Dejábamos a Chiara Ferragni el pasado domingo 3 de marzo en el plató de la RAI y Che tempo che fa… Ella, la emperatriz de las redes sociales, se doblegaba a los medios de comunicación convencionales e intentaba dar por fin carpetazo a una de las etapas más oscuras y complicadas de su vida… Pero, a ¿Cuál? ¿A la de amante esposa? ¿A la de ejecutiva todopoderosa del metaverso? ¿A la de sospechosa de estafa? Aquella entrevista dejaba más incógnitas en el aire que certezas y de todos los abismos que se abrían ante ella, solo uno, con el tiempo, ha resultado ser el más y más insalvable cuando, por contra, ella había sido incapaz de admitir que hubiera tan siquiera una brecha. Quizás porque su corazón siempre fue un cazador solitario… O porque como dijo su ahora ya ex, todo el mundo tiene derecho a ser el pornógrafo de su propia vida y la de Chiara, ahora, es como la de Audrey Hepburn en “Historia de una monja”. Efectivamente la historia de Chiara y Fedez es ya eso, historia. El matrimonio desapareció de las redes y ya saben lo que dicen, lo que no se ve, no existe. Tras la entrevista a la rubia cremonese, le tocó el turno al rapero milanés. En Pomeriggio 5 donde la estrella de la música transalpina reivindicó su derecho a la intimidad como también a masacrarla si le daba la gana, a fin de cuentas era suya. “Pero es que vosotros fuisteis los primeros a la hora de publicar vuestra vida en las redes… No podéis ahora culpar a la gente de que ahora se haya vuelto loca por vuestra historia… Es más, hay quien la compara con la de una familia real”, le increpaba la periodista Myrta Melino. Y Fedez le respondía con un sarcástico: “Pues que se apasionen con algo más divertido.. Que coleccionen sellos como todo el mundo…”.Cinco días después, Chiara volvía a las redes. Lo hacía desde Nueva York y precisamente el mismo día en el que, coincidiendo con el Día de la Mujer, el semanal L’Espresso publicaba una portada en la que abordaban sus problemas fiscales y ella aparecía retratada -y pintarrajeada- como si fuera Joker. “Son días difíciles, gracias por vuestro apoyo”, confesaba la protagonista a su pesar del pandoro gate en un momento en el que paradójicamente todos se ponían de acuerdo: el mal gusto y la mala baba con la que se habían cebado con ella. Un ataque gratuito al que, por cierto, Chiara ya ha plantado cara. “He pedido a mis asesores legales que valoren qué se puede hacer en resarcimiento de daños contra intimidad, honor e imagen”, decía en una nota de prensa sobre sí misma y su una imagen que paradójicamente vive en una noria continua, del vapuleo por tierra a la exaltación en loor de santidad. Ese mismo día Fedez salía en defensa de su por entonces esposa aunque al día siguiente, 9 de marzo, había cambiado su avatar en redes y había dejado de seguirla en redes Tampoco a sus cuñadas, Valentina y Francesca Ferragni… Quizás porque al salir a dar la cara por Chiara se encontró solo y no poco hubiera tenido que recomponer su vida como hijo pródigo que vuelve a la casa familiar en Rozzano, sino porque todos en la familia Ferragni le habían hecho ya un unfollow virtual. La primera, Chiara, quien también había cambiado su foto de perfil y en su bio seguía siendo mamá y emprendedora, pero no esposa.Sin embargo, que Fedez y Chiara no estuvieran juntos no dejaban de ser detalles o movimientos o hechos consumados trazados a partir de pistas o actos concatenados si quieren, pero ¿palabras? Ni una y las cosas solo son cuando se les da nombre. Así que hubo que esperar a una respuesta a una follower para que tuviéramos bajo luz y taquígrao o tinta o silicio la confirmación de que haberlo dejado no solo había sido una hipótesis sino también uan elección. “Te veo estupenda pero ¿y Fedez? Es tu valor añadido”. Y ella contestaba lacónica. “Desgraciadamente, que no esté no es por decisión mía”. Su decisión era ya la de ser madre como tabla de salvación. “No es justo para nadie fingir que todo va bien. O que sea feliz o que sea fuerte. A veces basta con estar tranquila”. Porque como imaginarán esta diatriba minuto a minuto de la vida a través de las redes o las redes como retruécanos de la vida de Chiara y Fedez se la estamos haciendo en perspectiva, con el poso que da el tiempo pasado… Vale, las semanas nada más… Pero esto -y muchísimas más cosas que ni entonces y menos aún ahora tuvieron ni tienen importancia- se narraban en streaming en los medios italianos. Chiara regresaba de Nueva York y se encontraba con un análisis pormenorizado de todos y cada uno de sus post, mensajes, telegrams emitidos, contestados y olvidados en las redes… y Leone y Vittoria se convertían en el único asidero real en su vida. “He ido al colegio a recoger a los niños y me los he llevado al parque de atracciones que es una de las cosas que más me gusta hacer con ellos, subirlos al trenecito y verlos reir. Realmente, en momento a´si, ser madre te salva un poco la vida (...) Cuando digo que todo es una mierda no solo lo digo por la cosa publica, sino porque está siendo un periodo verdaderamente doloroso en el que prefiero no hablar tanto, perdonadme si estoy más a mis cosas… Hago lo que puedo, intento hacer siempre de más pero otras muchas veces me veo incapaz. Gracias a los que me entendéis y me perdonáis por mis ausencias”. Que eran momentos complicados era más que evidente porque, a todo esto, Leone y Vittoria cumplían 6 y 3 años el 19 y el 23 de marzo, el primero que los niños celebraban dos veces. Uno con el papa y otro con la mamá. O, peor, en el mismo espacio pero como separados por un oceano. Así fue como celebraron el de Leone, con dos fotografías tomadas con la pareja rigurosamente separada y con los hijos de espalda. Con Vittoria prefirieron ahorrárselo y Fedez prefeirió escapar al campeonato de italia de Mugello y colgar desde allí una foto con sus hijos mientras que Chiara se enfrentaba, uan vez más, a los titulares sobre las campañas publicitarias que se le desmoronaban como castillos de naipes. Tods, Pantene… Es más, su nombre dejaba de aparecer del consejo de administración del “marchio del lusso” italiano… Según la firma, este suceso nada tendría que ver con el pandoro gate sino que acaecia como consecuencia de las ausencias de Chiara en las reuniones del consorcio, de 17, solo habría estado en tres. Vamos, que su tasa de absentismo había sido de un 82,4… Vale, nada que ver con los bizcochos, pero menudo tartazo en toda la cara. Y cuando parecía que nada más podía ocurrir, llegan unas unas fotografías de Fedez en Coachella en compañía de “otra rubia”... Con una Chiara atrincherada en el silencio, FEdsez decidía exponerse más que nunca, tanto que parecia una provocación o una broma o un malmontaje de Paco Porras y Harlequín. Maxi villa con piscina, haciendo reels con Paris Hilton, con gafas de sol gangsta, de risas con Tyga…. Y viviendo la vida loca con uan rubia mientras centenares de fans le fotografían con su movil sin temor ni reprimenda… Y eso que FEdez había dicho que Chiara sería para siempre la mujer de su vida. Una mujer con recambio, debía haber aclarado. Porque si pantene ya ha encontrado sustituta para su gama de rubios beige con la israelí Havi Mond, Fedez no dudó en hablar de esa desconocida en el programa a Belve (bestias) de Rai2 revelando no que se tratara de una infidelidad, sino de un flirteo de un hombre soltero que ya no tiene nada que perder ni es parte de ningún todo. “La llamo mi mujer para explicarme y solo porque legalmente aún lo es…”. Zasca. A la entrevista, Chiara respondió con su primer vestido real de la venganza. Nada de trajecitos de chaqueta en gris marengo y blusitas color mantequilla. Tras casi un mes de ostracismo autoimpuesto y de perfil subterráneo, en la inauguración de la exposición de su amigo FRancesco VEzzolil en el Museo Correr de VEnecia Chiara se enfundó en «revenge dress» en toda rigurosamente inspirado en el icónico Stambolian de Lady Di de 1994. Negro, cuello alto, hombros estructurados, manga tres cuarto, cortes laterales y una vertiginosa abertura en la falda. Ah, y un mini Kelly de Hermès. Y este regreso no serí ael único. Después de Venecia, la Design Week di Milano con un outfit para cada día del Fuori Salone. “She’s back”; “Più bella che mai”, «La nostra Queen è ritornata”. “Il grande ritorno”. La prensa volvía a ser suya como si nunca le hubiera amargado un dulce… Chiara escríbía en redes «La sonrisa es siempre la mejor arma. También, el mejor analgésico. Compensa la ausencia de alguien por cualquier otro”. Zasca de vuelta.Dejábamos a Chiara Ferragni el pasado domingo 3 de marzo en el plató de la RAI y Che tempo che fa… Ella, la emperatriz de las redes sociales, se doblegaba a los medios de comunicación convencionales e intentaba dar por fin carpetazo a una de las etapas más oscuras y complicadas de su vida… Pero, a ¿Cuál? ¿A la de amante esposa? ¿A la de ejecutiva todopoderosa del metaverso? ¿A la de sospechosa de estafa? Aquella entrevista dejaba más incógnitas en el aire que certezas y de todos los abismos que se abrían ante ella, solo uno, con el tiempo, ha resultado ser el más y más insalvable cuando, por contra, ella había sido incapaz de admitir que hubiera tan siquiera una brecha. Quizás porque su corazón siempre fue un cazador solitario… O porque como dijo su ahora ya ex, todo el mundo tiene derecho a ser el pornógrafo de su propia vida y la de Chiara, ahora, es como la de Audrey Hepburn en “Historia de una monja”. Efectivamente la historia de Chiara y Fedez es ya eso, historia. El matrimonio desapareció de las redes y ya saben lo que dicen, lo que no se ve, no existe. Tras la entrevista a la rubia cremonese, le tocó el turno al rapero milanés. En Pomeriggio 5 donde la estrella de la música transalpina reivindicó su derecho a la intimidad como también a masacrarla si le daba la gana, a fin de cuentas era suya. “Pero es que vosotros fuisteis los primeros a la hora de publicar vuestra vida en las redes… No podéis ahora culpar a la gente de que ahora se haya vuelto loca por vuestra historia… Es más, hay quien la compara con la de una familia real”, le increpaba la periodista Myrta Melino. Y Fedez le respondía con un sarcástico: “Pues que se apasionen con algo más divertido.. Que coleccionen sellos como todo el mundo…”.Cinco días después, Chiara volvía a las redes. Lo hacía desde Nueva York y precisamente el mismo día en el que, coincidiendo con el Día de la Mujer, el semanal L’Espresso publicaba una portada en la que abordaban sus problemas fiscales y ella aparecía retratada -y pintarrajeada- como si fuera Joker. “Son días difíciles, gracias por vuestro apoyo”, confesaba la protagonista a su pesar del pandoro gate en un momento en el que paradójicamente todos se ponían de acuerdo: el mal gusto y la mala baba con la que se habían cebado con ella. Un ataque gratuito al que, por cierto, Chiara ya ha plantado cara. “He pedido a mis asesores legales que valoren qué se puede hacer en resarcimiento de daños contra intimidad, honor e imagen”, decía en una nota de prensa sobre sí misma y su una imagen que paradójicamente vive en una noria continua, del vapuleo por tierra a la exaltación en loor de santidad. Ese mismo día Fedez salía en defensa de su por entonces esposa aunque al día siguiente, 9 de marzo, había cambiado su avatar en redes y había dejado de seguirla en redes Tampoco a sus cuñadas, Valentina y Francesca Ferragni… Quizás porque al salir a dar la cara por Chiara se encontró solo y no poco hubiera tenido que recomponer su vida como hijo pródigo que vuelve a la casa familiar en Rozzano, sino porque todos en la familia Ferragni le habían hecho ya un unfollow virtual. La primera, Chiara, quien también había cambiado su foto de perfil y en su bio seguía siendo mamá y emprendedora, pero no esposa.Sin embargo, que Fedez y Chiara no estuvieran juntos no dejaban de ser detalles o movimientos o hechos consumados trazados a partir de pistas o actos concatenados si quieren, pero ¿palabras? Ni una y las cosas solo son cuando se les da nombre. Así que hubo que esperar a una respuesta a una follower para que tuviéramos bajo luz y taquígrao o tinta o silicio la confirmación de que haberlo dejado no solo había sido una hipótesis sino también uan elección. “Te veo estupenda pero ¿y Fedez? Es tu valor añadido”. Y ella contestaba lacónica. “Desgraciadamente, que no esté no es por decisión mía”. Su decisión era ya la de ser madre como tabla de salvación. “No es justo para nadie fingir que todo va bien. O que sea feliz o que sea fuerte. A veces basta con estar tranquila”. Porque como imaginarán esta diatriba minuto a minuto de la vida a través de las redes o las redes como retruécanos de la vida de Chiara y Fedez se la estamos haciendo en perspectiva, con el poso que da el tiempo pasado… Vale, las semanas nada más… Pero esto -y muchísimas más cosas que ni entonces y menos aún ahora tuvieron ni tienen importancia- se narraban en streaming en los medios italianos. Chiara regresaba de Nueva York y se encontraba con un análisis pormenorizado de todos y cada uno de sus post, mensajes, telegrams emitidos, contestados y olvidados en las redes… y Leone y Vittoria se convertían en el único asidero real en su vida. “He ido al colegio a recoger a los niños y me los he llevado al parque de atracciones que es una de las cosas que más me gusta hacer con ellos, subirlos al trenecito y verlos reir. Realmente, en momento a´si, ser madre te salva un poco la vida (...) Cuando digo que todo es una mierda no solo lo digo por la cosa publica, sino porque está siendo un periodo verdaderamente doloroso en el que prefiero no hablar tanto, perdonadme si estoy más a mis cosas… Hago lo que puedo, intento hacer siempre de más pero otras muchas veces me veo incapaz. Gracias a los que me entendéis y me perdonáis por mis ausencias”. Que eran momentos complicados era más que evidente porque, a todo esto, Leone y Vittoria cumplían 6 y 3 años el 19 y el 23 de marzo, el primero que los niños celebraban dos veces. Uno con el papa y otro con la mamá. O, peor, en el mismo espacio pero como separados por un oceano. Así fue como celebraron el de Leone, con dos fotografías tomadas con la pareja rigurosamente separada y con los hijos de espalda. Con Vittoria prefirieron ahorrárselo y Fedez prefeirió escapar al campeonato de italia de Mugello y colgar desde allí una foto con sus hijos mientras que Chiara se enfrentaba, uan vez más, a los titulares sobre las campañas publicitarias que se le desmoronaban como castillos de naipes. Tods, Pantene… Es más, su nombre dejaba de aparecer del consejo de administración del “marchio del lusso” italiano… Según la firma, este suceso nada tendría que ver con el pandoro gate sino que acaecia como consecuencia de las ausencias de Chiara en las reuniones del consorcio, de 17, solo habría estado en tres. Vamos, que su tasa de absentismo había sido de un 82,4… Vale, nada que ver con los bizcochos, pero menudo tartazo en toda la cara. Y cuando parecía que nada más podía ocurrir, llegan unas unas fotografías de Fedez en Coachella en compañía de “otra rubia”... Con una Chiara atrincherada en el silencio, FEdsez decidía exponerse más que nunca, tanto que parecia una provocación o una broma o un malmontaje de Paco Porras y Harlequín. Maxi villa con piscina, haciendo reels con Paris Hilton, con gafas de sol gangsta, de risas con Tyga…. Y viviendo la vida loca con uan rubia mientras centenares de fans le fotografían con su movil sin temor ni reprimenda… Y eso que FEdez había dicho que Chiara sería para siempre la mujer de su vida. Una mujer con recambio, debía haber aclarado. Porque si pantene ya ha encontrado sustituta para su gama de rubios beige con la israelí Havi Mond, Fedez no dudó en hablar de esa desconocida en el programa a Belve (bestias) de Rai2 revelando no que se tratara de una infidelidad, sino de un flirteo de un hombre soltero que ya no tiene nada que perder ni es parte de ningún todo. “La llamo mi mujer para explicarme y solo porque legalmente aún lo es…”. Zasca. A la entrevista, Chiara respondió con su primer vestido real de la venganza. Nada de trajecitos de chaqueta en gris marengo y blusitas color mantequilla. Tras casi un mes de ostracismo autoimpuesto y de perfil subterráneo, en la inauguración de la exposición de su amigo FRancesco VEzzolil en el Museo Correr de VEnecia Chiara se enfundó en «revenge dress» en toda rigurosamente inspirado en el icónico Stambolian de Lady Di de 1994. Negro, cuello alto, hombros estructurados, manga tres cuarto, cortes laterales y una vertiginosa abertura en la falda. Ah, y un mini Kelly de Hermès. Y este regreso no serí ael único. Después de Venecia, la Design Week di Milano con un outfit para cada día del Fuori Salone. “She’s back”; “Più bella che mai”, «La nostra Queen è ritornata”. “Il grande ritorno”. La prensa volvía a ser suya como si nunca le hubiera amargado un dulce… Chiara escríbía en redes «La sonrisa es siempre la mejor arma. También, el mejor analgésico. Compensa la ausencia de alguien por cualquier otro”. Zasca de vuelta.
Dejábamos a Chiara Ferragni el pasado domingo 3 de marzo en el plató de la RAI y Che tempo che fa … Ella, la emperatriz de las redes sociales, se doblegaba a los medios de comunicación convencionales e intentaba dar carpetazo por fin a una de las etapas más oscuras y complicadas de su vida … Pero concretamente, ¿a cuál? ¿A la de amante esposa? ¿A la de ejecutiva todopoderosa del metaverso? ¿A la de sospechosa de estafa? Aquella entrevista en prime time dejaba más incógnitas en el aire que certezas y lo cierto es que, de todos los abismos que se abrían ante ella, solo uno, con el tiempo, ha resultado ser el más insalvable... Y es paradójico porque, por contra, ella había sido incapaz de admitir que ahí, en el amor, hubiera, una brecha tan siquiera... Quizás porque su corazón siempre fue un cazador solitario… O porque, como dijo su ahora ya ex, todo el mundo tiene derecho a ser el pornógrafo de su propia vida y la de Chiara, ahora, es como la de Audrey Hepburn en Historia de una monja: contemplativa.
Efectivamente la historia de Chiara y Fedez es ya eso, ‘historia’. El matrimonio desapareció de las redes, y ya saben lo que dicen, lo que no se ve, no existe. Tras la entrevista a la rubia cremonese y los rumores de que estaba buscando abogado divorcista -el mismo que el de la exmujer de Berlusconi- le tocó el turno de palabra al rapero milanés. En Pomeriggio 5 donde la estrella de la música transalpina reivindicó su derecho a la intimidad como también a masacrarla si le daba la gana. A fin de cuentas, era suya. “Pero es que vosotros fuísteis los primeros a la hora de publicar vuestra vida en las redes… No podéis ahora culpar a la gente de que ahora se haya vuelto loca por vuestra historia… Es más, hay quien la compara con la de una familia real”, le increpaba la periodista Myrta Melino. Y Fedez le respondía con un sarcástico: “pues que se apasionen con algo más divertido... Que coleccionen sellos como todo el mundo…”.
Cinco días después, Chiara volvía a las redes. Lo hacía desde Nueva York y precisamente el mismo día en el que, coincidiendo con el Día de la Mujer, el semanal L’Espresso publicaba una portada en la que abordaban sus problemas fiscales y ella aparecía retratada -y pintarrajeada- como si fuera Joker. “Son días difíciles, gracias por vuestro apoyo”, escribía la protagonista —a su pesar— del Pandoro Gate en un momento en el que, sorprendentemente, todos se ponían de acuerdo en dos cosas: el mal gusto y la mala baba con la que se habían cebado con ella. Un ataque gratuito al que, por cierto, Chiara ya ha plantado cara. “He pedido a mis asesores legales que valoren qué se puede hacer en resarcimiento de daños contra la intimidad, el honor y la imagen”. Su imagen, claro, que vive en una noria continua: del vapuleo por tierra a la exaltación en loor de santidad.
Ese mismo día, Fedez salía en defensa de su por entonces esposa aunque al día siguiente, 9 de marzo, cambiaba su avatar en redes y dejaba de seguirla. También, a sus cuñadas, Valentina y Francesca Ferragni… Quizás porque, al salir a dar la cara por Chiara, se encontró solo y no poco hubiera tenido que recomponer su vida como hijo pródigo que vuelve a vivir con sus padres en Rozzano, sino porque todos en la familia Ferragni le habían hecho ya un unfollow literal y virtual. La primera, Chiara, quien también había cambiado su foto de perfil y en su bio, aunque seguía siendo mamá y emprendedora, ya no era ‘esposa’.
Sin embargo, que Fedez y Chiara no estuvieran juntos no dejaba de ser una suposición basada en detalles o movimientos o hechos consumados trazados a partir de pistas o actos concatenados si quieren... porque ¿Palabras? Ni una. Y las cosas solo son cuando se les da nombre... Así que hubo que esperar a una respuesta a una follower para que tuviéramos bajo luz y taquígrafo —o tinta o silicio— la confirmación de que ‘haberlo dejado’ no solo era una hipótesis sino también una decisión tomada. “Te veo estupenda, pero, ¿y Fedez? Es tu valor añadido”. Y ella contestaba lacónica a la seguidora metijosa. “Desgraciadamente, que no esté no es por elección mía”.
Su opción personal e intransferible era la de ser madre como tabla de salvación. “No es justo para nadie fingir que todo va bien. O que sea feliz o que sea fuerte. A veces basta con estar tranquila”, escribía en sus redes. Porque, tal y como imaginarán, esta diatriba que les estamos contando minuto a minuto de la vida de los Ferragnez a través de las redes —o las redes como retruécanos de la vida, que también—, se la estamos haciendo en perspectiva. Con el poso que da el tiempo, el sosiego y la suma de todos los ángulos… Vale, solo han pasado semanas de todo esto… Pero en su momento -y muchísimas más cosas que ni entonces y ni ahora tuvieron ni tienen importancia- se narraban en streaming... De hecho, Chiara regresaba de Nueva York y se encontraba con un análisis pormenorizado de todos y cada uno de sus posts, mensajes, telegrams emitidos, contestados y olvidados en las redes… y Leone y Vittoria se convertían en el único asidero real en su vida. “He ido al colegio a recoger a los niños y me los he llevado al parque de atracciones, que es una de las cosas que más me gusta hacer con ellos, subirlos al trenecito y verlos reír. Realmente, en un momento así, ser madre te salva un poco la vida (...) Cuando digo que todo es una mierda no solo lo digo por la cosa pública, sino porque está siendo un periodo verdaderamente doloroso en el que prefiero no hablar tanto, perdonadme si estoy más a mis cosas… Hago lo que puedo, intento hacer siempre de más, pero otras muchas veces, me veo incapaz. Gracias a los que me entendéis y me perdonáis por mis ausencias”.
Que eran momentos complicados era más que evidente porque encima y, a todo esto, Leone y Vittoria cumplían 6 y 3 años el 19 y el 23 de marzo. El primero que los niños celebraban dos veces. Uno con el papá y otro con la mamá. O, peor, en el mismo espacio, pero como separados por un océano. Así fue como celebraron el de Leone: con dos fotografías tomadas con la pareja rigurosamente separada y con los hijos de espaldas. Con Vittoria, prefirieron ahorrárselo; Fedez consideró escapar al Campeonato de Italia, de Mugello, y colgar, desde allí, un post con sus hijos, mientras que Chiara se enfrentaba, una vez más, a los titulares sobre las campañas publicitarias que se le desmoronaban como castillos de naipes en una tormenta. Tods, Pantene… Es más, su nombre dejaba de aparecer del Consejo de Administración del marchio del lusso italiano… Según la firma, este suceso nada tenía que ver con la investigación de la fiscalía italiana de sus contratos publicitarios, sino que acaecía como consecuencia de las ausencias de Chiara en las reuniones del consorcio. De 17, solo habría estado en tres. Vamos, que su tasa de absentismo había sido de un 82,4%. Vale, nada que ver con los bizcochos, pero menudo tartazo en toda la cara.
Y cuando parecía que nada más podía ocurrir, llegan unas unas fotografías de Fedez en Coachella en compañía de ‘otra rubia’... Con una Chiara atrincherada en el silencio, Fedez se exponía, en cambio, más que nunca. Tanto incluso que parecía una provocación. O una broma. O un mal montaje de Paco Porras y Harlequín. Maxi villa con piscina, reels con Paris Hilton, gafas de sol gangsta, de risas con Tyga…. Y viviendo la vida loca con una rubia ignota mientras centenares de fans le fotografían con su móvil sin temor ni reprimenda… Y eso que Fedez había dicho que Chiara sería para siempre la mujer de su vida... Una mujer con recambio, debía haber apostillado. Porque Pantene lo hizo. Para sus gama de rubios beige, ya ha encontrado sustituta: la israelí Havi Mond.
Fedez no dudó en hablar de esa desconocida en el programa a Belve (bestias) de Rai2, revelando no que se tratara de una infidelidad, sino de un flirteo de un hombre soltero que ya no tiene nada que perder ni es parte de ningún todo. “A Chiara, la llamo ‘mi mujer’ para explicarme y solo porque legalmente aún lo es”. Zasca.
A la entrevista, Chiara respondió con su primer vestido real de la venganza . Nada de trajecitos de chaqueta en gris marengo y blusitas color mantequilla. Tras casi un mes de ostracismo autoimpuesto y de perfil subterráneo, en la inauguración de la exposición de su amigo Francesco Vezzoli en el Museo Correr de Venecia, Chiara se enfundaba en revenge dress en toda regla, inspirado cómo no, en el icónico Stambolian de Lady Di de 1994: negro, cuello alto, hombros estructurados, manga tres cuarto, cortes laterales y una vertiginosa abertura en la falda. Ah, y un mini Kelly de Hermès. Y este regreso no sería ya el único. Después de Venecia, la Design Week de Milano con un outfit para cada día del Fuori Salone (las exposiciones en el centro de la ciudad fuera de la Feria propiamente dicha). She’s back; Più bella che mai, La nostra Queen è ritornata. Il grande ritorno. La prensa volvía a ser suya como si nunca antes le hubiera amargado un dulce… Chiara escríbía en redes “La sonrisa es siempre la mejor arma. También, el mejor analgésico. Compensa la ausencia de alguien por cualquier otro”. Zasca de vuelta.
Después de esto, la pareja más famosa de Italia se bloqueaba. Fin. En casa de Fedez llegaba un nuevo animal de compañía y se tatuaba la mano con la Creación de Adán, la celebérrima pintura de Miguel Ángel en la cubierta de la Capilla Sixtina para, aviso a navegantas, apuntar que un nuevo hombre acababa de nacer. Chiara, por su parte, se cogía un avión a Los Ángeles. Allí ha estado —antes de regresar a Roma para dar una mano de pintura a su boutique— para celebrar su cumpleaños, el 7 de mayo, por sus 37. Y porque allí nació todo. En Los Ángeles creo su blog The blond salad y se convirtió en la primera y más grandes bloggeras del mundo; allí también supo que un rapero la acababa de citar en una canción… y allí nació su primogénito, Leone.
Y como va de primeras veces en solo un año, su vida ha vuelto a cambiar completamente. Nada es igual a como era hace 365 días, en su villa en el Lago de Como, con sus hijos, Fedez, Paloma, la perrita: “pero todo lo que podría desear lo sigo teniendo: el amor de mis hijos, de mi familia y de mis amigos”.
Con esta frase, Chiara ilustraba una foto en la que se dejaba llevar al son de la música y bajo una gran bola de discoteca.