En la localidad de San Miguel de Allende (México), tuvo lugar, el pasado 6 de abril, la boda de Mauricio Espinosa Tcherassi y Mariel Salazar. Una celebración que congregó a 340 invitados y que contó con guiños a Colombia y a México (lugar de origen de la novia).
El primer día, de los tres de celebraciones, los novios, acompañados de sus familiares y amigos, cumplieron con la tradicional ‘callejonada’, que consistió en un paseo por las calles de la localidad y culminó con mariachis, cócteles de autor y un baile con mojigangas (muñecos gigantes). Al día siguiente, se celebró una recepción de bienvenida en los jardines del hotel Rosewood.
“Mi hijo estaba feliz y para mí eso es lo importante. Cuando lo llevaba del brazo al altar y sonreía emocionado, sentí una emoción especial”, reconoce la diseñadora colombiana
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© EFEGELa boda se celebró en la hacienda ‘Luna Escondida’. El dress code era esmoquin y traje largo para las invitadas, muchas de las cuales optaron por creaciones de Silvia Tcherassi. Entre las que confiaron en la diseñadora colombiana estuvo la novia, que dio el ‘sí, quiero’ a Mauricio Espinosa con un vestido confeccionado en encaje, con bordados en hilos dorados y beis y realizado con apliques florales en 3D.
Tras el cóctel, almuerzo y posterior baile de los novios, al compás de Can’t take my eyes off you, de Frankie Vallie, Mariel Salazar sorprendió con un segundo vestido nupcial, confeccionado también por su ya suegra. Un modelo ‘mini’ blanco, muy favorecedor, elaborado con apliques florales.
© EFEGE“Crear el vestido de Mariel fue un reto grande; confeccionar un vestido para una nuera es totalmente diferente”, reconoce Silvia a ¡HOLA! La diseñadora colombiana, símbolo de elegancia, lujo y distinción, y pionera en situar al diseño colombiano en el radar internacional, recuerda ese inolvidable día: “Mi hijo estaba feliz y para mí eso es lo importante. Cuando lo llevaba del brazo al altar y sonreía emocionado, sentí una emoción especial”.
“Crear el vestido de Mariel fue un reto grande, confeccionar un vestido para una nuera es totalmente diferente”, afirma
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