno de los contenidos más vistos y aplaudidos de Netflix. Durante las seis temporadas que componen la serie, los espectadores se quedaron fascinados por la vida en palacio y por conocer más de cerca a la monarquía británica, aunque fuera con toques de ficción. Si eres de los que, después de devorarla, te has quedado con ganas de más, tus deseos podrían convertirse en realidad.
Tras el éxito que el gigante de streaming ha cosechado con La gran exclusiva, la película inspirada en hechos reales que muestra la tenaz labor periodística que culminó en una entrevista demoledora: la del príncipe Andrés en el programa Newsnight de la BBC, Netflix se estaría planteando una nueva miniserie o un filme único que retrate otros momentos puntuales de la realeza británica.
Esta nueva ficción, que se presentaría en entregas más cortas, no partiría del punto donde finalizaba The Crown, ni narraría de manera cronológica nuevos hechos del reinado de Isabel ll, sino todo lo contrario, retrocedería en el tiempo para recrear la vida del rey Eduardo VII, su bisabuelo.
Eduardo de Inglaterra fue el hijo mayor de la reina Victoria y el príncipe Alberto. El Príncipe estuvo durante casi 60 años como heredero antes de subir al trono en 1901, un hecho que recuerda a la espera de 70 años que ha vivido Carlos III, actual rey de Reino Unido. Eduardo fue un miembro muy popular de la realeza británica, pero se vio envuelto en numerosos escándalos a lo largo de su vida. Su fama de donjuán, se cree que tuvo 55 aventuras durante su matrimonio con Isabel de Dinamarca, le trajo serios problemas en la relación con su madre. Además, en una ocasión tuvo que declarar ante un tribunal como testigo de un juego ilegal de cartas.
A Eduardo VII le siguió Jorge V, al que sucedió Eduardo VIII, quien, un año después de su coronación, en 1936, abdicaba para casarse con Wallace Simpson, una socialité estadounidense divorciada. Este fue el motivo por el que su hermano, Jorge VI, padre de Isabel II, subía al trono el 14 de diciembre de ese mismo año. Sin duda, tienen una historia lo suficientemente intensa e interesante como para ser llevada a la pantalla.
En su momento, Peter Morgan, creador de The Crown, hablaba sobre su decisión de terminar la serie puesto que ya estaba muy próxima a la época actual, señalando la importancia de que la ficción reflejara la historia real. Para ello, consideraba que era necesario que hubiera "distanciamiento y que pareciera histórico en lugar de periodístico". Por lo que, la idea de recrear en la ficción un periodo monárquico anterior al de Isabel II, cumpliría con los cánones necesarios.
Además, el éxito de la película sobre la entrevista del príncipe Andrés, que se estrenaba en España el pasado 5 de abril en Netflix, demuestra el interés que el público sigue teniendo en la realeza británica en algunos momentos puntuales de la monarquía. "El consenso fue que el drama real parecía disminuir cuanto más se acercaba a la actualidad y se volvían a contar múltiples historias con las que muchos estaban familiarizados", ha asegurado una fuente cercana al periódico The Sun. "Si pueden repetir ese patrón entregando precuelas en una forma más corta, creen que pueden haber encontrado una fórmula ganadora para una nueva encarnación de The Crown", ha aseverado el mismo informante.