Podemos hablar con él al día siguiente. Justo después de comer. Y con la oportunidad de haber leído antes las críticas con las que nos despertaba la prensa especializada tras su concierto madrileño. Un “sold out” en toda regla del que, afortunados nosotros, podemos dar fe. “Mahmood es como un animal mitológico sobre el escenario”; “el italiano traspasa el alma con la voz”; “observarlo es hipnótico”. “Mahmood es como un animal majestuoso —sí, lo de “animal” es recurrente…— dueño de su propio hábitat” “un artista que controla cada segundo del show y del no puedes apartar nunca la mirada”. Y… efectivamente, eso fue lo pasó. La estrella transalpina recalaba en Madrid después de dos años, con dos nuevos éxitos en el Festival de Sanremo -uno, con victoria incluida- y otro Eurovisión a sus espaldas en el que quedaba sexto. Con “Brividi”. Con Blanco. Por hacer un recap, Mahmood revolucionaba la música europea en 2019 con un tema urbano de sonidos norteafricanos, “Soldi” (Dinero) y con él, las letras cantadas en la lengua de Dante llegaban al top10 del Spotify Mundial, se convertía en la canción eurovisiva más escuchada de la historia de YouTube y… quedaba segundo en el Certamen, aunque era el verdadero vencedor moral. De aquella edición israelí ni se recuerda a Madonna, solo a él con su blusa coral y oro de Maison Margiela. Eso mismo, se volvía a repetir con “Brividi”. Exactamente, igual. Ésta vez, ya como estrella consolidada, icono de moda -imagen de Burberry- y, vestido para el mundo de Valentino. Y como no hay dos sin tres, en 2024, Mahmood, sin ganar siquiera esta vez Sanremo y sin representar a Italia por las tierras suecas ni enfrentarse a Nebulosa, ha tripitido los mismos logros internacionales y/o musicales. El tema que lo encumbra ahora es “Tuta Gold”, que podríamos traducirlo algo así como un traje sastre dorado. Es el primer single de su nuevo álbum, “Nei letti degli altri”, o lo que es lo mismo, “En la cama de los otros”, con el que está de gira europea. Después de Madrid, llegará a Murcia, Barcelona y Pontevedra… Ya ya, lo de en la cama de los otros hay que desarrollarlo. Ahí vamos, ahí vamos..- Alessandro, a propósito de tu disco, he leído una entrevista que te hicieron en La Repubblica en las que decías algo así como que “no te habías vuelto a enamorar desde que tenías 16 años” y, de repente, me quedé en shock porque tus canciones son versan sobre el amor y me parecía increíble que hablaras tanto de él sin… experimentarlo. Más allá de la cama, quiero decir. .- (risas) No, no no… Lo transcribieron así, pero la interpretación es equivocada. Lo que dije fue que para mí es difícil saber cuándo estoy verdaderamente enamorado o no… Porque tampoco es algo que me suceda habitualmente, lo de enamorarme perdidamente quiero decir, ¿no? Pero claro que estuve muy enamorado cuando tenía 16 años y claro que he tenido otras relaciones muy intensas. He tenido una que ha durado cinco años… Y ahora… Bueno, sí, también estoy viviendo algo sentimentalmente muy muy fuerte. Pero no, no es verdad eso de que no me enamore nunca. .- Es que era imposible creer que cantaras al amor sin saber qué es… De hecho, la intensidad con la que hablas de los sentimientos se transmite. En tu concierto de anoche en Madrid, las parejas no paraban quietas… Se besaban, se abrazaban….- ¿De veras? Qué super. Desde arriba del escenario, no eres tan consciente pero sí que vi chicos, abrazando a sus novias… Es bonito, ¿no? Supongo que más que amor, lo que transmito es un poco… ¿el miedo o perderlo? El disagio… En español sería algo así como el infortunio o el desencanto… A lo mejor ¿la decepción? Eso que vives a veces en las relaciones que pueden parecer equivocadas o a lo mejor no, pero con las que tienes que afrontar problemas y temes perderlas…. Yo creo que las veces que he amado más son las veces en las que he sufrido más también porque… no sé si el amor es también un poco un tormento… A lo mejor es eso, las historias de amor son siempre diferentes, pero el sufrimiento es siempre el mismo y eso te hace conectar con la gente. También la forma de exponerse al mundo. Sin máscaras, sin ambages, a pecho descubierto… Y nunca mejor dicho porque este milanés del septiembre del 92 apareció en La Riviera derrochando estilo con una camisa desbocada oversize en blonda y gasas que eso era flow y lo demás tonterías… Pero más allá de su estilo y de ser un icono de moda que hace virales complementos y coreografías, Alessandro Mahmoud utiliza su experiencia personal para componer, sus dolores, sus ausencias, sus frustraciones… Se desnuda en cuerpo y alma. Desde su casi nula relación con su padre, a su amor incondicional por su madre, sus veranos en su Cerdeña materna, su querencia por Egipto, su otra mitad y como hablábamos antes, al amor cuando quieren decir sexo… Elementos todos con los que ahora aproximadamente un año compuso un documental sobre su vida en Amazon Prime. Sin embargo, es ahora cuando el cantante advierte que ha habido un cambio. .- Desde la últiam vez que hablamos, qué ha pasado en la vida de Mahmood? Te lo digo porque, a pesar de tus gafas funky, ya no eres el chico de “Barrio” ni el de “Dorado”, ¿no?.- Es una constante en mis canciones lo de contar siempre todo lo que me pasa. Yo hablo de lo que vivo y de lo que siento. Y sí, es cierto que mis letras son… diferentes. Y la música, también. En mi último álbum, es cierto que hay muchas menos canciones dance… Creo que mi manera de ver las relaciones humanas se ha dado la vuelta… Han cambiado. .- Has crecido?.- Mental y emocionalmente, soy más maduro. .- Y eso me choca fíjate con esa obsesión tan italiana con competir… Sanremo, por ejemplo… .- pero yo no pienso nunca en eso, en competir quiero decir. Y me imagino que ninguno de los artistas que concursamos lo hacemos. De hecho, hacemos colaboraciones juntos (Mahmood comparte tema en su disco, “Personale” con otro de los participantes en el Festival, el napolitano Geolier) porque lo único que nos importa es hacer música y que nuestra música sea conocida. Es más, para mi es una forma de promover mi música, pero la competición nunca me ha gustado y por eso tampoco le doy mucha importancia… Mis energías las pongo en componer y en todo lo que vivo con mi música..- Venir a Madrid por ejemplo…. Y comer jamón. Me encanta en jamón. Hoy me he comido mi primer bocadillo de jamón..- ¿Donde?.- En el aeropuerto.- Uy, eso hay que solucionarlo. .- Claro!.- Cuando vuelvas a España que espero que sea con un tema cantado en español….- Por supuesto. Pero ¿sabes qué? Quiero salir con algo muy fuerte en español. ¿Que te parece?.- Es que Angelina Mango ya lo ha hecho con “La noia”... ¿Estás viendo en festival? ¿Has hablado con ella?
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Podemos hablar con él al día siguiente. Justo después de comer. Y con la oportunidad de haber leído antes las críticas con las que nos despertaba la prensa especializada tras su concierto madrileño. Un sold out en toda regla del que, afortunados nosotros, podemos dar fe. “Mahmood es como un animal mitológico sobre el escenario”; “El italiano traspasa el alma con la voz”; “Observarlo es hipnótico”. “Mahmood es como un animal majestuoso —sí, lo de ‘animal’ es recurrente…— dueño de su propio hábitat”; “Un artista que controla cada segundo del show y del no puedes apartar nunca la mirada”... Y… efectivamente, eso fue lo que (nos) pasó. La estrella transalpina recalaba en Madrid después de dos años, con dos nuevos éxitos en el Festival de Sanremo -uno, con victoria incluida- y otro Eurovisión a sus espaldas en el que quedaba sexto. Con “Brividi”. Con Blanco de partner in crime.
Por hacer un recap, Mahmood revolucionaba la música europea en 2019 con un tema urbano de sonidos norteafricanos, “Soldi” (Dinero) y con él, las letras cantadas en la lengua de Dante llegaban al top10 del Spotify Mundial, se convertía a un tiempo en la canción eurovisiva más escuchada de la historia de YouTube y… Quedaba segundo en el Certamen, aunque era el único y verdadero vencedor moral. De aquella edición de Tel Aviv, ni se recuerda a Madonna ni a sus dos bailarines con la bandera israelita y palestina... Solo a él, con su blusa coral y oro de Maison Margiela.
En 2022, lo mismo se volvía a repetir. Como citábamos antes, con “Brividi”. Exactamente, igual en cifras millonarias y récords. Pero esta vez, ya con Mahmood convertido en una estrella consolidada, icono de moda -imagen de Burberry, por ejemplo- y, vestido desde Turín para el mundo de negro Valentino.
Y como no hay dos sin tres, este año, en febrero de 2024, sin ganar siquiera esta vez Sanremo y sin representar a Italia por las tierras suecas enfrentándose a Nebulosa, ha tripitido los mismos logros internacionales y/o musicales. El tema que lo encumbra ahora es “Tuta Gold”, que podríamos traducirlo algo así como un traje sastre dorado. Y acumula ya millones de reproducciones, portadas de revistas internacionales... Es el primer single de su nuevo álbum, “Nei letti degli altri”, o lo que es lo mismo, “En la cama de los otros” y, con él, está de gira europea. Después de Madrid, llegará a Murcia, Barcelona y Pontevedra… Y... Ya ya, lo de ‘en la cama de los otros’ hay que desarrollarlo. Ahí vamos, ahí vamos.
- Alessandro, a propósito de tu disco, he leído una entrevista que te hicieron en el diario La Repubblica en las que decías algo así como que “no te habías vuelto a enamorar desde que tenías 16 años”. De repente, me quedé en shock porque tus canciones versan ‘casi’ siempre sobre el amor y me parecía increíble que hablaras tanto de él sin… ¿como decirlo? ¿experimentarlo? Más allá de la cama, quiero decir...
- (risas) No, no no… Lo transcribieron así, pero la interpretación es equivocada. Lo que dije fue que para mí es difícil saber cuándo estoy verdaderamente enamorado. O no… Porque tampoco es algo que me suceda habitualmente... Lo de enamorarme perdidamente, quiero decir, ¿no? Pero claro que he estado enamorado desde entonces. Lo estuve cuando tenía 16 años y he tenido otras relaciones muy intensas después. He tenido una que ha durado cinco años… Y ahora… Bueno, sí, también estoy viviendo algo sentimentalmente muy muy fuerte. En resumen: no es verdad eso de que no me enamore nunca.
- Es que era imposible creer que cantaras al amor sin saber qué es… De hecho, esa intensidad con la que hablas de los sentimientos se transmite. En tu concierto de anoche , las parejas no paraban quietas… Se besaban, se abrazaban…
- ¿De veras? Qué súper. Desde arriba del escenario, no eres tan consciente pero sí que vi chicos abrazando a sus novias… Es bonito, ¿no? Supongo que más que amor, lo que transmito es un poco… ¿el miedo o perderlo? El disagio … En español sería algo así como ¿el infortunio? ¿el desencanto? A lo mejor, ¿la decepción? Eso que vives a veces en las relaciones que pueden parecer equivocadas o a lo mejor no, pero con las que tienes que afrontar problemas y temes perderlas…. Yo creo que las veces que más he amado son las veces en las que he sufrido más también porque… No sé si el amor es también un poco un tormento… A lo mejor es eso, ¿no? Que las historias de amor son siempre diferentes, pero el sufrimiento es siempre el mismo. Y eso te hace conectar con la gente.
- Incluso, con un público como el español que puede estar muy habituado a cantar en inglés pero para el que, sin embargo, el italiano es algo ‘casi’ exótico....
- Eso es muy total. Jamás lo imaginé. Y no lo esperaba, la verdad... Estoy muy orgulloso. Poero la respuesta real es que cuando trabajas mucho, estás muy focalizado en los que haces, y tu team de apoya y se ocupa de ti, todo es posible.
Todo es posible -retomamos las palabras del cantante- cuando esa comunión con el público se establece por la forma que tiene él de exponerse al mundo: Sin máscaras, sin ambages, a pecho descubierto… Y nunca mejor dicho porque este milanés del septiembre del 92 apareció en La Riviera derrochando estilo con una camisa oversize desbocada en blonda y gasa que eso sí que era flow y lo demás, tonterías… Pero más allá de su estilo y de ser un icono de moda que hace virales complementos y coreografías, Alessandro Mahmoud utiliza su experiencia personal para componer. Sus dolores, sus ausencias, sus frustraciones, sus desapegos, sus errores… Se desnuda en cuerpo y alma. Desde su casi nula relación con su padre, a su amor incondicional por su madre, sus veranos en su Cerdeña materna, su querencia por Egipto (su otra mitad) y tal y como hablábamos antes, el amor a secas o ese del que echamos mano cuando queremos decir sexo… Elementos todos con los que, aproximadamente ahora se cumple un año, compuso un documental sobre su vida para Amazon Prime. Sin embargo, es ahora cuando el cantante advierte que en todo eso ha habido un cambio. O, al menos, que ya no es el mismo.
- Desde la última vez que hablamos, ¿qué ha pasado en la vida de Mahmood? Te lo digo porque, a pesar de tus gafas ‘funky’, ya no eres el chico de “Barrio” ni el de “Dorado” ni el de “Calipso” ¿no?
- Es una constante en mis canciones lo de contar siempre todo lo que me pasa. Yo hablo de lo que vivo y de lo que siento. Y sí, es cierto que mis letras son… son diferentes. Y la música, también. En mi último álbum, es cierto que hay muchas menos canciones dance o ‘urbanas’… Creo que mi manera de ver las relaciones humanas se ha dado la vuelta. Han cambiado.
- ¿Has crecido?
- Mental y emocionalmente, sí. Soy más maduro.
- Y eso me choca fíjate con esa obsesión tan italiana por competir… Sanremo, por ejemplo…
- ¡Pero yo no pienso nunca en eso! En competir quiero decir. Y me imagino que ninguno de los artistas que concursamos lo hacemos. De hecho, hacemos colaboraciones juntos (Mahmood comparte tema en su disco con otro de los participantes en el Festival, el napolitano Geolier, el segundo single, “Personale). Lo único que nos importa es hacer música y que nuestra música sea conocida. Es más, para mí, Sanremo o Eurovisión, son una forma de promover mi música, pero la competición nunca me ha gustado ni interesado. Por eso, tampoco le doy mucha importancia… Mis energías las pongo en componer y en todo lo que vivo gracias a mi música.
- Venir a Madrid por ejemplo…
- Y comer jamón. Me encanta el jamón. Hoy me he comido mi primer bocadillo de jamón.
- ¿Donde?
- En el aeropuerto
- Uy, eso hay que solucionarlo.
- ¡Claro! (risas)
- Cuando vuelvas a Madrid ¿te parece? Que espero que sea con un tema cantado en español…
- Por supuesto. Pero ¿sabes qué? Que quiero hacerlo pero quiero salir con algo muy fuerte en español. ¿Que te parece?
- Es que Angelina Mango, con la que estuviste en Sanremo y ahora, representa a tu pais en Europa, ya lo ha hecho con “La noia”... Por cierto, ¿Estás viendo en festival? ¿Has hablado con ella?
- Lo veré el sábado, claaaaro, (risas) pero ahora estoy en medio del tour y se me hace muy complicado seguir todas las informaciones que salen del Festival que son muchísimas… (risas) Pero estoy al corriente y espero -y sé- que Angelina va a hacer un gran papel. Le envié hace nada un mensaje deseándole muchísima suerte, pero no la necesita, ella es buenísima.