Carolina Marín debutaba este domingo, 28 de julio, en los JJOO de París con un claro objetivo: convertirse en campeona olímpica por segunda vez tras su triunfo en Río 2016. Hay que recordar que en los de Tokio no pudo participar porque estaba gravemente lesionada. El pasado mes de mayo, la onubense era galardonada con el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2024. El jurado -presidido por Teresa Perales- revelaba que la jugadora de bádminton era merecedora del galardón gracias a "su extraordinario palmarés en bádminton, un deporte en el que ha llegado a ser un referente internacional. Es la primera y única deportista no asiática campeona olímpica en esta disciplina, además de la mejor jugadora de la historia del bádminton en España y una de las mejores del mundo, es un ejemplo de superación, fuente de inspiración y transmisora de valores dentro y fuera de la pista".
Un palmarés extraordinario
A lo largo de su impresionante trayectoria, Carolina ha ganado una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río 2016, tres campeonatos del mundo y ocho títulos europeos (siete en Campeonatos de Europa y una en Juegos Europeos), además de numerosos torneos a lo largo de todo el mundo. Un palmarés extraordinario por el que recibirá el Princesa de Asturias el próximo mes de octubre en el Teatro Campoamor de Oviedo. Es la octava mujer premiada tras las tenistas Martina Navratilova (1994), Arantxa Sánchez Vicario (1998) y Steffi Graf (1999), las atletas Hassiba Boulmerka (1995) y Yelena Isinbáyeva (2009), la esquiadora Lindsey Vonn (2019) y la nadadora paralímpica Teresa Perales (2021).
Su lucha contra las lesiones y las adversidades
Carolina es un claro ejemplo de superación en el deporte. Dos graves lesiones la apartaron de las pistas; la primera fue en 2019 cuando se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha durante el Masters de Indonesia. Lesión de la que tardó en recuperarse siete meses. Y la segunda en 2021, cuando el sueño olímpico de Tokio se desvaneció. Fue durante un entrenamiento, otra rotura del ligamento cruzado anterior, esta vez en la otra rodilla. Casi un año después regresaba para ganar su sexta corona continental, un título muy especial para ella.
La muerte de su padre, uno de los golpes más duros de su vida
Pero las lesiones no han sido las únicas adversidades a las que se ha tenido que enfrentar la deportista onubense a lo largo de su vida. En julio de 2020, sufría uno de los golpes más duros con la muerte de su padre, Gonzalo, al que estaba muy unida. El progenitor de Carolina falleció tristemente tras las secuelas que le dejó una caída sufrida en un accidente laboral. Lourdes, tía segunda de la campeona, confesaba que "la vida le debía una" en relación al enorme esfuerzo que había hecho su sobrina por estar de nuevo al máximo nivel. Por eso, su sexto campeonato de Europa fue tremendamente emotivo. Después de once meses durísimos de recuperación -tras romperse el ligamento cruzado y los meniscos interno y externo de su rodilla izquierda-, y la muerte de su padre, la campeonísima regresaba a la senda de la victoria, miraba al cielo tras su hazaña y dedicaba este triunfo a su padre.
Está muy apegada a su familia, especialmente a su madre Toñi
Carolina, que celebraba recientemente su 31 cumpleaños, es una mujer muy familiar y, siempre que su sacrificada vida se lo permite, viaja a Huelva para estar con los suyos y para darle un abrazo a su madre, Toñi Martín. Al ser galardonada con el Premio Princesa de Asturias, la madre de la deportista desvelaba que, al recibir la noticia, se tiró al suelo a llorar: "Ella tenía la ilusión de ganar algún día este premio. ‘Mamá, el premio que me gustaría conseguir sería el Princesa de Asturias. Cuando habla a esas alturas dije ‘Dios mío esta niña, qué manera de pensar’. Yo me asusto, me asusto”, explicaba Toñi Martin, que se emocionó muchísimo al conocerse la noticia: "Yo me tiré al suelo a llorar. Estuve más de cuatro horas llorando. Me sigo emocionando, pero el llanto es de felicidad… es que no podía hacer otra cosa que llorar y llorar de felicidad”.
Siente adoración por su abuela y es una apasionada del flamenco
Aunque a los doce años dejó el flamenco por la raqueta de bádminton, Carolina sigue disfrutando de sus tradiciones, de su tierra y es habitual que comparta fotografías en sus redes sociales vestida de flamenca, como podemos comprobar en estas imágenes. En una de ellas, la vemos posando con su abuela, por la que siente adoración.
Muy discreta en su vida personal
Respecto a su vida personal, Carolina es una mujer muy discreta. Ha mantenido una relación durante varios años con Gen Esteban San Millán, un atleta con el que ha posado muchas veces en su perfil público, como hace seis meses durante un romántico viaje a París. El pasado mes de mayo, en una entrevista en La Resistencia con David Broncano, la deportista daba algunas pistas de que esta relación podría haber llegado a su fin, pero no lo confirmaba de forma rotunda. Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que, estos días, Carolina está centradísima en los Juegos de París con el objetivo de volver a ser campeona olímpica.
Le encanta la playa, la música y es fan de Manuel Carrasco
Fuera de las pistas, cuando aparca la raqueta de bádminton, a Carolina le encanta viajar, la playa y divertirse con sus amigas, entre las que se encuentran varias jugadoras asiáticas, que llevan siendo rivales muchos años y con las ha desarrollado una excelente relación personal.
La campeona también siente pasión por la música y uno de sus ídolos es Manuel Carrasco. Recientemente, se fotografiaba junto a él en uno de sus conciertos. Sienten una gran admiración el uno por el otro, son dos onubenses universales.
La princesa Leonor y la infanta Sofía presencian el debut de Carolina en París 2024
Carolina Marín iniciaba este domingo el camino para lograr su segunda medalla de oro olímpica tras la obtenida en los Juegos de Río 2016. La jugadora onubense comenzaba el torneo con muy buenas sensaciones imponiéndose a la suiza Jenjira Stadelmann en dos sets (21-11 y 21-19). Entre el público que abarrotaba el pabellón había dos espectadoras de lujo, la princesa Leonor y la infanta Sofía, que no quisieron perderse el partido.
Tras el encuentro, las dos hijas de los Reyes bajaban al vestuario para felicitar a la campeonísima y allí tenían una animada charla con ella, como se puede comprobar en las imágenes. Durante unos minutos, la princesa Leonor y la infanta Sofía animaban a la jugadora y le deseaban 'buena suerte' para lo que restaba de torneo. Esperemos que regrese a España con una nueva medalla olímpica. Pase lo que pase, Carolina se reencontrará con ambas el próximo mes de octubre en Oviedo, ciudad donde recibirá de manos de Leonor el Premio Princesa de Asturias de los Deportes. Un reconocimiento extraordinario para una deportista de leyenda.