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De primeras, puede parecer que Paddy Noarbe y Sandra Garal estaban destinadas a estar enfrentadas. Al final, la primera está casada con Marcos Llorente, que juega en el Atlético de Madrid, y Sandra formó parte de la familia madridista hasta que su marido, Marco Asensio, fichó por el Paris Saint-Germain el pasado verano. Pero Paddy y Sandra son amigas, muy buenas amigas, como comprobamos en la reciente entrega de los Premios Laureus. En conversación con ¡HOLA!, han contado cómo han cambiado sus vidas desde que se casaron hace casi un año y sus planes de ser madres. Además, la mujer de Marco Asensio nos ha dicho cómo es su vida en la capital francesa.
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—Como amigas que sois, ¿qué destacaríais la una de la otra?
—SANDRA GARAL: Siempre he dicho que Paddy es una amiga que siente lo que te pasa como si le pasase a ella. Es una amiga incondicional y puedes contar con ella para todo. Aparte, es la mejor consejera del mundo, es la más madura del grupo (ríe). Yo soy un desastre para muchas cosas (ríe). Siempre lo pienso, creo que tenemos un grupo de amigas increíble que no se consigue fácilmente. Cada vez que estamos juntas, disfruto como a otro nivel. Me siento muy afortunada.
—PADDY NOARBE: Sandra nos da mucha paz a todas, mucha tranquilidad. Ella es la que más fluye del grupo y te demuestra que pueden salir las cosas muy bien fluyendo. Luego, me encanta su parte artística. Como arquitecta, tiene esa parte que hace que todo sea súper bonito, ideal…
—SG: Paddy también es muy detallista.
—Vosotras demostráis que se puede ser amigas aunque forméis parte de equipos rivales. ¿Cómo os conocisteis?
—SG: En la boda de Pilar Rubio y Sergio Ramos, porque Marcos estaba en el Madrid y se cambió de equipo. A partir de ahí ya nos hicimos amigas.
—PN: Me dio mucha pena porque fue justo cuando la conocí a ella. Podríamos haber hecho planes de pareja juntos, ir a los partidos juntas… Y nos perdimos eso porque justo nosotros nos fuimos.
—A pesar de todo, seguistéis siendo amigas, porque os invitasteis a vuestras respectivas bodas.
—PN: Sí, sí.
—SG: Sí. También hacemos viajes juntos, despedidas juntas…
—PN: Sí, ya somos del grupo de amigas de toda la vida.
—Hablando de bodas, las dos estáis a punto de celebrar vuestro primer aniversario de casadas. ¿Cómo os encontráis? ¿Habéis notado algún cambio en vuestra relación?
—SG: Ahora creo que todo es más relax. El año que te casas siempre tienes muchas emociones y pasan muchas cosas en tu vida… Todo lo vives con mucha intensidad. Este año he disfrutado de todo ya más tranquila.
—PN: Con mucha, mucha paz, mucha felicidad. Cuando estás bien con tu pareja, es como que una boda tampoco te cambia nada. Realmente, te quedas con el recuerdo de ese superdía, que has vivido con tu gente y tu familia, pero la relación sigue estando igual.
—No sé si sois de celebrar los aniversarios, pero hay gente que se casa todos los años…
—PN: Yo voy en ese camino (ríe).
—SG: ¡A mí me apetece celebrar todo!
—Entonces, ¿vais a celebrar este primer año a lo grande también?
—PN: Sí, sí.
—SG: Sí (ríe).
—¿Cómo? ¿Con algún viaje?
—SG: Desde luego, me encantaría. Sí es verdad que, al final, con los tiempos y horarios que tienen ellos … Y con la incertidumbre que hay en su trabajo… Pues es complicado, pero, si tenemos oportunidades, desde luego.
—Sandra, en tu caso, has pasado tu primer año en París. ¿Cómo ha ido tu vida allí?
—SG: Bien, bien.
—¿No se te ha hecho extraño cambiar de país, con otro idioma?
—SG: Estamos contentos allí, pero echo muchísimo de menos Madrid. Siempre he valorado España. Y cuando he salido, lo he valorado mucho más aún. Pero también es verdad que, si eres feliz, eres feliz en cualquier sitio, ya sea París, Londres o donde sea. Estamos bien, estamos contentos.
—Una pregunta para la dos: ¿tenéis planes de convertiros en madres?
—PN. Tengo muchas ganas. Bueno, los dos –se refiere a Marcos, su marido–. Lo bueno es que siempre hemos estado alineados en eso. Cuando no queríamos aún, no queríamos ninguno. Ahora sí, aunque tampoco tenemos ninguna fecha ni nada planeado. Vendrá cuando tenga que venir.
—SG: En mi caso, igual. Vamos fluyendo. Es verdad que Marco tenía ese sentimiento de tener hijos antes que yo.
—Es que es los futbolistas profesionales viven todo con más rapidez.
—SG: Sí, somos como la excepción.
—PN: En mi equipo, todas las chicas ya tienen hijos y yo soy como la rara. Pero hemos querido como exprimir esta etapa de la vida, sin hijos, para viajar y hacer otras cosas. Y ahora… pues ya llegará.
—SG: También hay que aprovechar esta etapa de tu vida que dedicas a tu pareja, como que tienes esa libertad. Al final, conozco a Marco desde hace cinco años y tenemos una vida por delante para tener hijos. En ese aspecto, tenemos ganas, pero no prisa.
—Sandra, ¿Marco y tú veis una posible vuelta a España a corto plazo?
—SG: Creo que cuando se retire. Ahí volveremos a España, seguro. Pero nosotros pasamos mucho tiempo en España. Siendo él mallorquín y yo de Madrid, cada fin de semana o cada vez que tiene vacaciones, venimos. Pero, como siempre digo, el fútbol siempre es una incertidumbre. Entonces, no sé dónde voy a terminar, ni sé dónde estaré el próximo año o el siguiente.
—¿Sois conscientes de que estáis casadas con ídolos de masas?
—PN: No. Creo que se te olvida completamente, porque llevo con él muchísimo tiempo. Como nos conocimos súper jóvenes, nunca tuve esa visión de estaba con una estrella en el mundo del deporte.
—Sandra, ¿y a ti no te impuso a Marco?
—SG A mí no. A mí me impresiona mucho más conocer a actores, como me pasó en los Goya. Cuando estoy con personas del mundo del deporte, cojo confianza muy rápido.
—PN: Lo que te sorprende es cómo reacciona la gente a estar con alguien que para ti es tu alma gemela.